—Hola—saludó Ten sentándose al lado del chico—¿por qué estas tan solo?
—No lo se—Taeyong miro al mas bajo y se sorprendió, observándolo de cerca era realmente lindo—No-no tengo ganas de socializar...
—¿Ni siquiera conmigo?—preguntó Ten soltando una risa.
—¡Claro que si! Contigo si...—respondió rápidamente notoriamente nervioso.
—Eres lindo, Taeyong—habló el con ternura—ya no estes tan nervioso, no muerdo.
Taeyong se ruborizó levemente—Esta bien...lo siento—respondió el chico sin tener una idea de que decir.
—¿Vamos por unas bebidas?—lo invitó Ten—pero nada de alcohol, yo no bebo.
—Claro, yo tampoco—mintió para tratar de impresionarlo de alguna forma. Ten rió.
—Eres divertido—dijo el tailandés poniéndose de pie y ofreciendo su mano a Taeyong—¿vamos?—preguntó. Taeyong enseguida tomó su mano y el lo llevó hasta la cocina, tomaron unos refrescos y fueron al patio. Pasaron casi toda la fiesta hablando y riendo juntos, se habían hecho buenos amigos en poco tiempo, aunque las intenciones con las que se acercó Ten principalmente eran para algo más que una amistad...
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—¡Jisung! ¡Eso no se vale!—se quejó Chenle dándole un empujón a su amigo. Estaban jugando encerrados en la habitación de invitados, pues no les gustaba mucho el ambiente de fiesta, sin embargo habían querido ir de todas formas.
—Claro que si—rió el menor—ahora tendrás que hacer un reto.
—Está bien—aceptó Chenle rodando los ojos—apúrate.
—Te retó a decir la verdad. ¿Te gusto, cierto? He notado como me miras, antes no eras así conmigo—dijo Jisung directamente sorprendiendo al chino, quien escondió su cara entre sus rodillas para que Jisung no notara su sonrojo.
—Pues...—
—Está bien, te pondré otro reto. Te reto a besarme—dijo el menor haciendo que el rostro de Chenle se ruborizara aún más. Jisung solo reía—si no lo haces, lo haré yo por ti...—Jisung saco delicadamente a Chenle de su escondite. Miro como el chino estaba más nervioso que nunca, sin embargo eso para el lo hacía ver más adorable. El más pequeño acercó su rostro al de Chenle hasta quedar a milímetros de cercanía, y sin más, le dio un corto beso.—¿Ves? No era tan difícil...
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Chaeyoung lloraba sin remedio sentada en un sofá. El alcohol la ponía sentimental y recordaba a Mina, que seguramente también estaba en la fiesta, recordaba lo mucho que le gustaba y que la única palabra que Mina le había dicho a ella en toda su vida había sido un "¡Ten más cuidado, idiota!" Cuando la más baja la golpeó por error en la cara con su mochila. Chaeyoung ni siquiera se disculpó de lo nerviosa que estaba.
Metros más allá estaba una de las chicas más populares, y también el amor de Chaeyoung, Mina. Sus amigas le hablaban pero ella solo se podía concentrar en lo adorable que se veía esa pequeña chica llorando vestida de botas. Sonrió para si misma y decidió mejor entrar a la conversa con sus amigas, después de todo tenía que irse pronto para pasar la noche con su novio.
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Jennie estaba en la piscina hablando amenamente con una chica que acababa de conocer, Irene, y que al parecer estaba muy borracha.
—Vamos, vamos a mi casa—habló Irene soltando una carcajada escandalosa—podemos hacer cosas interesantes...
Jennie rió divertida—Ya te lo dije Irene, no me gustan las chicas.
—A mi tampoco me gustaban hasta que te vi—dijo la mayor arqueando una ceja, seguido se abrazo a Jennie para hacer un berrinche—¡Vamos nini, no me rechaces, me enamoré de ti perdidamente apenas te vi entrar por esa puerta!—
Jennie rodó los ojos con una sonrisa—Salgamos de la piscina y te llevare a tu casa, ¿si? Estas en un mal estado para volver sola.
—¿Y luego dormirás conmigo?—preguntó Irene con un puchero.
Jennie suspiró—Eso lo veremos. Ven, que te ayudo a salir.—
Irene enseguida obedeció a la morocha y ella la llevó hasta su casa, caminando a paso lento y cuidando que la mayor no se mareara demasiado ni fuera a caer. Cuando llegaron la arropó y espero a que se durmiera para irse, no sin antes dejar un tierno beso en su cabeza. Sonrió todo el camino pensando en lo linda que era la chica que acababa de conocer...
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a que no te atreves ; markhyuck.
FanfictionMark y Donghyuck se llevan mal desde que, cuando tenían seis años, el menor le lanzó arena en la cabeza al canadiense. Este odio ha sido permanente durante casi diez años, pero, ¿continuará este sentimiento cuando por un juego, prueben los labios de...