Aguacates

858 69 7
                                    

Esa noche dormí horrible, igual que todas las siguientes. No podía parar de darle vueltas, no entendía como había pasado todo tan rápido en apenas semanas. Me sentía tremendamente sola aun teniendo a mi novio allí conmigo.

Las ojeras eran demasiado visibles para taparlas ya aun que me esforzara en hacerlo con kilos incalculables de maquillaje, pero es que había algo que no podía maquillar: el dolor. Cada vez que me descuidaba las lagrimas se me agolpaban en los ojos sin querer, el pecho se me oprimía lentamente, el corazón parecía no responder y dejaba de escuchar a mi alrededor lo que fuera que pasase. Tampoco le daba demasiada importancia, igualmente nadie se daba cuenta asi que me lo hacía más fácil. Hasta esa noche.

Miguel llegó justo para cenar como cada día solo que esa noche venía con una bolsa en la mano.

- ¿Que traes? - le pregunté curiosa despues de dejar un beso corto sobre sus labios

- Te he traído aguacates para cenar ¿que te parece? - sonrió orgulloso

Mi gesto se ensombreció de la manera menos disimulada del mundo. De nuevo la sensación que describía antes, las lagrimas ya descendían por mis mejillas sin control pero yo permanecía estática en el sitio intentando controlarlo sin éxito.

- Cariño ¿estás bien? - decía el acercándose a mi - Eh Ana - paseaba su mano delante de mi cara - ¡Ana!

Me dejé caer al suelo de rodillas escondiendo mis ojos en mis manos llorando desconsoladamente, con la respiración nada compensada y cada parte de mi cuerpo temblando.

- Eh cielo - me abrazó con cariño pero yo permanecía quieta en mi posición sin poder dejar de llorar - Ana ¿que te pasa? - me acariciaba el pelo - Últimamente estás tan rara - dejó un beso sobre mi cabeza

- La echo de menos Miguel - susurré casi inaudiblemente unos segundos despues deshaciéndome de su abrazo y secando mis lagrimas con las mangas del pijama

- ¿A quien? - preguntó el desconcertado

Le miré a los ojos viendo reflejados en ellos el temor a la respuesta, me miré a mi frente al espejo de la entrada, estaba totalmente demacrada no hacía falta ser astrofísico para darse cuenta.

- A mi yo de antes - dije sin mirarle directamente

- ¿De antes? ¿De cuando?

- De antes de que ella volviera a mi vida - ahora sí le miré

- Ana solo tienes que hacer que no existe, ya sé que no la soportas por todo lo que a hecho en el pasado pero

- No - le interrumpí - El problema es que si la soporto, es que ya la he perdonado todo lo del pasado por que fue culpa solamente mía por aceptar una cosa así por librarnos de las cámaras. Sí, era lesbiana. Si, estaba con una chica. Si, las cámaras me agobiaban por los comentarios de las revistas despues. Si, fuí una gilipollas por aceptar besarme con nadie que no fuese ella por que la destrozé la vida, igual o más de lo que he acabado destrozada yo ahora. Pero eh, que bien merecido me lo tengo por cobarde, por gilipollas y por haber jugado con ella de esa manera tan cruel. Es verdad, el karma existe y me explotó en toda la puta cara - me dejé caer en la pared con un suspiro

- Ana ¿que dices? - se levantó del suelo

Yo agarré mi teléfono móvil y entré directamente a mi galería, se lo dejé y le dije que pasara foto por foto, vídeo por vídeo. Ahí estaban todas las fotos o vídeos que me había hecho con Mimi esas últimas semanas desde que tuvimos que volver a coincidir, incluso el vídeo del beso de Granada. Me limité a mirarle desde el suelo fijamente mientras su cara no cambiaba el semblante. Cuando acabó me devolvió el teléfono y se hechó las manos a la cabeza.

- Habíais vuelto - afirmó

- No, al menos no lo admitimos ni tengo pensado admitirlo ahora

- ¿Os habéis acostado?

- Si, varias veces - me levanté del suelo sin querer parecer pequeña allí sentada

- Joder Ana - hechó la cabeza hacia atrás

- Te diría que lo siento para quedar bien contigo de verdad pero es que no lo siento ¿sabes? en eso me he convertido ahora, lo odio tanto - quité las lagrimas que volvían a agolparse en mis ojos

- Los dos hemos cometido errores desde que nos separamos - me miró - No pasa nada, vamos a dejar el pasado atrás con toda la mierda que haya pasado ¿vale? - se acercó a mi agarrándome la cintura - Yo solo quiero estar contigo, eres la mujer de mi vida, te quiero pero ¿tú me quieres? - preguntó con los ojos cerrados

- S-si - respondí cerrándolos yo tambien para intentar convencerme

- Pues eso es todo lo que tiene que importar

Acto seguido se lanzó sobre mis labios, yo pasé mis manos por su cuello intentando seguir la intensidad del beso sin pensar en nada más. Bajó a mi cuello dejando suaves besos que no causaban absolutamente nada en mi, no sabía que me estaba pasando, me sentía una completa extraña con el. Subió de nuevo hasta mis ojos y no se que me pasó por la cabeza que en mi mente los transformé a los de la rubia, ese color esmeralda que me incitaba a la locura cada vez que me miraban con esa intensidad tan suya y fui yo la que se lanzó a besarle imaginando que eran los suyos pero cuando los probé comprobé que no.

Aun asi lo hice, lo hicimos en la cama.

Al terminar cayó totalmente en los brazos de Morfeo mientras yo, a las 3 de la madrugada seguía dando vueltas teniendo concierto al día siguiente. Lo bueno era que sería en Madrid asi que no tendría que madrugar para llegar a la charla pero ademas venían amigos, compañeros de edición, a los que ansiaba ver, como Cepeda o Ricky o Nerea que cantaría conmigo nuestra canción de OT.

Me levanté de la cama, cogí el teléfono y fuí a la cocina sin hacer ruido. Me llené un vaso con agua y me senté en la encimera abriendo la galería. Fotos nuestras sonriendo, besándonos, felices sin importar nada más. Una sonrisa escapó de mis labios involuntariamente al ver una haciendo el tonto, era guapa hasta con caras raras, puta.

De repente el móvil comenzó a vibrar y en cuanto leí el nombre arriba descolgué rápidamente.

- Hola - intenté sonar tranquila aun que mi corazón se desbocara

- Hey - saludó ella

- ¿Necesitabas algo? - pregunté bajando el tono de voz

- No tranquila solo era para decirte que mañana estrenamos vestuario

- ¿Me has llamado para eso? Podías habérmelo dicho por mensaje - sonreí divertida

- Es que por mensaje no se escucha tu voz

- Asi que era una excusa

- Una excusa muy mala si

Ambas reímos, había echado de menos reirnos juntas.

- Va ¿por que me has llamado? - mordí mi uña sonriendo

- Por que viendo instagram he visto que tenía una storie destacada contigo asi que me he puesto a verla y... no se me apetecía escucharte, espero no haberte molestado que es súper tarde - escuché como sonreía

- Nunca me molestas Mimi, yo tambien estaba mirando fotos nuestras

Se hizo el silencio unos segundos.

- Oye ¿estamos bien? - musité

- No puedo estar mal contigo

Entonces escuché una voz femenina de fondo.

- Ana tengo que colgar

- ¿Tu novia? - pregunté intentando no sonar brusca

- Mañana nos vemos, un beso - colgó la llamada

- Puta - gruñí dejando el móvil sobre la encimera

Lo dejo por aquí tututu y me voy.

Nuestro momentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora