La Correcta

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- Oh... - murmuró

- Da igual - sonreí con amargura - en realidad es una tontería pero ya sabes lo ingénua que soy, olvídalo - me levanté del suelo dispuesta a irme con un nudo enorme en la garganta

- Ana - me agarró el brazo rápidamente haciendo que me girara

Ya tenía varias lágrimas recorriendo mis mejillas que ella se encargó de limpiar con sus pulgares acariciándome de paso, consiguiendo así que la mirara a esas dos esmeraldas que me causaban mil sentimientos en el estómago.

- Belén me dejó porque vió más que evidente que yo estaba enamorada de ti - susurró, para que solo fuéramos testigos nosotras dos en medio de la penumbra de mi salón - Ana he querido olvidarme de ti desde el principio, desde que pasó lo de Miguel Ángel, pero es que no puedo hacerlo - continuó acariciándome - Te miro a los ojos y siento todo lo que no soy capaz de sentir con nadie más, Belén es increíble pero no es tú por mucho que me esfuerza en intentar que lo sea

- Pero tú la quieres mira como estás desde que te a dejado - susurré yo tambien con voz lastimera

- No estoy así por eso Ana, claro que la quiero ella es muy importante para mi pero yo estoy asi por todo lo que a pasado contigo, te echaba tantísimo de menos que se me venía la vida encima - pegó mi frente a la suya

- Mimi...

- Escúchame lo se, sé lo mal que lo hemos hecho todo, sé que dijiste que querías ser mi amiga pero

- No - la interrumpí - lo de amiga mejor olvídalo - reí

- Vale - rió acompañándome - Pues sé que hemos hecho todo mal pero las dos somos tan desastrosas que no es nada extraño - rió de nuevo - Yo lo único que sé es que quiero ser la única que tenga la llave de tu corazón, que esta llave pienso cuidarla como lo segundo más valioso de mi vida porque lo primero eres tú - rozó su nariz con la mía - Quiero estar contigo Ana, quiero estar contigo de verdad sin tener que obligarnos a no poner etiquetas, quiero recuperar todo lo que teníamos antes pero en versión mejorada, porfavor...

- Vale - asentí sonriendo ante la propuesta que tanto deseaba

- ¿Vale? - sus ojos se ensancharon tras la sorpresa

- Vale - sonreí aun más

- ¿Es broma?

- Bésame de una vez Miriam

Y eso hizo, me besó con todo el amor que nos habíamos guardado desde que todo lo nuestro acabó hace años. Me besó con todas las ganas acomuladas de todo el tiempo sin hacerlo. Me besó con la convicción de que no sería la última vez que lo hiciera.

Fue un beso lento, pausado pero muy apasionado, que escaló de intensidad rápidamente. Chupó mi labio inferior causando que emitiera un leve gemido.

- Quiero arrancarte ese vestido ya Ana - susurró contra mis labios

- Y yo que lo hagas pero en silencio ¿si? - sonreí antes de volver a atacar sus labios

Bajó sus manos por mi vestido hasta llegar al final de el, metió las manos por debajo y apretó mi culo con fuerza causando un gemido ahogado que se quedó en mi garganta. Enredé mis piernas en su cadera sin separarme de sus labios para que, a tientas, buscara la puerta de mi habitación entre tanta penumbra. Realmente no se como consiguió dar con ella pero cerró la puerta con suavidad antes de tenderme sobre la cama, no sin deshacerse de mi vestido por el camino al igual que yo de su top claro. Sus manos se perdían en mis costillas, su lengua atacaba la mía sin piedad y mis piernas la aferraban a mi cuerpo como con miedo de que pudiese irse. La desabroché el sujetador deshaciéndome de el en alguna parte de mi habitación trayendo como consecuencia un cambio repentino de postura para que ella se deshiciese de igual manera del mío. Ataqué uno de sus pechos sin miramiento mientras ella sujetaba las sábanas de mi cama suspirando con fuerza, evitando gemir. No la hice sufrir tampoco mucho porque había algo que se me hacía más apetecibe que aquello. Lentamente bajé dejando besos por su abdomen bajando su pantalón a la vez que su ropa interior, veía como se mordía el labio viendo la escena desde arriba.

Nuestro momentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora