87. Dieciocho

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-Kara, despierta

Abrió los ojos lentamente y sonrió al ver a Lena. Observó a su al rededor, estaba confundida, se había dormido abrazada a ella y ahora estaba acostada en la cama con el pie sobre una gran montaña de almohadones.

-Tú...estabas durmiendo conmigo

-Si, pero tenía que ir a hacer algo para comer...si que estabas cansada, ni si quiera te quejaste cuando te moví

-No es justo, yo quería despertarme contigo- dijo cruzando los brazos con el seño fruncido

-Ya deja de hacer berrinches, necesitas comer y aunque no lo creas, la comida no se hace sola

-No quiero comer

-¿No tienes hambre? No has comido nada en todo el día

-Si como significa que vas a darme los medicamentos y vas a limpiarme las heridas, y no puedes

-Lo siento, pero tengo que hacerlo

-No, no puedes... sólo Alex

-Ok, vamos a comer y después hablamos de eso

Ayudó a Kara a sentarse con cuidado, podía ver la expresión de dolor cuando la movía, pero necesitaba que se siente. Acercó una bandeja y la dejó junto a ella, tenía un plato bastante grande con vegetales cocidos.

-Sé que no te gustan las verduras, pero llevas mucho tiempo sin alimentarte bien y tu estómago no está preparado para comer pesado todavía

-Yo creí que al salir del hospital tendría comidas deliciosas otra vez...pero sigue siendo lo mismo que me daban ahí

-En unos días podrás comer lo que quieras

-¿Al menos me darás el chocolate de premio por dormir?

-Si me dejas limpiarte las heridas si

-¡No es justo! Así no era el trato

-Veras pequeña, si tu puedes chantajearme, entonces yo también...asi que ya sabes, y de verdad creo que tu no estás en posición de reclamar nada

-No voy a comer entonces- dijo empujando la bandeja

-Bien, no comas...voy a dejarlo ahí, y yo iré a comer a la cocina

-¡No! No puedes dejarme sola ¿Recuerdas?

-Entonces tienes que comer

-No- contesto de nuevo Kara con una expresión de enojo

-Como quieras

Lena se levantó y caminó fuera de la habitación, antes de salir cerró la puerta y se quedó parada del otro lado. Sabía que estaba siendo cruel, Kara estaba nerviosa y había sufrido mucho durante el tiempo que estuvo secuestrada, sabía que estar acompañada de alguien o al menos poder ver a alguien desde su cama le daba estabilidad. Cerrar la puerta significaba dejarla sin ningún apoyo emocional, pero estaba segura de que lograría convencerla para comer y dejar que limpie sus heridas.

-¡Lena!

Escuchó el grito fuerte en sus oídos, estaba cerca de la puerta, Kara de verdad sonaba desesperada asi que no la hizo esperar ni un segundo, abrió la puerta y se acercó rápido hasta ella con una sonrisa.

-Estoy aquí, tranquila...¿Vas a comer?

-Si- le respondió con lágrimas en los ojos- pero eres mala

Silencios de familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora