Temporada 3 Capítulo 4

1.6K 140 20
                                    

Capítulo 4: "¿En qué momento?"

Narra Linz

Reí burlona hacia Palermo, que estaba sentado y encadenado.

— ¿Anda que más puedes hacer?— Pregunté, era ese juego donde una persona tenía que golpear las manos de la otra persona, pero ésta ganaba si las quitaba con rapidez.

Palermo resopló y siguió jugando, pero yo ganaba pues el tenía los brazos encadenados y era algo difícil manejar sus manos.

Bufé molesta al ver que tenía que llevarme a unos rehenes al baño.

— Un minuto de libertad.— Dijo con ironía, pero sabíamos que era en cierta parte verdad.

Estaba algo aburrida y decidí ir a joderle.

***

— ¿Enserio le dejarás?— Preguntó Río al momento de quitarme los zapatos y medias, aproveché que estaba sentada y masajee mis piesitos.— ¿Qué talla eres, 36?

— Es complicado y...espera.— Dije alcanzando mi zapatilla, era 36.— Si, pero a veces...soy 37.

— Uy, mucha diferencia.— Dijo con diversión.— Cóntame algo de tus críos.

Asentí emocionada, no conocía esta emoción, alegría cuando hablas de tus hijos.

— Maddie...es una preciosura.— Dije pasándole la foto.— Como su hermosa madre, obvio...Y mi Cincinnati, será todo un rompe corazones cuando crezca.

— ¿Ya quieres que te digan suegra?— Enarcó una ceja Río, y siguió mirando la foto.

Imaginé a mis dos bebés, diciéndome: "Mamá, te quería presentar a mi..."

— No, ni hablar...Todavía son mis bebés.— Dije provocando las risas de mi amigo.— ¡No te rías!, no me hagas imaginar a mis bebés con novios.

Me regresó la foto y la mire un rato, para guardarla de nuevo en mi mono.

No quiero sonar como una madre posesiva, pero...son mis niños.

— Todavía son unos críos, falta muucho para eso.— Dijo Río, despreocupado.— Pero, como dices serán unos..."rompe corazones".

— Eso que ni te quede duda.— Dije colocando una mano en mi pecho, orgullosa.— Ya me duele si alguien me dice suegra.

— Loca...sígueme contando.

— Bueno, ambos son unos traviesos, hasta yo me sorprendo de que no me haya vuelto...loca, con dos niños al mismo tiempo.— Dije amarrando mi cabello en un moño.

Recordé la vez que pintaron las paredes o rompieron algo, lo que si me molesté mucho fue cuando casi rompen para sus juegos la carta de Berlín.

— Pero, los amo demasiado...ellos son mi vida ahora, y no veo la hora para volver abrazarlos.

Narra Denver

¿Por qué estaban juntos?

¿Y por qué descalzos? ¿De qué tanto se reían?

— ¿Qué coño ha pasado?— La voz de Bogotá me trajo devuelta.

— Estaban descalzos, tío.— dije controlando mi enojo.

— ¿Descalzos, quiénes?— Alcé la mirada para verle.

— Pues, Río y Linz.

— ¿Y?

— ¿Cómo qué, "Y"?— Dije confundido de que no entendiera.— ¿Quién cojones se descalza en mitad de un atraco?

Bogotá me miraba incrédulo.

— Hay algo muy raro en el hecho de descalzarse en mitad de un atraco en un sofá.— Dije con seguridad.— Venga hombre, no me jodas.

Seguí con esa escena en mi mente, ella reía y parecía estar demasiado cómoda con Río.

— ¿Tú eres tonto?— Dijo Bogotá y mire como se sentaba a mi lado.— Si estuvieran pensando en follar, follarían...No se descalzarían.

— Bueno.

Era lo único que podía decir, mi mente repetía esa escena y me preguntaba.

¿Desde cuándo no se ríe así?

— ¿Qué andabas haciendo anoche por aquí?— Preguntó encendiendo un cigarrillo.

Le mostré el collar que hice para mi esposa, era en forma de corazón, creí que...creí que le gustaría.

— ¿Esto estabas haciendo?— Dijo creo que algo incrédulo, encendí un cigarrillo, necesitaba uno.— Le das de hostias a un tío, revientas tu propia imagen...¿Y para arreglar las cosas le vas a regalar un corazoncito?

— ¿Pues qué hago si no?

No podía perderla, no puedo...

— Cambiar.— Dijo Bogotá y baje la mirada.— Escuche que ambos tuvieron un pasado oscuro, pero ella a diferencia tuya, cambió. Ahora eres un tipo violento, cuéntame como la enamoraste.

Reí al recordarlo.

— Inició todo con sexo.— Dije y vi como se atoraba con el cigarrillo.— Luego, conversábamos mucho...a tal punto que ya no quería solo tener eso sino escucharla y saber de ella.

Sonreí algo triste, pensé la vez en la que ella al ver como insistía en conocerla más, me evadía...era algo particular en ella, si piensa que saldrá lastimada emocionalmente, sale huyendo.

— Fue difícil enamorarla, hasta nos escapamos para ir a bailar y fue con una ropa...uff.— Dije mirando hacia arriba, dejando salir el humo.— Y en el atraco me declaré, y en ese mismo momento me dijo que estaba embarazada.

— Pues que bonito.

— Le bailé, y nos contamos nuestra historia.

— ¿Y hace cuánto que no hablan así? ¿Hace cuánto no le bailas...hace cuánto que no la haces reír?

Esas preguntas atormentaron mi mente, ella...ella de por sí cuidaba a nuestros hijos, yo hacía lo que podía y siempre terminaba cansada en la noche, cuidar a dos niños no era sencillo.

La primera vez que ellos hicieron una gran travesura, ____ estalló por lo agotada que estaba.

Nuestra vida se convirtió en estar todo el tiempo con los niños, y solo ahora...solo ahora pudimos salir de esa rutina.

Por eso ella está tan feliz.

¿En qué momento lo nuestro se convirtió en rutina? ¿Cuándo dejamos de preocuparnos por nuestra relación?

¿En qué momento dejamos de ser felices como pareja?

¿Y habría posibilidad de recuperarlo?

Recuperar nuestra felicidad.

Narra Linz

Fui a ver a Nairobi, que dormía con tranquilidad, sus signos estaban estables.

— Tu saldrás de ésta...porque eres la más fuerte.— Dije sentada a su lado y tomando con delicadeza su mano.— Porque como dices tu...Eres la puta ama.

Sorbí mi nariz y acaricié su mano con mi pulgar.

— ¿Sabes?...Cuando te recuperes, serás madrina de Maddie.— Dije dejando un pequeño beso en su mano.— Y todavía pienso de la de Cincinnati, que si será Lisboa o Tokio.

Me imagine que si estuviera despierta, quizá que escoja a Tokio, pero...pienso que Lisboa sería mejor madrina.

— Así que si quieres ser madrina, tienes que estar bien para lucir un hermoso vestido y no, no puedes morir aquí.— Dije con seguridad.— Porque haré todo lo posible para que salgas viva.

A veces hacer todo lo posible no es suficiente.

La Casa de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora