🎶Mátenme🎶

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SAKURA

Al instante toda mi fuerza fue a parar a su dirección. Mi mente estaba confusa y vehemente por la rabia. Estaba perdiendo el control.

Lo esquivó, pero Sasuke ya estaba preparado para el ataque. Peleó directamente con Takeshi, quien aún mantenía esa sonrisa socarrona, mientras le ayudaba a que sus golpes dieran con más precisión.

-Entrégate-ordenó mi prometido con la voz más gélida que había escuchado.

La batalla seguía y con el paso de los minutos se hizo repetitiva y casi sin sentido. Estaba jugando con nosotros.

-¡Deja de burlarte de nosotros! ¡Maldición!-exclamé dando un golpe más fuerte que los anteriores.

-No pretendía hacer eso, discípula de Tsunade ¿verdad?

Un gran impacto me derivó. Me dolía la mitad derecha de mi cuerpo y temía que mi visión se haya estropeado; sin embargo pronto logré recuperarme.

Mi brazo derecho estaba empapado de sangre por los cortes que recibí. El joven con partes de animal me atacó.

-¡Sakura!

Era la voz de Sasuke sin lugar a dudas. Mi cabeza dolió levemente y de inmediato me apliqué ninjutsu médico.

-Tú eres mi rival personal, Sasuke Uchiha-logré escuchar entre los sonidos de espadas chocando.

Incluso sin verlo, podía imaginar a mi prometido intentar llegar a mí. No obstante, no podía ser egoísta en estos momentos. Soy ninja, destruiríamos a Takeshi Fujimoto.

La misión... Nuestra misión.

-¡Sasuke!-grité con voz rasposa- ¡No te preocupes por mí! ¡Derrótalo!

Nuestras miradas se cruzaron. Su entrecejo estaba fruncido en desacuerdo, pero no cuestionó. Confiaba en mí, en mi fortaleza y no podía decepcionarlo.

No me decepcionaría de mí misma. Ese era mi camino ninja.

El rostro del muchacho solo expresaba dolor. Un sufrimiento tal que mi corazón se achicó de manera insoportable en mi pecho.

Atacó de nuevo, pero esta vez lo esquivé. Quería creer que aún era humano y podía salvarlo.

-¡¿Por qué le obedeces?!-pregunté en medio de sus ataques- ¡Puedes ser libre!

Su mirada perdida mostró algo de emoción. Mi esperanza creció y al segundo siguiente se destruyó.

Estaba llorando. Abundantes lágrimas caían de su rostro. Sollozos se escuchaban en medio de sus delirios llenos de dolor.

-D-D-D-Duele... D-D-Duele...-decía con una expresión llena de pesar.

No volvió a atacarme. Se derrumbó aún diciendo incoherencias. Detuve mis golpes y sentí compasión. No merecía eso, ese chico no cometió pecado alguno para terminar así.

Me acerqué a él y acaricié su rostro lleno de lágrimas. Vi en su mirada a los niños que cuidaba en la aldea. Pequeños que habían sufrido de manera incalculable.

Lo abracé y sentí mucho dolor mientras acariciaba su piel rasposa por el cuero de animal.

-M-M-Me d-d-duele...

Su cuerpo se sacudía en espasmos. En mi mente era un tierno niño con heridas más grandes que las de un adulto y no pude evitar querer ayudarlo.

-M-M-Mátenme... D-D-Dolor... M-M-M-Mátame...

Escuché el gran sonido de una explosión.

Momentos después, la oscuridad inundó mi mente.

Te veré la próxima vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora