🎶Igual no puedo decir que no🎶

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SAKURA

Besé su mejilla. Mi mirada se dirigió deliberadamente a sus labios, de nuevo.

Solté el aire que contenía lentamente, mientras nuestras respiraciones se unían en el aire.

Nuestras frentes se tocaron, cuando ambos tratábamos de recuperarnos en pausados suspiros.

-Deberíamos irnos, cariño-susurré cerca de él antes de levantarme.

Se acercaba la tarde y teníamos que ir a la misión. Ir tras Takeshi Fujimoto.

Mi cuerpo entero temblaba, incluso mis manos. Mis mejillas se habían calentado tanto que temía tener fiebre. Traté de mantenerme firme sin caerme, pero mi mente estaba hecha un lío.

En el fondo, no quería irme. Este sería por mucho tiempo mi mejor recuerdo. No deseaba abandonarlo, no tan rápido.

Cerré los ojos con fuerza. Quizás este instante se volviera eterno, era tan perfecto... Hermoso.

Sentí como repentinamente Sasuke rodeaba mi cintura con su brazo y me acercó a él para después juntar sus labios a los míos.

Al principio me sorprendió tanto que dudé en responder, pero no tardé mucho en dejarme llevar.

La sensación era tan intensa que pronto mis rodillas cayeron al suelo, llevando a Sasuke conmigo.

Me sostuvo cuando estuve a punto de caer por completo. Su brazo protector alrededor de mí.

-Lo siento...-me disculpé con una risa nerviosa.

-Hmp...

En su rostro aún quedaba un pequeño rastro de rubor. Me recordó a un pequeño Sasuke y reí pensando en lo tierno que se veía.

Él se mostraba confundido. Le di un golpecito en la frente con dos de mis dedos y sonreí plenamente.

-No me burlaba de tu petición, cariño.-expliqué- Igual no puedo decir que no ¿lo ordenaste, verdad?

Él sonrió, sin embargo era una sonrisa tan verdadera que quedé fascinada al instante.

Sasuke Uchiha tenía la mejor sonrisa que había visto en mi vida.

-Vamos-murmuró levantándome.

Caminamos en medio del campo, mientras me despedía de los cerezos en silencio.

Tomé la mano de mi prometido. Apreté fuertemente sus dedos asegurándome de que esto no era un sueño.

Todo era real.

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El atardecer pronto se impuso sobre Konoha. Llevaba una pequeña mochila sobre mi espalda, sería un viaje complicado.

-¡Sakura, nos vamos, de veras!

-Ya lo sé, idiota.

Por alguna razón desconocida, se veía realmente feliz. Aquello me preocupaba, Naruto era escandaloso a sobre manera pero hoy se estaba pasando.

-Basta, N-Naruto...-suplicó Hinata mientras el rubio la abrazaba infantilmente.

Debe ser un poco vergonzoso que tu esposo te dé tanto cariño en frente de alguien como Sasuke. La cara de mi prometido era un poema.

Reí ligeramente.

Analizándolo bien, la Hyuga no se veía incómoda. Estaba realmente sonrojada.

-¿Naruto, estás bien? Hoy en especial te ves demasiado ridículo-pregunté con algo de sarcasmo.

Mi amigo ni casado dejaría de ser tan... Pues tan él.

-¡¿Cómo no voy a estar feliz, Sakura?! ¡Por fin te vas a casar con tu querido Sasuke, de veras!

El ambiente se congeló, incluso Hinata estaba sorprendida. Volteé para ver la expresión de Sasuke, y este estaba entre molesto y petrificado.

-F-Felicidades, Sakura... Sasuke-dijo Hinata en un pequeño susurro.

-¿C-Cómo lo sabes...?-medio cuestioné con nerviosismo.

-¡El hokage me lo dijo, de veras!-exclamó con temor al verme enojada.

Y no tan solo era yo, Sasuke se veía igual o más molesto que yo.

Estábamos alejados de la aldea y no había opción de regreso, además pronto tomaríamos rumbos diferentes.

Naruto y Hinata al oeste y nosotros, al este.

En mi mente imaginé mil maneras de asesinar al sexto hokage, pero era inútil. Carecíamos de tiempo para volver.

-¿Naruto, quieres venir por un momento?-llamé.

El rubio se escondió detrás de su esposa. No era tan tonto, sabía que en ese momento era muy peligrosa.

-¡Sakura si voy, me vas a matar, de veras!

Suspiré y decidí dejarlo pasar, lo que más me preocupaba era que tanto había visto Kakashi.

¡Maldición!

Mi prometido se veía enojado. Era un aura especialmente asesina.

El camino siguió así. Naruto escondiéndose detrás de su esposa, mientras recibía miradas no amables del Uchiha.

Después de un tiempo, ya era hora de separarnos.

Sasuke y yo fuimos al este luego de una pequeña despedida.

Llegaríamos en un día al pueblo de Takeshi Fujimoto.

Sin sospechar, que en aquel lugar la muerte ya había llegado.

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Nota de la autora: ¡Ya inicio la segunda parte del libro! ¡Gracias por apoyar esta historia, espero que sigan leyendo! ❤ Naruto hizo un pequeño cameo😂 Kakashi no dejó pasar la oportunidad de avergonzar a sus alumnos😅

¡Hasta la próxima, lectores!🥰





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