Te quiero

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Aun me temblaba el cuerpo, vaya sensación más mágica era la de cantar mirando constantemente caras conocidas.

Cuando era niña, soñaba con subirme al escenario un día cantando mi canción favorita. Lo que nunca imaginé era que pudiese hacerse realidad, que los focos de verdad estuviesen hechos un poco para mi. Aun que mi papá siempre me dijo que los sueños encuentran la manera de cumplirse nunca creí realmente que fuese posible.

A la Ana del pasado que soñaba con ser una gran artista me encantaría enseñarla esto, me hubiese encantado decirla que se preparara para la vida, no solo para cantar en su tierra. Que se prepare para todos los sentimientos nuevos, para todos los sabores nuevos, para todos los lugares nuevos, para todas las personas nuevas, para ella...

Si, la diría que se preparase para el terremoto que supondría que Miriam Doblas Muñoz apareciese en su vida un día cualquiera para que nunca nada volviese a ser igual. La diría que se preparase para descubrirse atontada mirándola reir, para que el corazón se la estrujara cada vez que veía que una lagrima se la deslizaba por la mejilla, para que toda la piel se la erizase cuando la sintiera más cerca de lo habitual y para que descubriera que las descargas eléctricas existen si se habla de cada vez que la besa.

Pero sobretodo la diría que se preparase para el sentimiento más duro del mundo como era perderla.

- ¿Se puede?

Escuché una voz familiar detrás de la puerta de mi camerino, era mi papá.

- Claro papá

Entonces le ví entrar con un ramo de flores casi más grande que el pero que aun así veía su sonrisa.

- ¿Que es esto? - sonreí agarrándolo  para dejarle libre

- Bueno cariño es un regalo de parte de todos los que vinimos a verte - sonrió aun más acariciándome la espalda - Aun que en realidad fue idea de Mimi, ella me dijo tus flores favoritas, parece que cambian mucho las cosas en 7 años si ya no vives conmigo - rió levemente

Suspiré sonriendo melancólica. La sesión de pensamientos de hace un rato no me había venido muy bien al parecer.

Terminé de coger mis cosas para salir de allí sin pasar a recoger a Mimi como hacía de costumbre, la verdad solo quería ver el feedback que había tenido ese sueño que yo había cumplido en todos los demás.

O que quería creer que realmente era solo por eso.

Cuando abrí la puerta del exterior me encontré a toda mi gente, gran parte de ellos llorando, otros simplemente sonreían.

- Enhorabuena Guerrita artista - dijo Martel acercándose para rodearme con los brazos

Y a ella se la unieron todos los demás, que entre lagrimas acabaron saltando conmigo al grito de "Ana Guerra War" repetidas veces.

- Bueno ¿podemos ir ya a por las cervezas que teníamos pendientes? - objetó Álvaro

- Si porfavor, necesito hidratarme - reí

- Pero falta Mimi - dijo Helena

- Esto... si, falta, pero alomejor es que no quiere venir simplemente - bajé la cabeza

No sabía realmente que era lo que me pasaba pero no me sentía preparada para tenerla frente a mi de nuevo.

- Tiene razón chicos, no quiero ir, estoy cansada - escuché su voz detrás de mi, no pude evitar girarme

- Oh venga no seas aguafiestas Mimi, nos la vamos a tomar con las dos, quieras o no, si es necesario te secuestramos y creeme que soy muy perseverante - se cruzó de brazos alzando una ceja mi mejor amiga

Nuestro momentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora