Te veré la próxima vez

🎶Te vi desde hace mucho🎶

SAKURA

Tiempo atrás, en los días donde perseguía a Sasuke. Veía en su silueta el sufrimiento que tanto lo atormentaba.

Incluso ahora, podía ver a aquella niña que lo miraba desde la carpeta opuesta esperando inocentemente que me notara. En realidad no lo entendía. En ese entonces, solo pensaba en mí y no me percataba de quien era realmente Sasuke Uchiha.

El único que podía entender ese tipo de dolor era Naruto, pues él igual que Sasuke conocía la fría y atormentada soledad.

El rostro del Uchiha era muy tierno para que en su interior se desarrollara esos sentimientos de venganza, que años después descubriría. La soledad que escondía en su máscara era, sin duda, muy triste.

Ahora que Sasuke había dejado atrás sus deseos de venganza, descubrí que él era más que eso.

Sasuke Uchiha era amable y gentil, bello y genial, sincero y terriblemente directo.

Él es y será mi eterno compañero. Solo esperaba que me reconociera, que me viera.

-Lo siento, Sakura, sé que estoy siendo un poco irracional...

Mi garganta se secó y me tapé el rostro. Estaba tan nerviosa y temblaba de pies a cabeza. El azabache frente a mí, me pedía que fuera con él.

Sin poder evitarlo, unas finas lágrimas se deslizaron por mis mejillas. La emoción me había consumido. Todo parecía parte de un hermoso sueño.

-¿Estás bien, Sakura?- escuché que decía con preocupación- No tienes por que llorar. No es necesario que vengas conmigo.

Dejé de cubrir mi cara cuando escuché aquello y lo miré fijamente con decisión.

-Quiero ir contigo, Sasuke.-respondí en una exclamación- Es que... me sentía tan feliz. Por fin después de tanto, puedes verme.

Su mirada fue de sorpresa, luego suavizó sus rasgos y sonrió.

Acarició mi mejilla con su mano derecha por unos segundos y después la puso sobre mi cabeza. Tranquilizándome.

-Lo sé, Sakura. Te vi desde hace mucho, no seas tonta, vamos tenemos una misión importante.

La opinión que tenían sobre Sasuke era
errónea, lo sabía. Me tomó años, pero finalmente ahora podía entender a Sasuke. No hacía falta que los demás lo reconocieran, yo lo notaba.

En medio de sus silencios, él decía mil cosas. Cuando era niño decía que no le dejaran solo y ahora me llamaba.

Ambos caminamos hacia la gran puerta de Konoha. Dejando por un tiempo nuestra aldea, pues íbamos a protegerla.

Sentí un tacto delicado recorrer mi mano. Era tan cálido y gentil que me robó un suspiro.

Posé mis ojos en él y finalmente entrelazamos nuestros dedos.

Aquella era una promesa silenciosa. Un pacto donde los dos, por fin, éramos compañeros eternos.