No de nuevo.
—¿Qué está pasando?
Los gritos, las explosiones... Pensó que se había librado de todo aquello pero al final, siempre volvería a lo mismo.
—¡¿Qué pasa con las luces?!
Este tiempo había estado tan distraído con sus amigos, que olvidó por completo que le dio el último empujón en su decisión de salir de viaje al final.
Aquel estresante sueño que durante años ha estado haciendo ruido en su cabeza.
—¡Ryū, despierta ya!
El sudor que su cuerpo producía no era nada más que una forma de evitar saturarse del sufrimiento y el miedo de todos, ver tantas personas huyendo y gritando al mismo tiempo estaba comenzando de verdad a marearlo.
Quería vomitar, pero por alguna razón no podía, aquella sensación estaba en su garganta pero realmente no tenía nada que sacar.
—¡Ryū, despierta!
También, se sentía muy extraño, como si su cuerpo se entumeciera. Una extraña corriente eléctrica con mucha fuerza recorría cada órgano, hueso y en general, cada célula de su ser y...
Su corazón se sentía extraño.
Las voces se hicieron más fuertes, podía escuchar que lo llamaban, quería despertar, pero era realmente complicado.
Todo el ruido a su alrededor no lo dejaba pensar claramente, quería librarse de todo eso de una vez. Así que en una decisión complicada incluso para él.
Tomó la primera cosa con filo que encontró, un trozo de vidrio que mostraba haber sido más grande, pero todas las personas que pasaron sobre el reducieron su tamaño haciéndolo perfecto.
Y se apuñaló en el pecho.
—¡AGH!
Despertó al fin, sudando a mares y sintiéndose más pesado que de costumbre, pero eso fue lo que menos le importó. Su corazón estaba latiendo a mil y estaba temblando, realmente estaba confundido.
Una voz llegó para tratar de hacerlo estabilizarse.
—Ya, estás bien, no pasa nada.
El profesor lo miraba junto a Nahomi y Mayla, recién se daba cuenta de que estaban de vuelta en la casa del mayor, pero por alguna razón todos se veían asustados.
Por una mera corazonada se puso a mirar toda la casa.
Cada luz y aparato electrónico estaba fallando.
—Ryū...—Susurró Rouse.—Ya todo está bien, puedes calmarte... No te pasará nada.
Ahora entendía el peso extra.
Ella estaba abrazándolo muy fuerte, ahora que de verdad estaba prestando atención incluso podía sentir su respiración agitada chocar en su cuello.
Pensó un poco sobre sus palabras y su propia respiración comenzó a normalizarse pasado unos segundos en los que miró a la absoluta nada. Los aparatos de la casa al igual que las luces por alguna razón también volvieron a funcionar normalmente.
Su mano cosquilleaba.
—¿Qué acaba de pasar...?—Dijo por fin.
—Tú... Te desmayaste en la playa así que te trajimos aquí, no despertabas así que incluso trajimos a un doctor pero no encontró nada extraño... O por lo menos nada que él supiera explicar.—Narró el mayor, su tono era de preocupación.—Empezaste a moverte poco después de que el se fue cómo si estuvieras sufriendo por algo.
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Sin Límites | Pokémon |
FanfictionEl sueño de la mayoría de los niños era el convertirse en un Entrenador Pokémon y viajar por el mundo en busca de aventuras con aquellas criaturas. Pero habían excepciones, como la del protagonista de esta historia por ejemplo. Ryū Akahiro no tenía...