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Capítulo 10: Sobre nubes.

[Reescrito porque el maldito Wattpad así lo quiso, me cago en el historial de revisiones y sus bugs de mierda.]

Justo después de la segunda despedida de Ryū con su madre, los chicos habían emprendido camino hasta el Aeropuerto de Castelia para partir desde ahí ya que podían.

Al parecer, para un evento de tal magnitud los gastos de viaje de los participantes están totalmente cubiertos por los organizadores. Asusta pensar un poco en cuanto es el dinero del que disponen para algo así, pero a nadie le interesa eso.

—No quiero hacer esto...

—Ryū ya lo hablamos.

Y justo ahora, estaban discutiendo porque el albino renegaba de subirse a un avión, no porque se hubiese arrepentido de todo lo que le dijo a su madre, si no porque estaba totalmente seguro de que apenas se subiera en esa cosa caería en la desesperación de marearse y estar así durante todo el viaje, que por cierto no iba a ser para nada corto.

Aunque era un poco tarde para quejarse, ya están en el aeropuerto.

—Voy a morir.

—No morirás solo por marearte, y además se te pasará. —Con sus propias manos reviso las pertenencias del pelirrojo y de ahí saco un frasco con aquellas pastillas para el mareo y lo hizo tragarla a la fuerza—. No molestes.

Se la tragó, obligado pero lo hizo, pasándolo con algo de agua porque lo agarró con la guardia baja, solo gruñó repetidas veces aunque ella lo ignoro por completo.

—¡Chicos ya volví!

Como Ryū no tenía ni idea del asunto y a Rouse aún le dolía los pies, Akashi se propuso ir por los tickets especiales para los tres y que así pudieran abordar el avión sin problema alguno.

—¿No es genial?, podremos conocer Hoenn además de retar a un Gimnasio en ese lugar, eso quiere decir que tendremos tiempo para hacer algunas capturas. —Dijo a lo que ellos asintieron.

La verdad es que desde la mañana el pelirrojo había estado muy enérgico y les costaba un poco seguirle el paso, era raro porque cuando se conocieron no parecía del tipo revoltoso.

Y ahí estaba, moviéndose por todos lados siendo seguido visualmente por sus compañeros de viaje.

—¿Es alguna clase de demonio de Tasmania?

—Demasiada energía.

Y viendo que estaba empezando a incomodar a las demás personas en el lugar, se vieron obligados a pararle en seco y preguntarle qué demonios era lo que le estaba pasando como para que actuará de esa forma tan de pronto.

—Oh, bueno. —Se rasco la nuca algo avergonzado,recién se dio cuenta de que se vió como un niño—. Supongo que cualquiera estaría feliz en si cumpleaños.

—...

Unidades Blanco y Azul, sistema reiniciandose, por favor no apague el equipo durante el proceso.

Reinicio completado.

—¡¿Es tu cumpleaños?! —Exclamó la peli-azul—. Demonios, debiste haberlo dicho antes... Habría preparado algo...