-Hola Danvers
Maggie Sawyer, siempre había sabido cómo ser el centro de atención, inventando juegos, bailes o contando un buen chiste. Durante sus años en el instituto no había pasado desapercibida, su sentido del humor y carisma la habían convertido en la persona con la que todos deseaban compartir sus tiempos libres, sin embargo, ella mantenía un cerrado circulo de personas a las que consideraba verdaderos amigos.
Ahora, después de varios años, se encontraba realizando los últimos trámites para empezar su trabajo como profesora, y por supuesto, ya había saludado a todos los miembros del personal que la recordaban con cariño de sus años como estudiante. Fue entonces cuando vio entrar a su antigua compañera.
Alexandra Danvers, la antítesis total a ella. Callada, tímida y muy inteligente, la hermosa pelirroja era experta en camuflarse entre la gente. Maggie había sido una de las pocas personas con las que hablaba en el instituto, aunque no podían considerarse amigas, mantenían charlas banales pero entretenidas.
Cuando eran estudiantes, le parecía difícil creer que la chica más popular del instituto quisiera hablarle, incluso llegó a pensar que solo lo hacía para que le hiciera las tareas, pero Maggie jamás le pidió ayuda con las clases y siempre tuvo una gran sonrisa y una buena charla para ofrecerle.
-Hola Maggie
- ¿Qué haces aquí?
-Voy a dar las clases de química, ¿también vas a trabajar en el instituto?
-Así es, logística y reconocimiento de ADN
-Wow Sawyer, eso suena interesante
Antes de que Maggie pudiera decir algo escuchó la voz de alguien llamando a Alex. Al mirar hacia la puerta se encontró con una hermosa joven rubia corriendo como un huracán de energía hacia ellas sosteniendo una gran cantidad de bolsas y cajas.
Por unos segundos sintió algo extraño, al observar a Alex pudo notar una mirada que nunca había visto en ella. Alex Danvers sabía ocultar sus sentimientos, pocas veces alguien podía notar alguna expresión en sus ojos, sin embargo, ahora podía verse a simple vista una mezcla de amor y preocupación mientras miraba a aquella chica.
Justo unos pasos antes de llegar a donde estaban, la joven hizo un mal movimiento que terminó con bolsas y cajas desparramadas por el suelo, y Alex apurándose a sostenerla antes que ella también termine allí.
-No puedes correr así Kara, te vas a lastimar- le dijo Alex mientras recogía las cosas del suelo
Maggie se apuró en agarrar algunas cajas que habían terminado cerca de sus pies. Sentía celos mientras observaba las miradas que intercambiaban las dos chicas, definitivamente Kara le caía mal.
-Lo siento Alex, quería mostrarte lo que conseguí en la tienda de golosinas de la entrada, ¿sabías que venden todas estas cosas?
Había algo en Kara que a Maggie le agradaba, después de todo se veía simpática y era risueña, pero sentía un deseo profundo por odiarla.
-Mira Kara, ella es mi amiga Maggie
-Hola Maggie- la rubia sonrió y se acercó a darle un beso en la mejilla
Maggie le respondió con una sonrisa. Se sentía abrumada, tenía ésta mezcla de sentimientos hacia esta chica, y a la vez sentía que la Alex que creía conocer era una persona completamente diferente a la que estaba viendo ahora. Se veía relajada, radiante y sonriente desde que Kara había llegado. Se preguntaba por qué nunca fue así cuando hablaba con ella por los pasillos del instituto en todos los años que estuvieron allí y no sabía que había en Kara qué ella no tenía.
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Silencios de familia
General FictionEl miedo se define como la sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario, pero ¿qué tipo de peligro nos causa más miedo? El miedo a la muerte, el miedo a estar solos, a no encajar, a ser rechazado. El miedo a los a...