Polos opuestos

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Que grande era el palacio de Vistalegre, aun no podía creerme que fuéramos a cantar allí. Aun estaba totalmente vacío pero quedaba una escasa media hora para que se llenara completamente de personas. Era todo tan irreal.

- Cuando era niña le dije a mi madre que un día cantaría en un sitio como este, lleeeeeeno de gente - escuché tras de mi acercándose lentamente - En el fondo yo sabía que se cumpliría

Allí estaba ella, sonriendo, mirando a todos lados como una niña asombrada mirando su regalo nuevo.

- Mimi era cuestión de tiempo que pisaras esto, lo has llenado tú - sonreí

- Eh no te equivoques - levantó el dedo - Las locas del coño son fans de las dos, tienes que mirar más el twitter eh

Sonreí bajando la mirada negando con la cabeza.

- No ¿que? - agarró mi mentón y me hizo mirarla

- Que ojalá llegar algún día a ser como tú, en general no solo en el escenario, eres muy valiente por eso has triunfado, no olvides nunca todo lo que has conseguido por ti sola - suspiré - Somos tan diferentes - tras esas palabras salí de allí

La admiraba, mucho, desde siempre. Ella salió la primera en cambio es la que más está triunfando por que ella se lo propuso, por que siempre a tenido una fé ciega en su proyecto, en su concepto. A tirado de el hasta el final sin rendirse ante nada ni nadie y al final los resultados son esa cantidad innumerable de gente que haría lo que fuera por verla en directo cada día. Pero no era solo eso lo que admiraba, ella desde niña siempre había sido valiente, nunca había tenido pudor en decir que le gustaban las mujeres ni nada por el estilo, ella se sentía muy libre para amar a quien quisiera por que era lo que la habían inculcado.

Yo sin embargo era todo lo contrario. Quedé finalista pero ni de coña tenía la mitad de éxito que ella, siempre he atendido a hacer lo que me mandaban sin pensar en que quería hacer yo realmente, en lo que me haría feliz a mi. Me rendí ante ellos nada más empezar y eso no me había venido bien nunca por que sabían que haría lo que me dijesen que era correcto. Yo nunca he sido valiente si no más de esconderme detrás de la pierna de mi papá si venía algun desconocido, he querido a quien he querido si pero solo fueron chicos hasta que apareció ella y toda mi vida comenzó a desencajarse pero el miedo terminó pudiendo conmigo.

Despues del meet y la prueba de sonido estuvimos un rato con los compañeros que habían venido a vernos esa noche, tampoco mucho ya que tenía que cambiarme, pero lo justo para recibir varias miraditas curiosas de parte de todos. Cuando me despedí me metí al camerino a vestirme sin darme cuenta de que era seguida por Ricky que agarró la ropa antes que yo, me agarró la mano y me llevó a una esquina donde nadie de los bailarines nos escuchara.

- Ricardo me tengo que vestir - le arranqué mi ropa de las manos

- Vístete mientras me dices que cojones te ha pasado con la rubia - se cruzó de brazos

Comencé a vestirme bajo su atenta mirada.

- No se a que te refieres - arranqué al fin

- ¿Perdona? Habéis pasado de subir mil stories, mil fotos románticas con comentario cursi incluído, a estar a dos metros sin hablaros practicamente evitando todo el rato dirigiros la mirada si quiera, Ana que no nací ayer joder que os conozco a las dos mejor que nadie

Suspiré, era inútil intentar ocultarle algo a el.

- He vuelto con Miguel Ángel, se enfadó, se a hechado novia y ahora vamos a ratos - me giré pidiendo que me abrochara el mono

- Sois gilipollas, las dos - me subió la cremallera

- ¿Por que Ricky? ¿Somos gilipollas por decidir hacer nuestra vida por separado, sabiendo que lo nuestro ni es ni va a ser nunca estar juntas? Yo creo que lo que somos es maduras

Nuestro momentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora