-Alex, ¿Me ayudas?- la voz de Kara todavía algo dormida llegó suavemente a los oídos de Alex.
Se encontraba preparando el desayuno mientras su hermana resolvía trabajos que le habían dejado en el instituto. Terminó de servir su taza de café antes de caminar hasta la mesa, donde dejó un plato de frutas prolijamente cortadas junto a Kara.
-¿Qué pasa?- dijo sentándose a su lado
-No sé como resolver ésto, no entiendo estas formulas
-No entiendo por qué te metiste a la clase de Maggie, si quieres ser periodista
-Si pero supuse que saber reconocer el ADN de un criminal tal vez podría ser útil para una reportera, no sabía que iba a haber química
Alex sonrió a su hermana y se acercó mas a ella para explicarle las fórmulas cuando sintió el sonido de su celular. Lo sacó de su bolsillo y observó la pantalla.
«Los resultados de tus análisis ya están listos, los retiro y te busco más tarde para llevárselos a la doctora.
Maggie»
Se limitó a responderle un insulso OK y volvió a concentrarse en su hermana. Resolvieron juntas la tarea mientras desayunaban, por suerte Kara no había notado su cambio de ánimo.
Después de desayunar, cuando caminaba a la cocina con los platos y las tazas sucias, sintió por primera vez el dolor, un dolor tan fuerte que recorrió cada músculo de su cuerpo. Dejó caer los platos y rápidamente se apoyó en la mesa de la cocina para no perder el equilibrio, mientras llevaba una mano a su pecho para intentar calmar el dolor.
Kara se dió vuelta rápidamente cuando escuchó los platos romperse en el suelo y se acercó corriendo.
-Alex ¿Estas bien?
-¿Puedes traerme agua por favor?
Kara asintió y corrió a buscar un vaso de agua, en seguida se lo entregó y se quedó observando a su hermana mientras lo tomaba. Las manos de Alex temblaban un poco, su respiración era entrecortada y al parecer, el dolor no se había ido.
-Alex ¿Qué pasa?
-Nada Kara, solo se me bajó un poco la presión
Alex sabía que algo estaba mal, cada vez le costaba más respirar, sus pulmones se estaban cerrando. Rápidamente sacó el celular de su bolsillo para escribirle a Maggie, no quería hablarle porque su hermana iba a escucharla.
Intentó escribir el mensaje pero sus manos seguian temblando, el oxigeno estaba dejando de llegar a su cuerpo y sus manos fueron las primeras en dejar de funcionar correctamente.
-Alex tus labios estan violeta
La expresión en los ojos de Kara era de pánico, Alex sabía que estaba empezando a entender que algo grave pasaba, y si tenía razón, iba a provocarle una crisis.
-Kara necesito que me hagas un favor, llama a Maggie y dile...- entonces se detuvo.
En ese momento sus pulmones dejaron de funcionar. En sólo un segundo todo su cuerpo sintió la falta de oxigeno, las palabras ya no salían de su boca.
Sintió como sus músculos empezaron a contraerse, tenía pocos minutos antes de sufrir un ataque al corazón, tenía que actuar rápido, y ya empezaba a sentir el mareo por la falta de aire
-Llama a Maggie- las palabras fueron casi inaudibles
Pero su hermana estaba en su propia crisis en ese momento, su peor miedo se había hecho realidad, Alex se estaba desmoronando frente a ella. No podía reaccionar, lo que necesitaba era a su hermana mayor calmandola, pero no solo no podía hacerlo, sino que además necesitaba que ésta vez fuera ella la que actuara.
Las lágrimas empezaron a caer rápidamente mientras su respiración se agitaba cada vez más.
-Kara por favor- la voz de Alex ya no tenía fuerza
Kara era su única esperanza, si no conseguis que llamara a Maggie iba a morirse ahí frente a ella. Juntó toda la fuerza que le quedaba, sabía que tenía que guardar toda la energía que pudiera para resistir el viaje hasta el hospital, pero no iba a haber ningun camino al hospital si no conseguía sacar a su hermana de ese trance.
-¡Kara! ¡Llama a Maggie AHORA!- hasta la última gota de energía los dejó en ese grito.
Un segundo después todo a su al rededor se volvió negro, pero al menos Kara había reaccionado, al menos por algunos minutos, y estaba llamando a Maggie.
Corrió hacia su hermana y se arrodilló a su lado esperando que Maggie llegara a tiempo, la angustia volvió a invadirla en esos minutos en los que Alex estaba inconsciente.
Maggie tardó pocos minutos en llegar y golpear desesperadamente la puerta, corrió como un huracán cuando Kara le abrió y con toda su fuerza levantó a Alex del piso y caminó lo más rápido que pudo hacia el auto, con Kara siguiéndola. Casi parecía estar haciendo malabares cuando abrió la puerta del auto aún sosteniendo a Alex y la acostó en el asiento de atrás.
Condujo a toda velocidad hasta el hospital sin decir una palabra, mirando por el espejo hacia atrás reiteradas veces para asegurarse de que Alex siguiera respirando. Al llegar, los enfermeros se hicieron cargo de llevar a Alex hacia una sala y les pidieron que esperaran afuera mientras la atendían.
No fue hasta entonces que pudo detenerse por un segundo y observar a Kara. Corrió tan rápido para llevar a Alex al hospital, que ni siquiera tuvo tiempo de pensar ni por un segundo en ella. Pero ahora estaba ahí y entonces observó sus ojos, suplicando por su hermana, había escuchado a Lena decir que cuando lloraba se veían mas azules, y era verdad.
-Ey, no llores Kar- se acercó a ella y en seguida la sintió abalanzarse a sus brazos- va a estar bien ¿Ok?
Ella solo la abrazó mas fuerte, presionando la cabeza en el pecho de Maggie. En seguida sintió cómo empezaba a mover los dedos suavemente por su cabello, y comenzó a relajarse un poco.
Maggie sentía las lágrimas en su hombro, sabía que Kara estaba muy asustada, y tenía que tranquilizarla. Alex Danvers podía estar inconsciente y tal vez al borde de la muerte, pero ni así iba a perdonarla si descuidaba a su hermana.
-Ven- tomó a Kara de los brazos y la llevo suavemente hasta una silla de la sala, empujandola con cuidado para que se siente, se arrodilló frente a ella para quedar a su altura y la miró con una sonrisa dulce- tranquila pequeña, Alex es fuerte, va a estar bien
Pasó el dorso de la mano para secar las lágrimas de las mejillas de la niña y volvió a sonreírle, ésta vez ella le devolvió la sonrisa.
-Señorita Sawyer- la voz de la doctora sonó fuerte desde el pasillo. Era la misma doctora que antes había atendido a Alex.
Ambas se pararon rápidamente al escucharla, pero en seguida Maggie volvió a empujar suavemente a Kara para que se siente.
-Espera aquí pequeña, ¿Puedes llamar a Lena y decirle que venga?
Kara solo asintió y sacó su teléfono. Maggie caminó hacia la mujer que la esperaba en la puerta de la habitación. Su expresión era tan indescifrable, que ni siquiera ella que era una experta en comportamiento humano, podía adivinar si estaba preocupada o no.
Se acercó a ella deseando con toda su fuerza que le dijera que todo estaba bien.
-¿Alex está bien?
-Ahora está bien, le dí un sedante y va a estar dormida por algunas horas- Maggie asintió- necesito hablar con un familiar
-Eeh, su hermana está ahí- dijo volteando a ver a Kara, aunque sabía que la doctora se refería a sus padres
-Un adulto Maggie
-Claro, llamaré a su madre, pero...¿Qué pasa?
-Alex tenía razón
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Silencios de familia
Ficción GeneralEl miedo se define como la sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario, pero ¿qué tipo de peligro nos causa más miedo? El miedo a la muerte, el miedo a estar solos, a no encajar, a ser rechazado. El miedo a los a...