Extraño

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Que sensación extraña era la de pasear de una mano que ya creía desconocida. Acostumbrada a sus uñas acariciándome los nudillos una mano tan grande se me antojaba extraña. Me acostumbraría de nuevo, lo sabía.

Murcia era el siguiente destino en el que ya pisábamos bien entrada la mañana tras el alta médica a mi novio, se empeñó en acompañarme a lo que yo no opuse resistencia, aun que debía descansar me haría bien tenerle allí aun que me quisiera hacer a la idea de que era por que me hacía sentir mejor.

Al llegar al hotel Armand ya estaba esperándonos con una sonrisa, el le caía más en gracia que la rubia que me acompañaba normalmente. Tras hacerle un par de preguntas subimos a la habitación que nos había indicado, allí estaba tanto mi maleta como la suya perfectamente colocadas sobre la cama.

Decidí darme una ducha bastante larga para hacerme a la idea de lo que venía ahora, tocaba la charla en apenas una hora en la universidad, eso significaba volver a verla sin tener una explicación coherente que darla salvo un "Lo que fuera que tuviéramos se acabó" que me dolía hasta pensar en pronunciarlo. Dejé que varias lagrimas se fueran junto con el agua de la ducha antes de salir del baño envuelta en una toalla para coger mi ropa.

Mi novio estaba tranquilo, mirando el paisaje que se encontraba tras ese ventanal del hotel.

- ¿Quieres que te ayude a ducharte? - le pregunté amable mientras rebuscaba en mi maleta

- Tranquila creo que podré - rió - Además tienes una charla a la que ir, podemos vernos despues para comer, asi yo puedo ducharme tranquilo y descansar un poco ¿te parece bien que vaya a buscarte a la hora que terminas? - sonrió

- Me parece genial cariño - sonreí yo tambien dejando un pico sobre sus labios antes de ir hacia el baño de nuevo

Tambien me resultaba extraño el roce de sus labios sobre los míos, era como si se hubieran olvidado de sentir esas cosquillas que solían sentir antes cuando los tocaba. Le resté importancia para enfundarme en unos vaqueros rotos y un jersey blanco. Me maquillé bastante para que no se me notara la falta de sueño, me alisé el pelo a todo correr y salí de la habitación escopetada para abajo lanzando un beso al aire a Miguel.

Ya en la recepción del hotel una rubia fijó la vista en mi nada más bajar las escaleras. En un principio sonrió, como calmada. Pero poco despues su rostro se ensombreció tras ver mi semblante. Cuando llegué hasta ella no era capaz de articular palabra.

- ¿Está bien? - musitó

- Está arriba - solté sin anestesia

- Eso pensaba - bajó la mirada con una risa irónica

- Mimi yo...

- ¿Nos vamos? Llegaremos tarde con esa parsimonia - arrasaba Patri en la ecuación

Con una mirada apenada hacia mi salió detrás de su mánager cosa que no tardé en imitar. El viaje que solíamos hacer solas esta vez lo hicimos con ellos, sin mediar una sola palabra. Era extraño no escuchar su risa de fondo, no sentir su mirada sobre mi, que no me dedicara cada una de sus sonrisas. Igual de extraña fue la charla en la que no compartió una sola palabra conmigo como solía hacer, mostrando esa química que siempre teníamos. En mi cabeza solo pasaba el pensamiento de que así sería apartir de ahora, que tendría que acostumbrarme pero... no podía. Asi que aproveché un despiste del equipo para arrastrarla a un pasillo contiguo.

- Mimi

- Ana - me miró apenada

- Mimi yo... joder - me metí la mano en mi cuero cabelludo

- Te quiero Ana... - susurró con las lagrimas ya amenazando en sus ojos

- Yo tambien a ti pero... ¡dios! - me frustraba yo sola

- Ana mi amor ya estoy aquí - anunciaba Miguel acercándose a nosotras, dejando un beso tierno sobre mis labios que noté a la perfección como le sentó a Mimi como un jarro de agua fría - Hola Mimi, que bien te veo - sonrió sincero

- Si, de puta madre - sonrió ella todo lo falsamente que pudo

- ¿Me puedes esperar fuera amor? - casi le supliqué

- Si, claro - sonrió - Un placer verte Mimi, nos vemos esta noche que seguro que lo vas a petar con tu show - dejó un beso sobre mi cabeza antes de salir del pasillo

La mirada de Mimi volvía a ser aguada pero esta vez de rabia, de verdadera rabia.

- Amor... Cariño... - repetía con tono burlesco

- Yo...

- Nada tú nada - bufó - Me esperaba muchas cosas, muchas, pero ninguna de ellas era que volvieras con el después de...

- Shhh - la imploré que callara

- Ya, no quieres que se entere que te he hecho gemir como el nunca ha conseguido ¿verdad?

- Mimi por favor

- Ana ¿enserio?

- Necesito volver a mi vida, necesito mi estabilidad, mi rutina... esto es una locura que nos a tocado vivir pero que nosotras hemos complicado aun más

- Ya, esa es una manera sútil de decir que la cagaste diciendo que sí a la gira conjunta ¿no? - se cruzó de brazos para apoyarse en la pared

- No, me encanta estar contigo Mimi lo sabes, pero no es lo nuestro estar juntas, el destino no lo quiso así

- ¿El destino? ¿Te recuerdo que el motivo de nuestra ruptura fue el mismo que está causando de nuevo lo mismo? - elevó el tono de voz

- El motivo de nuestra ruptura fue que no me escuchaste - lo elevé yo tambien

- ¿Y cual es esta vez? - escupió con ironía

- Que yo ya no siento nada por ti - espeté fría

Sus ojos se desbordaron lentamente, consiguiendo que esa mirada de cordero al que van a matar me rompiera el corazón el pequeñas piezas. Yo no quería hacerla daño pero era la única manera de alejarla de mi, de hacer lo correcto por una vez en mi vida.

- Bien - se secó las lagrimas con la manga de su sudadera - relación profesional apartir de ahora, no te preocupes

Pasó por mi lado dejándome desencajada en medio de ese enorme pasillo donde sentía que dejaba una de las partes más importantes de mi vida pero que a la vez creeía estar haciendo lo correcto. Salí de allí intentando estar lo más presentable posible para ir a comer con Miguel, se esforzó en hacerme sentir bien, como al principio, pero todo era extraño, cada sitio me recordaba a ella sin querer aun que nunca lo hubiésemos pisado juntas.

¿Sabes eso de "Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes?" pues es falso. Si que sabes lo que tienes pero no quieres admitir que no sabrías de que manera vivir sin eso, hay mucho orgullo en medio que te impide mirar a esa persona a los ojos y decirla "No se vivir sin ti" aun que en mi caso no fuera orgullo lo que me impedía decírselo.

Miraba a mi novio, que bebía de su copa de vino como si todo andara perfectamente mientras en mi cabeza solo había imágenes de como ella bebía el vino tan perfectamente con sus labios posados sobre la copa para lamerselos  con suavidad despues, un gesto que pasaba desapercibido pero que para mi era de los favoritos que tenía de ella ademas de los hoyuelos claro.

Lo sabía, sabía que despues de ella nada volvería a ser como antes, sabía que costaría poner todo en orden de nuevo por que era experta en dar la vuelta a mi vida con un simple gesto. Pero lo había logrado una vez, podía hacerlo dos.

Podía aun que el hecho de besarle fuera la cosa más extraña del mundo mientras los labios de la rubia me sabían a hogar.

Ya estoy acostumbrada a dejar algo aquí asi que bueno hola y gracias por seguir leyendo :)

Nuestro momentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora