Capítulo 32: Viaje a Mele-Mele, Encuentro con el Kahuna.

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—Bien, ahora que ya podemos estar tranquilos.

Llegaron al pie de la montaña sin mayores inconvenientes, de hecho cada Pokémon que se cruzaban simplemente se quitaba del camino o directamente huía por su cuenta o aterrada por la manada de lobos junto a los chicos, aunque también estaban los que eran más curiosos y temerarios que se acercaron a olfatear los y luego se iban, cosa que nadie supo explicar en el momento.

Pararon a descansar en una parte donde se asegurarían de que nadie los llegaría a molestar, para ello Ryū dejo vigilando a Laxus por si acaso, nadie se atrevería a acercarse a ellos con un legendario vigilando por ahí.

Además al albino el precio de usar un Movimiento Z le pegó mucho más fuerte de lo que imaginó. Se parecía mucho a la sensación de cansancio que tuvo aquella vez en el bote del señor Briney.

Solo que esta vez no iba a desmayarse solo por ello.

—Ryū, se que no quieres hablar del tema pero como tus amigos y ellos como los capitanes merecen saber exactamente como es que conoces a Tapu Lele.

Y ahí estaba, sentando en el suelo viendo con la mirada levantada mientras Rouse le daba un sermón de las razones porque debería hablar de una vez mientras acariciaba al pequeño Rockruff con el que había empezado a jugar, pero el simplemente decía que le daba flojera, cosa que hacía que la conversación se reiniciará una y otra vez.

—Si no nos dices no habrá galletas para ti.

—... Eso es jugar sucio.—Quejó.

—Entonces habla o le daré todas tus galletas a Ryuga.—Amenazó nuevamente.—Y sabes que él no se pondrá a pensar en ti mientras se las traga todas.

Odiaba cuando tenía razón, Maldito dragón aprovechado.

—Suspiró entre fastidiado y cansado, soltando al tipo roca que se mantenía en su regazo.—Está bien.

—Vaya eso fue bastante rápido.—Dijo Nahomi con gracia.

—Tú amenazalo con la cosa correcta y hará lo que quieras.

—Sabes, dicho así suena un poco extraño.—Señaló Mallow.

—...

—...Tengo hambre.

—Nos estamos desviando.—Decía Kiawe.

Vamos a ahorrarnos la extensa explicación en la que se narra la forma en la que cierto albino apenas llegar a la región por alguna razón se sintió atraído por un lugar en especial y cuando llegó se encontró con el guardián de Ula-Ula y tuvo que combatir contra el, para que luego llegarán sus hermanos y el resto es Historia, historia que ellos no sabrían jamás, probablemente.

—...

—Si van a decir algo háganlo ya, me están poniendo nervioso.

—Perdón, pero es que...

—Ryū, tienes un talento increíble para meterte en problemas estando solo, ¿Sabías?—Dijo Rouse, manteniendo la calma.

Cosa que los capitanes no hicieron.

—¡¿Los Guardianes se presentaron ante el apenas tocó la isla?!

—Eso es... Demasiado extraño.

—Ok, ok, vamos a calmarnos un poco, ¿Quieren?—Pidió la peliverde.

—Esta bien.

"Joder que volátiles." Estaba algo confundido pero su cara no demostraba nada en concreto, como siempre, cosa que planeaba aprovechar para evitar que la conversación se extendiera más de la necesario.

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