Capítulo 5

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Corre Vania

Llego al colegio muy emocionada esperando ver a Pohl, pero también no quiero verlo porque tengo miedo que me ignore. Mil preguntas pasan por mi cabeza y todas son sobre si él escribió el poema solo por que si ó por que yo le gusto.

¡Naaa! No le gustó y solo me estaba probando. Seguro piensa que con ese poema ya me tiene y que voy a morir de amor por él. "Sabes que si Vania" ¡Calla voz interior y no seas traidora!

—¿Y mi sándwich?—Me pregunta Frank—. Vania últimamente estás más rara de lo que ya eres y lo peor que mi pancita lo resiente, ya no me traes mi sándwich favorito y prometiste alimentarme para toda la eternidad.

—Perdón amigo, pero es que tengo muchas cosas en la cabeza, toma. —Le extiendo el sándwich que a diario hago con mucho cariño para él. Me dice todo el tiempo que ama como cocino y la verdad es que todos dicen que cocino delicioso; Menos mi mamá que siempre se queja hasta de la marca del pan que uso.

—¡Mmmm! Vania seriamente deberías pensar en vender estos sándwiches de pollo, no se como harás cuando te cases pero debes decirle a tu esposo que firmaste un contrato de por vida para hacerme mi sándwich de pollo a diario.

—¿No sería más fácil pasarle la receta a tu esposa para que te haga la pasta de pollo?

—Mejor pones un restaurante y así puedo llegar a comer todos los días; La verdad no me veo casado en un futuro.

—Sabes que seré periodista y que cocinar es solo un pasatiempo.

Nunca le he preguntado porque no tiene novia y porque no quiere casarse. Él es tan espiritual que dice que estudiará algo como teología y que se dedicará a Dios y yo respeto su decisión. Ya había observado que es muy profundo en cuanto a esos temas. Su forma de aconsejarme me tranquiliza, me conforta y pienso que quizás el tiene algún tipo de don espiritual o será un futuro psicólogo; Todos lo buscan para desahogarse o contarle sus problemas. Hasta el señor del pan por las mañanas le cuenta sus problemas y Frank tan lindo siempre le brinda ánimos y una cálida sonrisa.

Llegamos al salón y el profesor nos avisa qué hay un examen sorpresa de química. Literal, voy a llorar, no me van las fórmulas ni los números en general. Busco a Axel y con una mirada desesperada le pido ayuda. El me sonríe y me levanta el pulgar en señal que lo tiene todo controlado. El profesor comienza a escribir las preguntas en la pizarra y siento que está escribiendo en mandarín.

En un descuido del profesor Axel rápidamente me pasa un papel con el procedimiento. Es un genio en física, matemática y química. Yo le ayudo con filosofía, literatura e historia.

Nos complementamos perfectamente a la hora de estudiar ó de copiar en los exámenes ¿Porqué será?

És tan dulce y bueno conmigo, pero nunca me ha tirado alguna indirecta sobre si le gustó y pienso que no puedo andar por la vida creyendo que porque alguien es bueno contigo ya quiere ser algo más.

Terminamos la prueba y nos vamos al gimnasio a nuestra ultima clase del día.

Jane viene hacia mí y me pregunta por Pohl.

—¿Y el poema?— casi me revienta en la cara la bomba de chicle que está masticando—. Ya no me dijiste nada sobre el y me muero por saber que dice.

Ruptura del Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora