Anclaje a tierra

1.5K 101 3
                                    

Había un bullicio extremadamente sonoro ahí fuera. En la prueba de sonido apenas abarcaban dos filas de ese enorme lugar pero ahora... ahora estaba totalmente lleno o al menos eso me parecía a mi.

Nunca he sido de temerle a las grandes multitudes, tal vez porque nunca las había vivido sola si no con mis compañeros de Operación Triunfo. Ahora que tenía que subirme a ese escenario poco menos de 2 horas totalmente sola una sensación de ahogo en el centro del pecho me ahogaba hasta un punto que no entendía.

El Meet&Greet con los fans había sido el detonante para que de mi cabeza desapareciera un poco el miedo que tenía de tener miedo. Todos llegaban llenos de amor, con abrazos que te regalaban su alma como si ya fuera tuya, con regalos de lo más útiles o simplemente directos desde el corazón. Siempre con tantas palabras bonitas, de agradecimiento como si realmente hubiéramos sabido como alegrarles la vida en los peores momentos.

Pero al volver había comprobado que si, que eso me daba un miedo espeluznante.

Sandro trastabillaba un poco con los peines para conseguir esa perfección que tanto le gustaba. Yo, me limitaba a mirarme en el espejo una vez tras otra buscando un anclaje a tierra que me mantuviera segura pero no lo encontraba.

Miguel no estaba, ni siquiera había respondido a mis llamadas en todo este mes. Mi familia estaba en Tenerife, lejos muy lejos de aquí. Miriam probablemente estuviera placidamente dormida a las horas que eran porque ella era de dormir pronto. A los demas simplemente me daba una vergüenza increíble aceptarles que me daba miedo defraudar a toda esta gente que probablemente ni siquiera viniese a verme a mi.

- ¿Que tal va la chica más guapa de esta sala? - aparecía una melena rubia atada en dos trenzas por la puerta con una sonrisa iluminada

- Pues no se que decirte porque la he pegado como cinco tirones en el pelo pero no reacciona - río Sandro sin dejar de maquinar con sus peines

Se acercó a mi sentándose justamente a la altura de mis ojos, sobre el tocador, sin dejar que la sonrisa desapareciese de su cara.

- ¿Estás asustada?

- Un poco - mordí mi labio inferior

¿Para que mentirla? Tampoco podría hacerlo. Me conoce prácticamente más que yo misma, sabe leerme hasta los ojos aunque no pronuncie ni haga ningún tipo de gesto o palabra.

- ¿Por que te asustas si yo siempre te protejo?

Una sonrisa escapó de mis labios sin control consiguiendo que mis mejillas se tiñeran de rojo levemente al recordar el momento justo en el que me dijo eso mismo cuando imitamos a Becky G y Nati Natasha en "Tu cara me suena"

- Así mucho mejor Banana - dió una suave caricia a mi mentón antes de bajarse de su asiento

Desvié mi mirada hacia abajo sin querer observando lo bien que ese puñetero traje se ajustaba a su cuerpo, le hacía una figura verdaderamente increíble, más de lo que ya la tenía quiero decir.

- Ya estás Anita - aireó un poco mi pelo Sandro

- Gracias de nuevo - sonreí levantándome procurando no pisarme la capa de mi traje

- Wow Ana - me repasó sin pudor - Estás guapísima - sonrió algo tímida

- Lo- Lo mismo digo - tartamudee escondiéndome entre mi pelo castaño

Cuando Sandro salió del camerino noté como se acercaba a mi lentamente agarrando mi mentón con sus dedos consiguiendo que levantara la cabeza uniendo nuestros ojos de nuevo. Apartó un mechón rebelde de mi cara y sonrió sin separar los labios.

Nuestro momentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora