En paz

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Granada. Hacía mucho tiempo que no pisaba esa tierra.

De hecho, desde que lo mío con Mimi terminó no me había atrevido a venir para quedarme más de un concierto rápido con inmediata vuelta a casa. Si escuchaba alguien con ese mismo acento que ella sacaba sobre todo enfadada o con algo de alcohol de más sabía que me vendría abajo enseguida. Y es que si me preguntáis si nuestra ruptura fue fácil os diré que no, yo estaba extremadamente enamorada de ella, tanto que hasta mi familia me decía que tenía que bajar la intensidad pero yo simplemente no podía. Para mi Mimi era mi vida, mi mundo giraba alrededor suya, yo solo era feliz si ella estaba cerca pero si no lo estaba todo se derrumbaba a mi alrededor. Lo bonito de todo es que a ella la pasaba lo mismo por eso me cuidaba, me quería, me protegía y confiaba en mi más de lo que yo nunca sería capaz. Perderla fue perder mi mundo, pasar por días en los que no salí de la cama ni quise, apagar el teléfono y no dar señales de vida porque en realidad yo no me sentía viva.

Y ahora me encontraba observando como andaba por toda la estación con dos maletas buscando algo, más bien a alguien.

- ¡Mamá! - gritó nada más ver la figura de su madre abriendo los brazos para recogerla

- Mi niña - descifré que la susurraba al oído llenándola de besos

Yo me paré frente a esa imagen sin poder evitar sonreir como una idiota.

- Hola Ana cariño - sonrió abriendo los brazos tambien para dejar que me refugiara en ellos

Y es que esa mujer había sido siempre como una segunda madre para mi, siempre me había cuidado como tal. La debía muchas cosas.

- Que guapas estás ¿no? - me miró de arriba a abajo una vez nos separamos

- Ay Inma - sonreí negando con la cabeza

- Oye ¿yo no estoy guapa o qué? - dijo Mimi con fingido enfado

- Tú estás preciosa como siempre Miriam pero a ti te veo cada día por videollamada, a ella hacía mucho que no la veía - volvió a sonreir pero esta vez con nostalgia

Se instaló un silencio incómodo que pronto rompieron nuestros mánagers dándonos la dirección de la universidad a la que iríamos para dar la charla en unas horas. Acto seguido se fueron para el hotel.

Yo no fuí con ellos porque el día anterior había tenido una charla distendida con Mimi en la que me obligaba prácticamente a dormir con ella en Huétor Tájar, su pueblo natal, alegando que ella había dormido conmigo en Tenerife y que su amiga Patri tenía muchas ganas de volver a verme. Claro que cualquiera niega nada a Mimi que nadie la gana a cabezona asi que terminé por acceder.

De camino al coche Inma cargaba con las dos maletas sin dejarnos opción a cogerlas. Noté una mano aferrarse con fuerza a la mía y sonreí a mi lado por inercia.

- Estás preciosa cuando sonríes ¿lo sabes? - susurró en mi oído

- Idiota - rodé los ojos sonrojándome un poco

Y sin esperarlo me dió un suave pico en los labios que me sonrojó aun más. La regañé con la mirada a lo que ella respondió con una gran carcajada.

El camino a Huétor se nos hizo ameno entre música y las múltiples anécdotas que compartíamos con Inma que, emocionada, nos miraba de vez en cuando casi con el mismo amor.

Nada más llegar una bolita de pelo negra comenzó a ladrar subiéndose por mis piernas pidiendo atención que yo no tatdé en darla agachándome a su altura para llenarla de caricias.

- Hola Janet yo tambien te he echado de menos - sonreí entre lametones

- Definitivamente es que te quiere más que a mi - sonrió Mimi capturando el momento con una sonrisa

Una vez en casa dejamos las cosas en la habitación de Mimi, que seguía tal como la recordaba, llena de pósters de las Spice Girls, discos de La Mala Rodríguez y ropa amontonada en cualquier sitio.

Negué con la cabeza antes de salir en su busca, que para no cambiar las costumbres estaba hablando con una de las vecinas de toda la vida en la puerta asi que no quise interrumpirla y me dirigí al salón donde Inma regañaba a la perra por soltar tanto pelo.

- Ay Ana hija si es que no para, a mi no me dijeron que soltaría tanto pelo

- Bueno debe parecerse a su dueña por que Mimi en la ducha es horrible, hay que quitarlos con desatascador - sonreí

- Oye Ana - me miró - Vosotras ¿habéis vuelto?

- ¿Eh? No no no nosotras somos... no sé que somos pero no eso, no lo que piensas - reí nerviosa

- Le voy a dar tiempo al tiempo, no se os da bien estar separadas mucho tiempo - se sentó - ni enfadadas tampoco

Intenté que esas palabras no se metieran en mi cerebro ni me desconcentrasen de lo realmente importante pero no voy a negar lo evidente, pensar que hasta esa mujer podía darse cuenta de que entre nosotras había algo me preocupaba, debía ser muy obvio. El camino hacia la universidad lo pasé completamente en silencio hasta que casi llegando Mimi decidió romperlo.

- Te pasa algo

- No me pasa nada Mimi

- Te conozco, esa es tu cara de "Estoy rayada por favor ayúdame a quitarme el lío que tengo en la cabeza"

- Esta es mi cara de "Quiero llegar de una vez"

- Te a dicho algo mi madre ¿verdad?

Suspiré sonoramente.

- Me a preguntando si habíamos vuelto

- ¿Que? Ay dios mio enserio Ana no la hagas ni caso a veces suelta unas tonterías

- ¿Crees que es una tontería? - aparqué el coche y la miré

- Creo que no deberías rayarte por lo que piense la gente Banana, es nuestra vida

- Supongo que tienes razón si - bajé la cabeza

- Anda ven - me abrazó entre los asientos haciéndome sentir, de nuevo, mucho mejor

Y es que no se si lo que tiene ella es una especie de don, si es algo sobrenatural o que simplemente yo la dí en su día el poder de hacerme sentir mejor pero siempre que me abrazaba todo se ordenaba. Todo parecía volver a tener sentido, las piezas volvían a encajar y el nudo que se me formaba en el estómago dejaban de ser dudas para ser convertirse en un latido acelerado de mi corazón que se aceleraba cada vez más cuando me tocaba.

La charla fue banal, normal, sin nada más que algunas preguntas de los estudiantes que querían saber como era ser una persona pública. Como yo les dije "La vida no es fácil, sea o no sea de una persona pública, hay que hecharle ganas como en todo pero si eres un personaje conocido obviamente tienes un plus incluído y la responsabilidad de hacer las cosas medianamente bien ya que posiblemente las nuevas generaciones te tengan de ejemplo pero por encima de todo está ser tú mismo".

Salí de allí con el estómago pidiéndome por favor comer algo con urgencia. Mimi se había parado a hacerse algunas fotos con fans que la habían interceptado al salir cosa que a mi no por haber salido antes, cosas que pasan si tienes que ir a hacer pis. Asi que aproveché ese ratito para mirar las redes. En instagram tenía un nuevo comentario en mi última publicación.

lolaindigo t quiero ❤️

Sonreí, mucho, muchísimo. Tanto que pensaba que se me saldría la boca de la cara. Todo esto a la vez que mis mejillas se ponían de un tono bastante rojo.

Justo entonces me saltó una notificación de una etiqueta en una foto.

lolaindigo granada la da la bienvenida al estilo janet

Eso ponía justo debajo de la foto que me había hecho ella hacía unas horas. Aun más sonriente me dispuse a comentarla.

anaguerramusic Te quiero 💜

Y con una risa bloqueé el teléfono. Ahora si, estábamos en paz.

Solo os digo una cosa: Granada empieza muy bien pero acaba muy mal.

Adioooos.

Nuestro momentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora