14. El principio

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Los ruidos de la cocina empezaron a llegar a los oídos de Alex, aún tenía los ojos cerrados pero ya estaba despierta. Sintió una presencia en su cama, y el peso de un cuerpo sobre ella. No necesitaba abrir los ojos para saber quién era, reconocería el olor de ese shampoo donde fuera, y conocía de memoria el ritmo de su respiración.

Movió lentamente las manos para pasarlas por su cabello y frotar sus ojos, finalmente decidió que era momento de levantarse y enfrentar el día, sabía que sería dificil pero no podía hacer nada mas que aceptarlo.

Abrió los ojos y vió a Maggie apoyada en el marco de la puerta con una taza de café en la mano. Estaba observándola, no sabía cuánto tiempo había estado ahí.

-Buen día- saludó aún sin moverse de la puerta

-Buen día Maggie, yo...lamento mucho lo de anoche

-No tienes que pedirme perdón Danvers, no has hecho nada malo

Alex movió suavemente a su hermana hacia un costado para poder sentarse, en cuánto lo hizo, ella volvió a moverse, aún dormida, y se recostó en sus piernas.

-Vino temprano, estabas muy dormida y no la escuchaste. Estaba llorando y quería quedarse contigo

-Ok

-Alex, no está bien ¿Cierto?

Maggie sabía que algo pasaba, la mirada de Alex lo dejaba claro, y la noche anterior había hablado de lo difíciles que serían las cosas despues de lo que pasó. No sabía a qué se refería, pero estaba claro que Kara no estaba bien

-No Maggie, no lo está

-¿Qué pasa?

-Lo que pasa es que la acerqué al límite

-¿De qué límite hablas?

-Cuando...esa noche, Kara estaba despierta, yo no lo supe hasta hace algunos días, pero después de eso tuvo ataques de pánico durante mucho tiempo. Mamá pensaba que eran terrores nocturnos, hasta que empezaron a ser también cuando estaba despierta

-Pero no sabían que era por lo de tu padre y tu hermana

-No, siempre creímos que no tenían nada que ver con eso y que Kara no recordaba nada de ese día, pero ahora sé que si y ahora entiendo cómo se originan

-Las armas

-Las armas, los sonidos de explosiones, la sangre, los hombres vestidos de negro. No lo había relacionado antes, pero siempre que tuvo un ataque fue porque estuvo cerca de alguno de esos elementos

-Entiendo, ¿Y los ataques son como el de anoche?

-No, ese es el problema, eso solo fue un episodio. Los ataques de pánico solo son el principio, cuando llega al límite ella tiene brotes psicóticos

-¿Estas diciéndome que tiene un brote psicótico?

-No lo sabré hasta que esté despierta, pero creo que si

-¿Qué pasa cuando los tiene?

-Su mente vuelve en el tiempo hasta el momento en que todo empezó y se quedará ahí hasta que pueda procesar lo que pasó y volver a la normalidad

-Cuando dices que su mente volverá ahí significa que...

-Significa que cada vez que tenga un episodio se comportará como una niña de 3  años que acaba de ver a su padre y a su hermana asesinados, y esos episodios pueden ocurrir en cualquier momento y lugar y durar indefinidamente

-¿Qué los detona? ¿Las armas y esas cosas?

-No, eso detona los brotes psicóticos, una vez que empiezan, los episodios se originan de la nada, por cosas que solo la mente de Kara conoce

-Ok, entonces, ¿Cómo vamos a manejarlo?

-¿Vamos?- preguntó Alex extrañada

-No creerás que voy a dejarte sola con ésto Danvers, estas loca si lo crees

-Tampoco yo- Lena entró a la habitación, había escuchado todo- sé que no soy tu persona favorita, pero a tu hermana le agrado y creo que vas a necesitar ayuda

-Bueno Danvers, entonces supongo que entenderás que tendrás que aceptar la ayuda

Ambas sabían que era muy dificil para Alex aceptar que alguien mas se encargara de Kara, la veian luchar internamente por darles una respuesta.

-Esta bien, pero tendrán que hacer lo que yo les diga sin contradecirme

-Ok

-Hablo en serio Maggs, las cosas no van a ser fáciles ni divertidas

-Lo sé Alex, pero haremos lo que digas, sabemos que tú la conoces mejor que nadie

-Deberias ir a desayunar- Lena decidió que era momento de dejar de lado el tema y empezar el día

-Si, hicimos el desayuno, espero que no te moleste que usemos tu cocina sin tu permiso

-No me molesta

Maggie sonrió

-Ok si, me molesta mucho, pero después de lo que hicieron anoche no puedo enojarme

-No tocaremos más tus cosas, lo prometo- Lena sonrió, a pesar de las diferencias que tenían, le agradaba Alex

-Bueno, vamos

Maggie, Lena yo...gracias- Alex sonrió levemente

-No tienes que agradecernos Alex, somos amigas y siempre te ayudaré, y Lena es una de las personas más generosas que conozco, jamás pensaría en irse sin ayudar

Lena sonrió, quería mucho a Maggie y en verdad la emocionaban sus palabras.

-Ademas- Maggie sonrió y le extendió la mano- tu hermanita es demasiado dulce como para que alguien se resista a quererla

Alex tomó la mano de su amiga con una sonrisa, se sentía extraño tener ayuda con su hermana, y a pesar de no estar totalmente cómoda, agradecía tenerlas cerca.

-¿Estás segura de que tiene esos brotes psicóticos? Tal vez solo fue ese episodio de anoche

Alex terminó de levantarse y estaba por responder cuando escuchó el sonido del colchón moviéndose, giró para quedar frente a la cama y entonces sintió los brazos de Kara rodear su cuello. La abrazó y sintió su cuerpo sacudiéndose con fuerza mientras intentaba recobrar la respiración.

Sentía las lágrimas en su hombro, levantó a su hermana y se sentó en el borde de la cama, sentandola en sus piernas y acercándola mas a su cuerpo.

No hizo falta responder a la pregunta, estaba claro para las tres, Kara tenía un brote psicótico y las cosas recién empezaban.

Silencios de familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora