Se me desvía la mirada por inercia para buscarla entre las personas y me reprendo por quinta vez en la noche. No quiero ver su sonrisa, su forma elocuente al hablar, o lo bien que se desenvuelve rodeada de esos buitres pretenciosos que acabo de presentarle.
La mayoría coquetean y alardean, están deslumbrados por su belleza y la cantidad de información que contiene esa cabecita para estar en primer año de residencia. La misma mayoría están entre los cuarenta y sesenta años, así que me repudia cuando la miran con deseo. Tuve que alejarme del círculo para no cometer alguna locura imprudente, sin embargo, no puedo alejarme demasiado, ella es mi responsabilidad.
Conozco esos imbéciles, son engreídos y vanidosos, buscan demostrarle todo lo que no sabe para que sea ella quien se deslumbre por lo mucho que podrían enseñarle, más si se trata de la práctica.
Intento concentrarme en la conversación con los organizadores del evento y retengo sus indicaciones. Sé a qué horas debo salir y cuánto tiempo tengo para hablar de mi especialidad, avances recientes, combinarlo con humor y presentar los inicios de mi proyecto sobre la red de ayuda en latinoamérica para niños con labio leporino y paladar hendido.
Lo hago una vez más, la busco entre las personas cuando la escucho reír, esos enormes ojos se encuentran con los míos y su sonrisa titubea, a pesar de ello, no la desvía y el magnetismo extraño que hay entre nosotros salta a la vista, como si hiciera chispas.
Me deleito en detallarla. Tiene un maquillaje tenue en tonos pálidos, sus largas pestañas revolotean y se vuelven la principal atracción en todo su rostro. Sus piernas fingen ser más largas con el pantalón alto hasta su ombligo y el top negro que sólo cubre sus pechos y una pequeña parte de su abdomen, tiene un blazer sobre sus hombros con abertura en las mangas que deja sus brazos libres. Es elegante, pero no deja de verse juvenil, una niñata sexy que carga mi cámara a todos lados.
Cuando la vi salir con las sandalias de tacón que elegí para ella, supe que todo estaba bien. Fue incómodo mientras estuvimos dentro de la habitación, pero luego de hablar, conversar sobre el evento y de los personajes importantes que nos acompañaban, la sentí soltarse. Charlaba y reía conmigo, también de mí... como siempre.
Comparte un par de palabras más con los idiotas pretenciosos, luego se acerca sin dejar de mirarme. En el camino da un largo sorbo a su copa, pero no aparta los ojos ni un segundo.
—Estoy a la espera de tu comentario mordaz insinuando que coqueteo con todos —me dice una vez está lo suficientemente cerca.
—No llegará.
—¿Qué cambió?
—No me hagas ser honesto... —bromeo.
—Pero por favor, no espero menos de usted.
—Me equivoqué, ¿está bien? —confieso a regañadientes y el ambiente se torna serio—. Suponía que eras igual... igual a mí y a la mayoría de mujeres que conozco. Sin embargo, siempre te observé más allá de lo que piensas, sabía que eras diferente, pero elegía no creerlo... Adicional a eso, estás hermosa, no los culpo.
Sonríe con amplitud y choca su copa de champagne con la mía, bebemos al tiempo sin romper la conexión visual.
—Ya lo sabía —alardea—, también sé que eres amargado y malhumorado cuando estás celoso y que luces perfecto con traje y corbata.
Mi ceño se frunce y estoy a punto de refutar su comentario, pero una voz gruesa resuena por los parlantes invitándonos a tomar asiento para dar inicio a la conferencia... ¿De dónde sacó que estaba celoso?
Guardo silencio mientras se lee todo el protocolo, el primero en pasar es un Colombiano que vive en Cali, al parecer ha tomado mucha fuerza los últimos años. También es joven y no parece agradarle mucho a los veteranos del lugar, varios hacen comentarios acerca de su manera de mostrarse en las redes y exponer tantos detalles. Intenta interactuar con el público y se ensaña en tomar a Luciana como blanco de sus charlas coquetas. Patético.
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ATRÁPAME
Romance[+18] Mario Vila sólo conoce un tipo de relación fuera del sexo: Te quiero, me quieres, nos apoyamos, no nos abandonamos; me engañas, te engaño, no nos duele y continuamos viviendo. Es por esto que cree tener la vida soñada: la mujer perfecta para s...