Temporada 2 Capítulo 5

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Capítulo 5: "Ser padre"

Narra Linz

Volví a donde estaban Tokio, Palermo y Denver.

— Y fíjate vos Denver.—Escuché a Palermo cuando llegué hacia ellos.— Acá la señorita Tokio quiere usar las pinzas con las que se depila el mato groso que tiene ahí abajo.

Imbécil, yo que tu cerro la puta boca.

— ¡Pero, por favor! ¡Es ridículo!—Fue lo último que dijo, pues Tokio le colocó el cañón del arma en su boca.

— Repite lo que has dicho, repítemelo.—Dijo y ladeó la cabeza.

— Era coña.—Dijo Palermo con dificultad por la pistola.— Seguro que ahí abajo tenés un albaricoque sedoso.

— Di: "Nunca volveré a hablar del coño de mis compañeras".—Dijo Tokio y Palermo lo repitió.— No te entiendo.

— Nunca más hablaré de tu coño, hija de puta.— Dijo Palermo luego de que ya no tenía la pistola en la boca.

— A tus órdenes, capitán.—Dije al ver que ya acabó el show.

— Bien, de mis ojos nos ocuparemos después.—Dijo Palermo sentándose y cerrando los ojos.— Denver, a mi derecha.

— ¿Qué pasa?—Preguntó Denve yendo a su lado.

— Dame tu brazo, vas a ser mi lugarteniente, ¿sí?—Dijo tomando el brazo de mi marido.

— ¿Quieres que sea tu puto lazarillo?

— Yo me voy a dar el informe del paciente, nos vemos luego Palermo.—Dije con ironía y reí al ver como me sacaba el dedo corazón.

Salí de esa habitación y fui en busca de Nairobi que debería estar junto a Bogotá y Helsinki, y con los rehenes.

Cuando baje ella estaba dando orden a los rehenes de que se quiten los antifaces.

— Pues, ahora que nos vemos todos las caritas.—Dijo Nairobi mirando a todos.— Les presento al Señor Bogotá, que va a elegir a cuatro voluntarios.

— Mi nombre es Bogotá y estoy aquí para hacer el trabajo duro.—Dijo Bogotá, pasando en medio de los rehenes.— Vamos a currar a 65°C.

Rodé los ojos, me quedaría junto a Helsi, ya que ellos escogerían a los "rehenes", que bueno eran parte de la banda, pero solo aparentarían ser rehenes.

Miré confundida a Matías porque me guiño un ojo cuando Nairobi y Bogotá, hacían de que iban a "reclutarlo".

— ¡Nombre!

— Matías Caño.

— ¡Apto, un paso al frente!—Dijo Nairobi.

— No señora.—Sonreí al ver que haría.

— No me diga señora, un paso al frente, usted es el siguiente voluntario.—Dijo Nairobi intentando lucir calmada.

— Está loco.—Murmuré a un lado de Helsi.

— Por enfrentarse a Nairobi, ella ser mujer de molestarse rápido.—Dijo Helsi con gracia.

— Mierda, lo tremendo que es Bogotá no nos deja ver.—Dije fingiendo estar decepcionada,solo oíamos lo que decía Nairobi.

— Señora, que no soy voluntario.—Refutó Matías.

Reí leve al ver como Bogotá lo tomaba de la nuca.

— Muy bien, Matías Caño.—Dijo Bogotá con molestia.— Ahora vas a venir conmigo por mis santos cojones.

Los rehenes temblaban asustados al ver la escena de como los supuestos rehenes eran llevados por Nairobi y Bogotá.

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