🎶El portador de mis sentimientos🎶

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SAKURA

-¡Eres tú el problema, Naruto!

Él volteó a verme con un rostro que revelaba confusión absoluta, sin embargo seguía sin entender como este chico se metió en un problema como aquel.

-¡¿Yo, Sakura?! ¡Yo no soy el problema, de veras!

Naruto se mostraba reacio a admitir su error, como de costumbre.

-Simplemente acéptalo, idiota. Y quizás Hinata te perdone.

-¡No lo entiendo, Sakura! ¡Ayúdame! ¡Pagaré por un mes el ramen que comas, de veras!

Él realmente se mostraba desesperado, pero yo no tenía tiempo para aquello. Naruto realmente me estaba causando dolor de cabeza.

¡¿Por qué tenía que venir a mi consultorio?!

Mi paciencia se estaba acabando de a poco y de un solo golpe lo mandé volar por la puerta. Escuché como esta se rompía en pedazos, mientras Naruto quedó en el piso del pasillo totalmente noqueado.

-¡No puedo creer lo idiota que puedes llegar a ser!-exclamé caminando amenazante hacia él- ¡Mira que venir justo cuando hay más trabajo en el hospital! ¡¿Por qué no vas dónde el hokage a cumplir misiones como el ninja que eres, idiota?!

-Estoy de vacaciones, Sakura...

-Así que tienes el coraje de responderme...¡¿Por qué no lo usas para disculparte con tu esposa, eh?! ¡Ve ahora y compórtate como un adulto, maldición!

Mi cabello rosa se había dispersado por mi rostro y aquello no hacía más que enfurecerme. Ahora que lo veía bien lo había dejado crecer demasiado.

Mi mejor amigo me veía con temor, mientras se tocaba su mejilla roja por el golpe que le di. Ambos estábamos haciendo un verdadero escándalo en medio de un pasillo lleno de ninjas médicos, pero este tarado se lo merecía.

Se lo había ganado con sus tonterías.

-No sé que hacer, Sakura, de veras...

Suspiré con cansancio al verlo tan dudoso y desesperado. Él bajó su mirada azul sin saber que decir y pensé en una forma de solucionar aquel problema.

-No te deprimas, idiota, tú no eres así. Realmente eres un caso perdido, Naruto, ya estoy harta de esa cara. Vamos a Ichiraku y tú pagas.

Sus ojos se iluminaron y me siguió por el pasillo del hospital.

Tenía bastante trabajo por el centro de niños de la aldea, así que me tocaba amanecerme por hoy. Tomé mi comunicador y llamé a Ino.

-Ino, ¿podrías sustituirme por un par de horas, por favor?-pedí.

-¿Es Naruto?

-Pues sí. Vino al consultorio a fastidiar. Parece que tiene un problema con Hinata.

-Me lo imaginaba, ya se esta haciendo costumbre. Me deberás una muy grande, Sakura.

-Sí, lo sé. ¿Qué me pedirás? ¿Otra cita con Sai?- cuestioné- Se esta haciendo costumbre.- me burlé.

-¡Sakura!-me regañó- ¡Así resulta más fácil! ¡Sai no podrá negarse!

-Si se lo pidieras no se negaría, Ino, en el fondo lo sabes.

-Pero así no tendrías como pagarme, frente de marquesina- bromeó.

-¡Oye!

Colgó. Genial.

-Sakura...

-¿Ahora qué, tarado?- respondí con mal humor.

-Es que...

Naruto parecía sorprendido por lo que veía, así que seguí su mirada.

Por instinto mi cuerpo se crispó. Reconocería aquel rostro de lejos, con esos rasgos tan finos y preciosos en él. Su mirada oscura y profunda encima de nosotros, estudiándonos con detenimiento. Su belleza tan fina y angelical, sin duda era Sasuke Uchiha.

El portador de mis sentimientos.



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