Capítulo 3: ¡Yo te elijo!

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Volvió en sí y la primera impresión que tuvo de la vuelta en su totalidad de consciencia era la palabra malestar. Sentía como si su cerebro se estuviera sacudiendo sin parar, le dolía todo el cuerpo y apenas se atrevió a abrir los ojos un fuerte dolor de cabeza llegó como una bala a fastidiarle aún más en el momento. Lo peor del caso es que ni siquiera recordaba por qué su cuerpo se encontraba en tal estado, no es como que me hubiese caído de un lugar alto o que...

—Algo me hubiese explotado en las narices... —Recordó de inmediato dónde estaba y que hacía... Y por qué le dolía tanto toda la existencia.

Miró apresurado hacia todas direcciones, logrando ver una buena cantidad de escombros esparcidos por todos lados, sin que le importara realmente. Lo que si le importó, fue ver una cabellera azul a pocos metros de él. Por un momento se exaltó, pero al darse cuenta de que no tenía más que algunos rasguños - al menos por fuera. - se relajó muchísimo.

Por supuesto. También quiso averiguar sobre el paradero del Profesor Sycamore y se sorprendió al ver como se levantaba aún con lo difícil que se le estaba haciendo. Supuso que el hombre estaba en una situación similar a la suya, sino es que peor.

—Profesor, ¿Que fue lo que pasó? —Se colocó de rodillas, aún no se sentía bien lo suficientemente bien como para aventurarse a ponerse igualmente de pie.

—Y-yo... No lo sé. —Vió con preocupación como se sujetaba la cabeza. Se notaba que la estaba pasando mal.

Aunque no valía de mucho que se compadeciera de él, siendo que su persona no se encontraba en una mejor condición.

No hubo mucho tiempo para tratar de hacer más preguntas o comenzar a discutir lo que harían, pues comenzaron a escuchar voces que claramente no pertenecían a nadie que trabajara ahí.

—Vaya, tal vez nos pasamos un poco. —Dijo una voz femenina, eso hizo que me girará para ver quién era.

—¡Son solo daños colaterales nya! —Eso era... ¡¿Un Meowth que habla?!

—Menos charla y más acción chicos.

Un momento...

Uniforme blanco con una "R" en el pecho, un Meowth que habla, un laboratorio lleno de Pokémon...

Oh no.

—El Team Rocket. —El profesor confirmó sus suposiciones, esto era malo, muy malo.

—¡En carne y hueso! —Exclamaron los tres a la vez. Al albino le sorprendió un poco ese nivel de coordinación—. Ha pasado un tiempo Profesor Sycamore. —Ok, ya con eso estaban empezando a asustarlo.

Hizo un rápido análisis de todo ahora que podía. Y según sabía - él y más de medio mundo la verdad. - esas personas hacían parte de un grupo que se dedicaba a robar Pokémon en cantidades desmedidas, tanto salvajes como de otros entrenadores para sacarles provecho de formas desconocidas para la gran mayoría. Pero era confuso, ya que hasta donde se tiene entendido, el Team Rocket se disolvió hace años...

Pero rápidamente dejó ese tipo de pensamientos de lado al concentrarse en lo único que importaba entre toda esa información, y miró hacia donde momentos antes de encontraba, preocupándose un poco - bastante. - al no encontrar a los pequeños junto a ellos.

—¡No están! —Exclamó al darse cuenta de que todos los iniciales que el profesor le había presentado minutos antes no se encontraban en el lugar.

Sycamore se alteró al darse cuenta de eso, era obvio que temía por el destino de esos Pokémon, pero su mirada no vaciló por más de un instante, y volvió a fijarla en los criminales frente a él, sujetando con firmeza una Ball de su bolsillo.

Sin Límites | Pokémon |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora