Capítulo 16: Voluntad de Equipo.

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-Ryū, arriba.

-Me niego.

Esa clase de peleas definitivamente se iban a volver habituales, por la determinación de ella de hacerlo despertar temprano y por la flojera de el al no querer dejar sus cobijas y levantarse hasta que el sol lo obligue. Cosa a la que los demás ya se estaban haciendo la idea de que tendrían que aguantarse.

-¿Creen que está vez pueda lograrlo?

A unos metros de ellos, el resto del grupo estaba prácticamente listo para partir, solo les quedaba terminar con su desayuno y que sus Pokémon también lo hicieran ,además de que el albino decidiera levantarse y podrían irse. Claro, no estaban llendo muy rápido, tenían tiempo de sobra.

-¿Sola?-Dijo el pelinegro más como en negación.

-Lo dudó realmente, Ryū parece de los que duermen hasta que su cuerpo ya no los deja cerrar los ojos de nuevo.-Contesto la más baja de los hermanos.

-Tiene razón, así que bueno, Ryuga.

El Gabite dejo su comida al escuchar su nombre, dirigiéndose hacia el pelirrojo para averiguar qué necesitaban de él, aunque ya lo imaginara.

-¿Podrías ayudar a Rouse?, creo que no podrá ella sola con eso.-Sonrió señalando al otro lado del Centro Pokémon, donde yacía en un sofá el albino cubierto con sus sábanas y la peliazul sacudiendolo para que saliera de ahí.

Giró su cuello para poder verlos para luego girarse de nuevo al pelirrojo, asentir y dirigirse hacia allá.

-¿Seguro que no se molestará?

-Nah, ya debería estarse acostumbrando.

Lo siguiente que se escuchó fue un grito de dolor, seguido de la enfermera Joy saltando del mostrador para ver qué pasaba y sólo encontrarse con la mano del albino con una enorme marca de mordida ensangrentada.

Que curiosamente había reabierto la herida de la primera vez que lo mordió ahí, siendo un Gible.

-¿Seguro?-Preguntó denuevo Arata.

-...-Parece que lo dudó un poco.-Seh.

-Pobre.

Después de vendar -otra vez- la mano del albino y de pedir disculpas entre todos a la enfermera por el alboroto, sintieron la luz del sol directamente estando ahora en ciudad Malvalona después de una larga caminata desde ciudad Portuaria, de la que llegaron cansados, razón por la que buscaron rápidamente un Centro Pokémon para descansar.

-Hey, Ryū, tu y yo somos los que más problemas tendrán en el Gimnasio, ¿Que tal algo de entrenamiento después?

-Asintió ante la propuesta del pelirrojo.-Esta bien, aunque primero tendríamos que salir de la ciudad.

-¿Pero que dices?, Si Ryū tiene a Ryuga, debería ser fácil para el.-Decía Nahomi uniéndose a la conversación.

-No voy a usar a Ryuga.

-¿What?, ¿Porque harías tal tontería?-Esta vez fue Arata.

Observó cómo el nombrado salía corriendo del Centro Pokémon mientras perseguía al Noibat en forma de juego, para que después se les unieran la Ralts y los Charmander del grupo.

-No se hasta donde puede llegar, es incluso más fuerte de lo que pensaba.

-¿Eso no es bueno?

-Un entrenador debe saber cuáles son los límites de sus compañeros, si lo hago exigirse demasiado cegado por la idea de qué es super fuerte sería malo para el en algún momento.

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