—Vamos, ábreme baby-boo—suplicaba Donghyuck pegado a la puerta. Había ido a la escuela pero al ver que Mark no estaba ahí, se había escapado para ir buscarlo a su casa.
—¡No soy un baby-boo!—respondió Mark a través de la puerta, con los brazos cruzados y un puchero en su boca.
—¿Que debo hacer para que me perdones? Lamento haberlo dicho, pensé que a nadie le importaría—explicaba Donghyuck perdiendo la calma. Llevaba minutos disculpándose pero Mark no le hacía caso.
No obtuvo respuesta por unos segundos, de pronto vio al mayor abrir la puerta lentamente.
—¿Ya me perdonaste?—preguntó esperanzado.
Mark dio un largo suspiro y cerró los ojos por un momento.
—Perdóname Dios—
—Qu- —Haechan no pudo seguir hablando, se vio interrumpido por los labios del canadiense sobre los suyos. El pelinegro le dio un pico en los labios y seguidamente cerró la puerta, lo más rápido que pudo, dejando al moreno solo afuera.—¿Mark, que-
—¡Vete!—gritó desde adentro. El menor pudo escuchar los pasos del chico subiendo las escaleras.
Haechan se quedó parado unos segundos. Cuando logró reaccionar pegó un salto y la sonrisa que tenía era más brillante que el sol.—¡Bien!—lanzó al aire dando pequeños saltos, tocando sus labios aún atónito por lo que había hecho el canadiense.
"¿Estaré perdonado?"
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Ya era jueves. Mark, Haechan, Chaeyoung y Taeyong se encontraban sentados debajo de un árbol en el primer receso.
No se había vuelto a mencionar nada sobre el pico que le había dado Mark a Haechan, pero al parecer, estaba perdonado.Los cuatro chicos estaban en silencio, pero no en uno incómodo. Mark comía una manzana, Chaeyoung estaba en trance y Taeyong con Donghyuck jugaban a piedra papel o tijeras.
—Si gano esta serás mi novio.—dijo Taeyong con una sonrisa.
Obviamente Donghyuck iba a decir que no, pero pensó en decir lo contrario para probar la reacción de Mark.
—Está bien, acepto.—respondió soltando una risa. En seguida Mark les dirigió la mirada.
—¿Que? ¿En serio?—Taeyong abrió los ojos exageradamente, sorprendido.
—Si. Pero solo por un día.—continuó Haechan.
—No.—habló Mark. Todos voltearon a verlo.—digo, no lo sé, no pueden ser novios solo por un juego.
Haechan rió para sus adentros.—Tienes razón. Mejor no.—
—¿Que? Pero- —Donghyuck silencio a Taeyong con un dedo en sus labios.
—Shh.—
Los chicos siguieron hablando de cualquier cosa, cuando de pronto se acercó un grupo de chicos, muy ruidosos por cierto.
—Hola, me llamo Wonyoung, soy la lider oficial del club de chismes de la escuela. Necesitamos saber algo, ¿es verdad que ustedes dos están saliendo?—habló una chica muy alta con una sonrisa gigante.
—¿Que mierda?—se preguntó Chaeyoung aterrada. Los cuatro miraban al grupo que acababa de llegar como su fuesen lo más raro del mundo. Y lo eran.
—¿Por que les importa tanto? Dejen de molestarnos.—Mark bufó enojado.
—Pues, porque somos el club de chismes.—dijo Wonyoung soltando una risa.
—Dios...—se lamentó Haechan.
—Y si les decimos, ¿dejarán de molestarnos de una vez?—cuestionó Mark, irritado.
—¡Si! Eso es seguro.—contesto la chica.
Mark suspiró, se puso de pie e hizo que Donghyuck hiciera lo mismo. Tomó al moreno de la mano y finalmente dijo;—Si. Haechan y yo estamos saliendo.
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a que no te atreves ; markhyuck.
Hayran KurguMark y Donghyuck se llevan mal desde que, cuando tenían seis años, el menor le lanzó arena en la cabeza al canadiense. Este odio ha sido permanente durante casi diez años, pero, ¿continuará este sentimiento cuando por un juego, prueben los labios de...