Capítulo 65: El cielo ya no es el límite.

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—¡Mierda!

Sus gruñidos de dolor se hacían cada vez más y más constantes y fuertes, pero aún no llegaban al punto de convertirse en gritos. En parte, porque de nada serviría gritar ahora y por otro lado; porque curiosamente el mismo dolor que le aquejaba le impedía gritar por lo intenso que era.

Apenas y podía pensar bien, y justamente por eso no pudo hacer nada para evitar estrellarse contra la superficie de una gran isla flotante, la gravedad que parecía no existir antes le jugó una mala pasada y quedó incrustado en el suelo.

Había dolido, bastante.

(Vamos, de pié.)

—No me jodas...

(Aún ni siquiera has logrado algo de avance, continúa.)

—Que fácil es decirlo, ¿No?—Soltó adolorido, frunciendo el ceño ante el poco tacto de quién ahora era su "Maestro".—¿Si te das cuenta que mi brazo va a explotar si no tomo un descanso ahora, verdad?

El Pokémon Renegado miró hacia la extremidad del albino, observando cómo está parecía estarse quemando constantemente además de estar increíblemente lastimada a pesar de que aún tenía todo en su lugar. Al comprobar lo que necesitaba volvió a mirar a los ojos del Dragón Blanco.

(De pié.)

—...No puedo hacer esto, no es algo con lo que alguien como yo pueda tratar.—Hizo caso omiso a aquella "órden" nuevamente.—Es demasiado, ¿En qué demonios estabas pensando al creer que esto era una buena idea?

(Levántate, usa Recuperación y deja de quejarte.)—Le reprendió.—(Que tengas hambre no es asunto mío, viniste aquí a entrenar y eso planeo que hagamos.)

"Mierda, me descubrió..." Chasqueó la lengua frustrado, a estos momentos podía escuchar a su estómago rugir con fuerza exigiéndole tanta comida como pudiera, pero parece que en ese momento no era posible satisfacer esa "Necesidad".

Lanzando un suspiro resignado, se levantó ignorando el dolor al usar su brazo como apoyó y se puso recto. Estabilizó el ritmo de sus latidos y su respiración para que casi instantáneamente un aura verde cubriera todo su cuerpo y todas las heridas de su brazo fueran reducidas a la nada.

—¿Al menos puedo ir por un bocadillo antes de seguir?

(No.)

Fuck.

No sabía a ciencia cierta cuanto tiempo había pasado desde que entró a ese lugar, y ciertamente debería estar preocupado. El gobernante de ese mundo le explicó que el tiempo era un concepto sin importancia en ese lugar por lo que si pasaba demasiado tiempo ahí podría terminar afectandole y al momento de salir, bien pudieron haber pasado solo un par de segundos o un par de milenios.

Pero estaba tranquilo, confiaba en Giratina, de alguna forma.

"Ni siquiera me dió explicaciones, solo vino y me dió el Madrazo más doloroso que sentiré en la vida y ya... ¿Qué clase de presentación es esa?" Se quejaba mentalmente, ya que era bastante inútil tratar de hacerlo en voz alta. Él no le prestaría atención de todos modos.

Desde que entró ahí y Giratina había manifestado querer "Prepararlo" y se la habían pasado entrenando, o más bien Ryū recibiendo paliza tras paliza que es lo que realmente sucedía; en el afán del Legendario por hacer que aprendiera un par de movimientos.

Solo que seguía pensando que era demasiado, además de que estar en ese lugar no ayudaba demasiado en la tarea.

Sus energías, aún con todo el asunto del super-generador se fueron agotando rápidamente con cada intento que hizo, que además resultaron todos fallidos por cierto. En lugar de algo bueno había terminado experimentando dolores incomparables en sus brazos, garganta y pulmones, porque así de inestables eran esas cosas.

Sin Límites | Pokémon |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora