Era lunes y por primera vez en muchas Haechan llegaba temprano a la escuela. Se sentó en una mesa de al fondo y espero a que Jennie llegara, y en unos minutos apareció ella junto al profesor.
—Buenos días—saludó el hombre y todos le respondieron—como pueden ver, esta vez vengo con una nueva estudiante.—Haechan sonrió cuando Jennie lo saludó con la mano desde el frente—pero antes de presentarla, Donghyuck, te buscan en dirección.
—¿Que? ¿Por qué?—cuestionó el nombrado sorprendido.
—No se por cuál de todas las faltas es—rió el profesor encogiendo los hombros—Ve, el director te espera.—continuó y Haechan terminó por obedecerle rodando los ojos.
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Haechan entro a la oficina sin tocar y lo primero que vio al entrar fue al director, y a su lado Jaehyun con una sonrisa burlona. Justo entonces se percató de lo que estaba pasando. Seguramente Jaehyun enojado por la pelea que habían tenido le dijo a su tío, también director de la escuela, que lo regañara o algo por el estilo. El moreno se dio un golpe mental, jamás debió haberse involucrado con alguien como Jaehyun.
—¿Que quiere, señor? ¿Y que hace Jaehyun aquí?—preguntó sin dar más vueltas.
—Buenos días, Lee, nos vemos de nuevo.—saludó el director Jung esperando una respuesta por parte del chico, sin embargo el solo se cruzó de brazos y rodó los ojos nuevamente.
—¿Que quiere?—insistió.
—Solicité su visita para hablar sobre algo—.
—No sea tan formal y dígame de una vez por que estoy aquí.-respondió y el señor Jung suspiró para no enojarse por la forma de hablar del menor.
—Iré al grano, ya no puede seguir llegando tan tarde. Me veré en la obligación de suspenderlo unos días, ya le hemos advertido varías veces anteriormente.—explicó el hombre. Jaehyun soltó una risa engreída.
—¿Cree que soy tonto?—se defendió el moreno—es obvio que me va a suspender porque su estúpido sobrino se lo pidió.
—No es así, acabo de decirle las verdaderas razones de su suspensión.—explicó.
—Como sea, no me importa, es mejor para mi.—dijo abriendo la puerta.—adiós director y adiós hijo de puta.—terminó para irse de la oficina dejando al director boquiabierto y a Jaehyun enojado.
Dio un portazo dispuesto a recoger su mochila e irse a su hogar, pero alguien lo tomó del brazo bloqueando su paso y lastimándolo al mismo tiempo.
—¿De nuevo tu? Déjame en paz, Dios...—se quejó cuando se percató de que Jaehyun lo había seguido.—Y suéltame, me estás dañando.
—No te dejaré en paz, no hasta que dejes de salir con Mark.—amenazó el mayor soltando a Haechan.
—¿Por qué haría lo que tú me dices? Tu no eres nadie para escoger a mis parejas, Jaehyun—soltó el castaño enojado.
—¿Se te olvidó cómo fue que me dejaste? ¿Se te olvidó lo malo que fuiste conmigo?—discutió Jaehyun cambiando su semblante serio a uno más triste.—Te extraño, Dongie.
—Jaehyun, estás loco. Comienzas a asustarme—habló Haechan—por favor déjame en paz.
—No lo haré, bebé. No hasta recuperar lo que es mío.—finalizó Jaehyun yéndose del lugar y dejando al menor al borde del llanto, Haechan no soportaba a ese chico y no sabía cómo pudo tener algo con el.
Donghyuck decidió ir por su mochila al salón para irse de una vez a su casa, pero una vez entró no pudo contenerse más y dejó caer unas pocas lágrimas. Cubrió enseguida su rostro con sus muñecas y se apresuró en salir, pero antes de que lo hiciera Taeyong se percató del estado del chico.
—¿Que pasó? ¿Por qué lloras?—preguntó preocupado Taeyong una vez ambos estaban afuera del salón.
—Nada...—respondió apenas.
—¿Como que nada? Estás llorando, pequeño, dime, sabes que puedes confiar en mi.—habló comprensivo.
—Es-es Jaehyun—dijo sollozando—no deja de molestarme.
—Ese idiota...—murmuró—tranquilo pequeño, ¿vas a casa? ¿quieres que vaya contigo? podemos pasar por un helado—sonrió.
—Está bien...¿no te meteré en problemas?—preguntó el menor tranquilizándose.
—No te preocupes Hyuckie, ya lo resolveré, tú eres más importante. Voy por mis cosas y nos vamos, ¿esta bien?—dijo acariciando las manos de Donghyuck, tratando de calmarlo.
—Está bien...
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a que no te atreves ; markhyuck.
FanficMark y Donghyuck se llevan mal desde que, cuando tenían seis años, el menor le lanzó arena en la cabeza al canadiense. Este odio ha sido permanente durante casi diez años, pero, ¿continuará este sentimiento cuando por un juego, prueben los labios de...