Sin Límites | Pokémon |

Capítulo 58: Enfrentando a una sombra.

—¡Ah!

Y había terminado en el suelo... Otra vez.

—(¿Se encuentra bien?)

—¡Deja de tener tanta consideración conmigo, Rin!—Se quejó entre jadeos.

—(Está bien esforzarse, pero debe cuidar su salud también.)

—...Agh.

Al día siguiente, a primera hora Rouse se había propuesto despertar a todos para comenzar con su entrenamiento, más determinada que nunca a hacerse fuerte, entonces se llevó la sorpresa que tanto su mentora como el grupo del Rey Dragón se habían mantenido despiertos toda la noche.

Al igual que ella.

—Ah, esto es... Más difícil de lo que ellos lo hacen ver.—Dijo mientras se levantaba, con algo de dificultad extra debido a lo cansada que estaba.

—(Luchar jamás ha sido fácil, y jamás lo será...)

—Lo sé... Aunque mi sorprende que seas capaz de pelear de esta forma, hasta donde yo sé Mewtwo es del tipo que ataca a distancia.

—La tipo psíquico sonrió.—(He estado practicando, la fuerza bruta es un camino que me agrada más, siendo sincera.)

—Haa, Pokémon de Ryū tenías que ser...—Comentó con cierta gracia, tambaleándose antes de volver a ponerse en posición.—¡Estoy lista!

—(Perfecto.)

Era casi medio día y ante la vista de todos ella no había hecho más que morder el polvo debido a que era demasiado obvio, Rin era mucho mejor que ella en esto a pesar de ser del tipo atacante especial, aún así no se quejaba, entrenamiento era entrenamiento y no era una sorpresa que se le hiciera tan difícil al principio.

Desde hace varias horas que lo único que hacían era instruir a la peliazul en lo que a combate cuerpo a cuerpo se refiere, adicionando a ello varias pesas improvisadas que habían hecho y que ataron a sus manos y pies para hacerle las cosas más complicadas, además de hacer varios ejercicios.

Le dolía todo y varias veces sintió que sus piernas le fallaban, pero no se permitió caer aún ahora.

—(Wow...)

—(Ella de verdad está dándolo todo.)—La incredulidad del Braviary era notable en su rostro.

—(Y el infierno por el que desea pasar apenas y comenzó, pero hay que admitir que lo que hace es admirable.)—Decía el Swampert.

—(Hmph, no sé qué demonios están haciendo ustedes ahí.)—Ryuga llegó, en su voz se notaba tanta seriedad, que el regaño que estaba apunto de darles no pasó por alto.—(¡Estos días solo los he visto de vagos, no porque su entrenadora esté ocupada ustedes deben dejar de hacerse más fuertes!)

—(Demonios... Tiene razón.)

—(¡Por supuesto que la tengo, ahora largo de aquí!)

Ninguno de ellos se salvó, pues bajo el mando del tiburón todo el equipo de la peliazul se vió forzado a reanudar sus entrenamientos con más intensidad que antes, algo motivados por la voluntad de la peliazul.

Mientras tanto se podía ver como Acnologia, L-Drago luchaban en el aire, en un duelo donde la velocidad y poder bruto del Noivern colisionaba contra el orgullo y poder de fuego del Charizard, quién sonreía de forma confiada.