No hay necesidad de decir que ocurrió cuando fue el turno de Rouse de combatir, ella es más hábil que Ryū de momento y siendo sinceros su equipo no tendría más complicaciones de las necesarias, sumando un elemento extra.
Marshtomp.
El solo de bastó para acabar con el Numel y el Camerupt de la líder, usando su clara ventaja total de tipos para barrerlos con sus movimientos de agua y tierra, una victoria sencilla.
Sin embargo, contrario a lo que desearon,siguiendo con su racha de conseguir medallas en poco tiempo, no pudieron dejar la región al día siguiente.
Ni al siguiente.
La razón, por las constantes tormentas de arena que cesaron el día anterior gracias a la intervención de Ryū y Rouse, el aeropuerto quedó bastante afectado y reparar todos los daños no fue algo sencillo, razón por la que llevan más de una semana quedándose en un hotel -porque se cansaron de dormir en el Centro Pokémon solo para ahorrar dinero por si lo necesitaban- para estar cómodos mientras durante el día salían a entrenar y hacer otras cosas.
En ese tiempo han pasado algunas cosas, como aquella que se arrastra como la larva que es hasta la cama del durmiente albino.
—Otra vez... ¿Qué haces aquí?.—Dijo entre bostezos.
La Larvesta que rescataron se había recuperado extremadamente rápido luego de algunas visitas al Centro Pokémon, pero con ello también se había vuelto muy activa y por alguna razón en las mañanas se escapaba de la habitación de Rouse para ir a la de Ryū, despertando lo para jugar con el.
No entendía porque, ya que eso solo lo hace con él, y tampoco había demasiadas razones para que se apegara de esa forma.
Solo suspiró, siendo prácticamente obligado a dejar la cama se levantó con cuidado de no despertar a sus compañeros que compartían también el mueble con él.
—...¿Vas a seguir haciendo eso?
La cara de felicidad que traía en cima cuando la tomo en brazos fue respuesta suficiente, normalmente le molestaría pero no podía estarlo con ella. Aunque no lo admitiera se veía adorable.
—Son las ocho, los chicos de seguro ya están desayunando.—Su estómago rugió como confirmación de ello.—Muy bien.
Uno a uno despertó a todos sus Pokémon, teniendo más problemas con el más grande de todos ya que aveces podía ser igual de flojo que el, y no poder tocarlo directamente era un impedimento fuerte, además del Noibat porque físicamente aún era un niño pequeño y le costaba más, pero a él se le perdonaba.
Una vez se aseguró de que nadie fuese a dormirse a medio camino, salió de la habitación siendo acompañado de su equipo y de la Pokémon bicho hacia el comedor del hotel donde efectivamente ya lo esperaban sus amigos con sus porciones respectivas servidas.
—Buenos días.—Saludó dirigiéndose directamente hacia la peliazul.
—Buenos días amigo.
—Buenos días Ryū.
—Buenos días.—Dijo Rouse extendiendo los brazos para recibir a la Larvesta.—Lo siento, otra vez se las arregló para irse y que nadie se diera cuenta.
—No importa, no hace daño a nadie así que bueno.—Respondió con indiferencia al sentarse en su lugar.—¿Alguna novedad?
—Si, parece que ya podemos irnos, el aeropuerto de la ciudad está listo.—Dijo Akashi mientras terminaba su desayuno.
—Sigo preguntándome porque no volvimos a Ciudad Férrica como todo el mundo.—Dijo Nahomi.
—Porque la verdad es demasiado tedioso y Ryū se marea, por eso.—Contesto Arata mientras lanzaba algunas golosinas hacia su Dewott.
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Sin Límites | Pokémon |
FanficEl sueño de la mayoría de los niños era el convertirse en un Entrenador Pokémon y viajar por el mundo en busca de aventuras con aquellas criaturas. Pero habían excepciones, como la del protagonista de esta historia por ejemplo. Ryū Akahiro no tenía...