Capítulo 46: Surgir ardiente.

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La noche caía en Kalos y la iluminación de Lumiose se veía cada vez más distante en medio de su vuelo. El viento nocturno consiguió relajar cada uno de sus músculos hasta un punto en el que necesitaba asegurarse de no dormir o de lo contrario se caería del lomo del Noivern.

L-Drago parecía estar disfrutando mucho del paseo, aunque en silencio, pues sabía que en estos momentos cualquier ruido innecesario rompería el trance de su entrenador, sin embargo este saldría de ese estado por su propia cuenta al divisar un oasis en medio de los baldíos.

—Desciende un poco amigo, desde esta altura podríamos pasar de largo.

(Entendido.)

Rápidamente el tipo dragón contrajo un poco sus alas para que ambos cayeran en picada por no más de cinco segundos y así estar a la altura ideal, seguramente no batió sus alas más de diez veces luego de estabilizarse hasta que ambos divisaran en el centro de aquel mini prado una luz muy propia del fuego.

Sin esperar a la clara orden descendieron, en el sitio estaban todos cenando y a unos metros se veían un par de tiendas puestas.

—Sí que te tardaste lo tuyo eh.

Se extrañó por el tono que usó la peliazul, creía recordar haberle avisado que llegaría para esas horas. ¿Entonces a qué venía eso?

—Llegue a tiempo, es lo que importa.—Contestó mientras bajaba del lomo de su Wyvern.

—¿Conseguiste lo que buscabas?—Esta vez habló Akashi, quien terminando su cena se levantó.

Ryū cruzó miradas con su Noivern y este movió un poco su cola para que todos pudieran avistar el gran pañuelo blanco que estaba atado cerca de la punta, cosa que este mostraba con orgullo.

—Ya veo.—Susurró el pelirrojo.

—Entonces a eso te referías, por un momento pensé que solo ibas a darles de comer todo el día...—Dijo la castaña, Ryū la miró raro.—Lo siento, pero viniendo de ti me espero cualquier cosa.

Tenía algo de razón, no iba a negarlo.

—¿Todos tienen algo parecido?—Indagó Arata que igualmente iba terminando su cena.

—Se, pero en temas más importantes... ¿Qué están comiendo?

Las tripas del albino rugieron, generando algunas risas, aunque él no entendiera que era tan gracioso, de todos modos estaba más ocupado quejándose de que tenía hambre.

—Ven y te doy tu parte.

—Genial.

Antes de eso vió hacia la derecha donde se veían a muchos de sus Pokémon estando cerca de su fuente de agua, entonces decidió de una vez dejar que todos sus Pokémon estuvieran al aire libre, mientras él seguía a Rouse.

Rápidamente todos se esparcieron por el lugar para descansar o solo hablar con los demás, excepto Raikou que había recibido el encargo de su entrenador de que mantuviera vigilado a Nova cuando él no estuviese prestando atención.

—Toma.

—Gracias.

Sopa de pescado, un poco raro para la hora pero no sé quejaba, de hecho le estaban haciendo un gran favor con ello pues era una de las cosas que más le gustaba comer.

Por si acaso no pregunten que pescado usaron, porque no le va a gustar la respuesta.

—¿Me perdí de algo importante?

—Eso que Gladio le dio a Akashi tiene muchos problemas para entender algunas cosas... Fue complicado explicarle que no tenía que atacar a todo lo que se nos acercara.—Suspiró con cansancio, al parecer de verdad fue complicado.—¿Y tú, algo que contar?

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