La historia

812 52 16
                                    

Lágrimas. Golpes secos al volante. Rabia que hacía que mi labio temblara frenéticamente. Solo podía volver al pasado entre carreteras.

- Ana esto se ha acabado - susurraba entre lagrimas visualizando esa condenada revista de nuevo entre sus manos

- Déjame que te explique por favor, no es lo que parece Mimi - las lagrimas no paraban de brotar de mis ojos mientras intentaba que me mirara por todos los medios, fracasando

- ¡Como no va a ser lo que parece! Le estás besando no estoy jodidamente ciega - gritaba fuera de si, ya mirándome a los ojos

Esos ojos verdes que siempre habían sido mi calma favorita, hoy se teñían de oscuro, ardían como nunca antes habían ardido, soltaban un intento de odio que se resumía en dolor, mucho dolor. Dolor que me dolía igual a mi.

- Mimi te juro que

- ¡No me jures nada! Es que no quiero escucharte, sé lo que estoy viendo, tú misma lo estás viendo - me mostraba la revista ante mis ojos zarandeándola - no vengas a decirme lo típico, no soy gilipollas

- Escuchame - suplicaba

- No Ana no, no quiero escucharte, no quiero verte, no quiero nada, solo... me voy - me esquivó para ir dirección a la puerta de mi apartamento, el nuestro practicamente - Espero que seáis muy felices

Y tras esas palabras desapareció, dejándome el vacío más profundo que nunca había experimentado. Sin dejarme opción a explicarla que eso no había sido más que una maniobra de Universal para ayudar al actor a subir audiencia, para ayudarnos a nosotras mismas a poder vivir en paz con la persona que más queríamos en el mundo. Que nada era real, que solo era un PR. Y que para nada yo quería que acabara de esta forma, no perdiendo lo más importante para mi. Pero al menos yo pensaba que me escucharía.

Así fue como acabó nuestra historia. Nunca debí aceptar, nunca debí dejar que unos labios que no eran los suyos me besaran por milésimas de segundo aun que eso significara que no habría más cámaras de por medio de ese momento en adelante. La fallé de la manera más cruel del mundo cuando yo pensaba que hacía lo correcto para las dos.

Pero ya no solo la fallé a ella si no a todos los demás, a mis amigos, a mi familia. No tuve la valentía de enfrentarme a contarles lo que había pasado, me sentía vacía sin ella, me era más fácil agachar la cabeza para aceptar los regaños de cada persona que traía esa puta revista consigo para recriminarme lo mucho que la había cagado con la persona que más me había querido en el mundo. Y lo sabía, claro que lo sabía. Por eso nunca volví a ser la misma.

Tras eso acepté empezar a salir más con Miguel Ángel, se empeñaba en hacerme sentir mejor, aun que al principio nada funcionaba segun pasaban los meses el dolor disminuía, su compañía se me hacía más agradable. Acabamos quedando todos los días, me reía, me sentía bien, hasta que de pronto me ví en Londres con sus brazos alrededor de mi cintura y sus labios unidos a los míos sin apartarme, sin disgustarme el contacto. Ahí decidí que era hora de pasar página, que necesitaba hacerlo.

Ahora, sentada en mi coche, observando la foto de Mimi que la había hecho una hora antes mientras bailaba, solo podía arrepentirme de haber repetido la historia de nuevo aun que de otra manera en realidad. Al fin y al cabo ahora había sido yo la que había salido huyendo con esa llamada sin darla una explicación, sin decirla nada más que algo cortante que probablemente ahora la estaría dando vueltas en la cabeza hasta no dejarla dormir.

Sin pensar más salí del coche hasta llegar al hospital donde me subieron hasta la habitación donde estaba mi novio, sentado sobre la cama con varios rasguños y un brazo inmovilizado.

Avanzé hasta el, que al notar mi presencia sonrió de medio lado.

- ¿Como estás?

- Me parece un milagro no haberme roto nada pero ahora que estás aqui mucho mejor - sonrió ya del todo mirándome a los ojos

- Miguel yo...

- Lo siento tanto Ana - agarró mi mano - Me he comportado como un gilipollas, me cegaron los celos, me dejé llevar por la cabeza en vez de pararme a pensar las cosas dos veces. Tú eres única, no hay nadie tan especial como tú, no he querido a nadie como a ti ni quiero hacerlo. Me has aguantado tanto, siempre has estado para mi, yo en vez de apoyarte en ese momento duro huí como un cobarde pensando que te hacía un favor tanto a ti como a mi pero solo me he dado cuenta de lo mal que se me da vivir sin ti por eso estoy en Granada, quería ir a verte cantar para que vieras que te apoyo, que te quiero más que a nada en este mundo

Una lagrima recorrió mi mejilla. Quería creer de verdad que era de emoción pero en el fondo de mi sabía que era culpabilidad, había hecho todo mal, de nuevo.

- Cariño no llores ven - abrió sus brazos dejando que me refugiara en ellos

Yo me dejé hacer, sentía que se lo debía, el siempre había sido la persona más compresiva del mundo conmigo mientras yo había estado tiempo engañándole con otra persona.

- ¿Podemos olvidar todo lo que ha pasado hasta hoy? ¿Podemos volver a ser solo tú y yo? - susurraba mientras besaba mi cabeza

Yo me limité a asentir, tal vez era lo mejor. Olvidar todo, dejar atrás los sentimientos que esa rubia había causado en mi desde su vuelta para poder volver a mi vida calmada de siempre, una vida de la que ella había huído hacía tiempo, una vida en la que yo ya no quería hacerla partícipe.

Terminaría esa gira, los 12 conciertos que faltaban y me olvidaría que existía o simplemente evitaría esa información en mi mente como llevaba tanto tiempo haciendo.

- Te quiero tanto amor - susurraba Miguel sobre mi pelo

Elevé mi mirada para encontrarme de lleno con la suya, que estaba llena de culpa aun que no tanto como la mía.

- Espero que algún día puedas perdonarme por haber sido tan gilipollas contigo - me puso el pelo tras la oreja con la mano que tenía bien

- Espero que puedas perdonarme tú a mi - susurré poco audiblemente

- No tengo nada que perdonarte princesa, todo lo que haya pasado no quiero saberlo, solo quiero estar contigo el resto de mis días para recuperar lo que hemos perdido - me acarició la cara

- Yo tambien te quiero - sonreí todo lo sincera que pude antes de atrapar sus labios en un intento desesperado por creerme de verdad esas palabras

Quería volver a mi vida normal. Quería que todo volviera a tener un sentido. Quería borrar de mi mente la imagen de la chica que de nuevo había puesto mi vida patas arriba y lo conseguiría, como que me llamaba Ana Alicia que conseguiría borrar sus labios de los míos.

No me odiéis mucho :(

Gracias por seguir ahí, ya tenéis la historia de por que se separaron que tanta expectación causaba, espero que no haya defraudado mucho si os esperábais otra cosa. Dije que pronto la contaría asi que lo prometido es deuda.

Comentarme que os parece, si me queréis denunciar tambien JAJAJA muchos besos.

Nuestro momentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora