Capítulo 2

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¡Mi primer novio!

Estoy sentada a la
Orilla de la calle junto a mis vecinos y amigos, solo somos dos niñas y nueve niños y juntos somos un grupo de pre adolescentes traviesos.

Nos la pasamos subiéndonos a los árboles o jugando kitbol, también andamos juntos en bicicleta o patineta.

Tengo 14 años y me siento más un chico que una chica; no soy coqueta, ni me gusta ninguno de los niños; Paso de arreglarme porque no me gusta cómo me miran los amigos de mi madre o padrastros.
Mencioné que ya llevo tres padrastros y pronto voy por el cuarto.
Su lista de novios, ni hablar; Perdí la cuenta luego del número 15.

Aprendí a no encariñarme con mis padrastros o novios de ella, ya que sabía que estaban de pasada.

Mi madre es una profesional en finanzas, una mujer exitosa y con un puesto importante de trabajo. Es buena proveedora, pero en cuanto a una madre... bueno hace lo que puede ¿no?

Cuando yo tenía 9 años tuvo dos novios colombianos y hasta viajamos a su hermoso país. ¡Hay como me enamore de Bogotá!

Ese año pase ahí mi cumpleaños, rodeada de nuevos amigos; pero
el siguiente año viajó sola.

Mi hermano y yo pasamos las navidades y mi cumpleaños, solos con la empleada.

Recuerdo que faltaban cinco minutos para que fueran las doce de la noche, a nada de comenzar mi tan esperando cumpleaños; el cual ni siquiera iba a celebrar. Me encontraba sentada mirando las luces del árbol de navidad, me sentía tan sola y necesitaba un abrazo...

De repente le pregunté a Dios: —¿Señor, tú quieres ser mi papá y mi mamá?

Pienso y siento que Dios me tomo la palabra porque desde entonces yo se que él me
cuida y me ha librado de muchas cosas malas.

Un amigo de mi madre una vez me encerró en el baño con la excusa de que no sabía a dónde quedaba y luego al mostrárselo me empujó adentro. Pero yo fui más lista y aprovechando que él estaba ebrio le metí una patada en sus bolas.

Yo había pasado por tanto pero aún a mis 14 años no había tenido novio y jamás había besado. ¿Qué se sentirá tener novio?

—¡Hay, hija de la gran pu...! —Un pelotazo me saca de mis pensamientos. No me gusta decir malas palabras y cuando las digo es porque en verdad estoy perra y mejor que nadie se cruce en mi camino.

Pero no era mi amiga Caro la que me había golpeado, era Alex y se reía de mí el desgraciado. Era lindo, asistía a un colegio de esos privados donde van niños ricos, pero él era muy tranquilo y no era creido por ello.
Siempre estaba molestándome y normalmente lo encontraba mirándome con cara de lelo.

—Dice Frank que Alex le dijo que tu le gustas. — Me dice Caro sentándose a mi lado.

Caro tenía el pelo lacio, era trigueña y usaba lentes de fondo de botella y a eso le sumabas frenos... Definitivamente ella no era muy agraciada con esa apariencia nerd; pero era una gran amiga y tenía una linda sonrisa a pesar de esos frenos metálicos.

—¿Yo le gustó a él? Pregunte.— Realmente no está mal, pero él no me ha dicho nada, ni modo que yo le pregunté, ¡duh!

—¡Viene para acá Vania, péinate!—

¡Dios mío! Que me peine... Pero si apenas agarre valor está mañana para bañarme y ahora mi amiga dice que me peine.
¡Ja!

Si le gusto que sea así mechuda y si no pues que se aguante. Todos dicen que soy bonita con mi cabello castaño claro y casi rojizo llegando a la cintura, mi piel es blanca y siempre he sido delgada. Pero lo que todos dicen es que mi sonrisa es bella y pienso que es verdad. Mi sonrisa vale mucho porque es sincera y me sale del alma a pesar de que a mi alrededor mi mundo es una desgracia.

Alex se sienta con nosotras y le dice a Caro que por favor nos deje solos. Yo con la mirada le suplico a mi amiga que se quede y la muy traidora con una risa tipo el gato de Alicia en el país de las maravillas se va hasta dando saltitos.

—Vania... Este... Qué tal el la escuela?

—Aburrido y difícil— le contesto— ¿Qué te pasa que estás tartamudeando?

—Es que yo... Quería preguntarte si... Querías... ¿Quieres ser mi novia?

¡Ja! Lo dijo al fin y bueno no está feo y no se que es tener novio y entonces, ¿Porqué no?

—Si.

—¿Si?

—Si y ya me voy porque tengo tarea. Adiós.

Me levanto y corro hacia mi casa pidiéndole a Dios no verme como gallina atravesando la calle, me siento feliz y nerviosa porque ahora no se que voy hacer con mi nuevo novio.

Todas mis amigas del colegio tienen o han tenido uno o más. Hasta Caro ya tuvo dos; Mientras que soy casi, una doña quedada de 14 años que nunca ha besado, más que al espejo por las mañanas antes de irme al colegio.

A mí no me engañen, ¿Quién no ha practicado frente al espejo cómo se mira de cerca la cara y los labios, cuando uno está a punto de darse un beso?

¡¡En qué lío me metí!!

Llega la hora de la cena y mi madre aún no ha venido; mejor, siempre anda enojada y solo viene a gritarnos o se encierra en su cuarto a ver televisión. Luego para variar mi hermano está jode que jode con lo qué pasó en la tarde entre Alex y yo.

Suena el teléfono de la casa y es mi nuevo novio. Hablamos durante mucho tiempo, hasta que llega la hora de lavarnos los dientes y lo hacemos juntos sin colgar; luego seguimos hablando y hablando.

Me dice que soy la niña más linda que ha visto, y yo le pregunto qué porque todo el tiempo se la ha vivido molestándome. Solo escucho como ríe del otro lado de la línea y me dice que lo pongo nervioso y que solo quería llamar mi atención.

Y este loco acaso cree que tirándome pelotazos va a conquistarme... No entiendo a los chicos.

Hablamos como por tres horas y al final me quedo dormida con el teléfono cerca del oído. Como sea me siento emocionada.

Así la pasamos toda la semana y al llegar el viernes y de regreso de la escuela me encuentro a Alex esperándome con una rosa afuera de mi casa. Los niños del bus escolar comienzan hacer relajo y me hacen bromas por ello.

Bajo y siento que las manos me sudan; no puedo parar de ver la rosa en las manos de Alex. Mi primera rosa, mi primer novio...

El me sonríe y se agacha buscando mi boca. Siento que me congelo, porque se que va a besarme y yo no se besar; pero obvio no se lo voy a decir.

Siento sus labios sobre los míos, es una sensación cálida y suave.

No es como los besotes que salen en las novelas que mira Marina la niñera que nos cuida. Es corto, dulce, inocente como nosotros.

Estoy enamorada... ó eso creo; porque sin saberlo? pronto vendría, una ruptura que jamás se cerrará, una que me marcaría de por vida.

Ruptura del Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora