🎶Espérame, Sakura.🎶

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SAKURA

Diferentes armas eran lanzadas hacia mí. Atacaban mi espalda y mis piernas para desestabilizarme, pero lo esquivaba a la perfección.

-¡Maldición!

Con mi puño desquebrajé el suelo esperando que aquello los detuviera momentáneamente. Eran hábiles, no tardaron mucho en volver a atacarme.

-¡Muere de una vez!

La planta empezó a temblar, el edificio se derrumbaría en unos minutos. Al menos los niños no estaban allí.

-¡¿Qué sucedió contigo, Karui?!-exclamé en un grito cuando mi puño se acercó a su mejilla.

Lo esquivó y Ryu aprovechó para atinarme una patada en la espalda. Caí al suelo dolorosamente.

-¿No notaste lo que pasa con tu cuerpo, doctora?-preguntó Fujimoto.

Traté de levantarme, sin embargo mis piernas temblaban sin control. Caí de rodillas aún con mis extremidades temblorosas.

-Sé que mi clan parece una creación, pero no debiste subestimarme.

-Déjame explicarte, Sakura-dijo Karui mientras se acercaba con un kunai- El poder de mi esposo debilita tu poder físico, así que dudo que te puedas mover más ¿Por qué no mueres de una buena vez?

El kunai rozó peligrosamente mi cuello cuando golpeé su rostro con un puñetazo.

Karui fue lanzada a unos metros de mí. Respiré agitadamente aún con chakra en mis manos.

-Parece que los que me subestimaron fueron ustedes, ¿no?

Me puse de pie con una sonrisa mientras la pareja me miraba furiosa.

-Veamos quien cae primero-propuse para después atacar a Ryu Fujimoto-¡Maldición!

SASUKE

Con el poder de mi sharingan invadí la mente de aquel sujeto. En sus memorias mantenía la cabeza abajo, mientras escuchaba las órdenes de un hombre de cabello marrón.

-Déjala planear la huida, mi esposa se hará cargo. Karui acabará con la discípula de Tsunade.

-Pero, señor...

-¡No me contradigas más!-gritó notablemente molesto-Además esa ninja no tiene idea de mi poder...

-Entiendo, señor Fujimoto.

Las palabras dejaron de sonar y desactivé mi sharingan.

Tomé el cuello del intento de ninja y vi como luchaba por respirar, dije que no iba a ser amable. Al final mi mano derecha lo soltó, necesitaba encontrar a Sakura de inmediato.

Me dirigí rápidamente a dónde se supone que estarían los niños. La sorpresa me invadió al ver los aldeanos y a la abuela Ao con palas y demás instrumentos de campo.

-Rescataremos a los niños, jovencito-dijo la anciana con su peculiar voz rasposa.

-No es necesario.

A lo lejos un grupo de infantes corrían hacia nosotros. Sakura los había salvado.

-Ve hacia ella, muchacho-dijo la abuela Ao entre lágrimas.-Te debe extrañar mucho, ¿no?

Asentí y corrí hacia los túneles.

Espérame, Sakura. Por favor, espérame.

Te veré la próxima vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora