Nuestro momento

Todo olvidado

- Se acabó - estampé el pequeño cuaderno púrpura sobre mi mesa de café

Me levanté de mi sofá con mis manos estrechando mi cuero cabelludo repetidas veces en busca de algo de concordancia mientras paseaba de un lado a otro de mi salón.

Llevaba dos días frente a ese maldito cuaderno intentando por todos los medios posibles escoger las pocas canciones en solitario que tenía que cantar pero había entrado en un conflicto conmigo misma.

Si escogía del disco sentía que estaba fallando a mis orígenes, a lo que me había hecho llegar hacia donde estaba en ese momento. Si escogía de Operación Triunfo sentía que iba a dar a entender que mi propia música no me llenaba o no me gustaba cantarla. Si escogía canciones que había cantado toda mi vida temía que se aburrieran con mi repertorio.

Había entrado en un bucle de escribir para acabar arrugando la hoja minutos despues que me estaba desesperando pero esque tenía que entregárselo a Armand esa tarde.

Suspiré muy hondo con lagrimas al borde mis ojos, no de tristeza si no de agobio por no ser siquiera capaz de escoger algo tan fácil como unas cuantas canciones.

Y de forma casi inconsciente colocé mi móvil en mi oreja.

- Ana Banana me has despertado - bostezó en medio de una leve risa

Sonreí insconscientemente de nuevo.

- Si son casi las 11:00 de la mañana Mimi, a estas horas nadie duerme

- Soy una puta marmota lo sabes de sobra - oí el resorte de su cama por lo que supuse que se estaba estirando

- Entonces a la señora marmota no la apetece venirse a que la invite a un aguacate ¿verdad?

- ¿Estás de coña? Dame 20 minutos - colgó la llamada

No pude evitar reirme de aquello. Incluso cuando el agobio se apoderaba de mi era capaz de hacer que por instantes se me olvidara, suponía que por aquello lo primero que había hecho sin darme cuenta había sido llamarla.

Podían haber pasado mil cosas entre nosotras pero siempre sabía como actuar en cada situación.

Preparé las tostadas de aguacate como la había prometido justo antes de que mi telefonillo sonara. Cuando tras el escuché ese "Soy Mimi" una sonrisa se volvió a instalar en mis labios.

Solo cuando la tuve frente a mi fui plenamente consciente de que mi pijama constaba de unos pantalones cortos negros demasiados viejos y una camiseta de tirantes deshilachada blanca, un outfit que junto con mi moño malhecho no daba la mejor visión de mi misma la verdad pero ya era demasiado tarde para correr a cambiarse porque la tenía delante de mis narices.

- ¿Has vuelto al moño choni? - rió haciéndose paso para entrar en mi casa

- Me he acordado de que estaba en pijama cuando ya te tenía delante asique no me a dado tiempo a arreglarme - la seguí hasta el salón

- Te he visto en situaciones peores no te preocupes - rió girándose hacia mi

Mis mejillas se tiñeron sin querer de un ligero tono rosa que no la pasó desapercibido porque se notó bastante que ahogó una risa, ante tal situación yo tambien hubiera reido.

Almorzamos entre risas, porque siempre con ella había estas de por medio.

Me hacía evadirme del mundo, flotar un rato aunque luego la vuelta a la realidad fuera más dura. Con ella me sentía bien, despues de todo no podía evitarlo.

- ¿Como vas con la elección de las canciones?

Nos sentamos ambas en el sofá.

- Las tengo elegidas ya, no era muy difícil teniendo en cuenta que yo en OT solo canté dos - rió levemente

- Tres

- Contando El Albarracín si pero esque yo ya contaba con que esa entraría dentro de nuestros dúos - se encogió de hombros aun riendo

- ¿Enserio?

- Claro ¿no? alomejor me he acelerado yo pero no se, yo al menos si que quiero cantarla

- Yo tambien quiero cantarla pero no sabía si despues de todo... - bajé la cabeza

- Ana - agarró mi mentón para subirlo levemente - Está todo olvidado, de verdad - sonrió sin separar los labios

En el momento en el que sus ojos volvieron a conectar con los míos en esa distancia tan cercana del sofá sentí que mi corazón se saltaba un par de latidos. Comenzó a acariciarlo con suavidad, como si quisiera protegerlo y yo solo podía procurar respirar ante el contacto.

Su teléfono comenzó a sonar en su bolsillo haciendo que se separase de mi hasta el punto de levantarse.

Miró la pantalla iluminada de este hasta que la salió una sonrisa de oreja a oreja que no me dejó para nada indiferente.

¿Que la haría sonreir de esa manera?

- ¿Va todo bien? - pregunté confusa

- Claro - volvió a mi mirada aun con esa sonrisa sobre sus labios - Pero tengo que irme

- ¿Porque? - espeté tajante sin pensar en lo que había dicho

Enarcó una ceja algo confusa por mi reacción pero rapidamente su semblante volvió a relajarse.

- He quedado con mi novio que hace bastante que no le veo - sonrió de nuevo

En ese momento, ni siquiera me paré a pensar porque, un pinchazo bajó mi ombligo me obligó a recolocarme en el sofá medio incómoda. Podía haber imaginado muchas cosas pero eso creo que jamás se me habia pasado por la cabeza.

El día que tomamos caminos diferentes decidimos que hablarnos no iba a ser una buena idea porque acabábamos siempre discutiendo por cualquier tontería sin importancia, esa época fue demasiado tensa para ambas asique acabó con nosotras pero nunca pensé que pasaría página de esa manera.

Aunque en cierto modo se lo debía a ella misma, no había hecho nada malo encontrando a una persona que la hiciera sacar esa sonrisa como la que había sacado hacía unos minutos cuando había leído ese mensaje. Quería de corazón alegrarme por su felicidad, por su nueva vida llena de exitos que al parecer incluía no a una tercera como yo había pensado que sería si no a un tercero que siendo siceros no quería conocer ni tan siquiera su nombre.

Quería, de verdad que quería, pero ese tirón en mi bajovientre me lo impedía, incluso articular cualquier tipo de palabra.

- ¿Nos vemos esta tarde? - sonrió

- No - espeté tajante

Aunque al segundo me arrepentí de haberla hablado asi. No había hecho nada malo, yo no tenía ningun motivo para hablarla de esa manera.

Su semblante pareció decaer pero no añadió ni una palabra más en su camino hacia la puerta que no fuera un tímido "Adios" antes de cerrar tras de si.

Yo sabía que mi actuación no había sido la correcta pero ¿a que había venido lo de soltarme asi que tenía una nueva pareja? Habíamos tenido mucho tiempo esos días en los que podía haberme dicho que ahora su vida había cambiado no tanto profesionalmente si no tambien personalmente, que había conocido a la persona que la hacia feliz vamos.

Al parecer si que estaba todo olvidado si, incluída yo. Y por mucho que lo intentara no podía evitar que eso me doliera.