Capitulo 44

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Ten cuidado con las citas

—¡Es una Zorra!

—¡Na! Es putica, pero aún le falta y te lo digo yo que sé de zorras.

—Es que ella no era así. Tan tranquila la niña. Bueno, era... Algún pequeño roce y besos por aquí, besos por allá; pero por dejarse tocar las tetas y besarse no es una zorra.

—¡Cómo ha cambiado la desgraciada!

—¡Culpa de ese maje y los golpes de la vida!

—¿Niñas de quién hablan?

—De la serie Grey's anatomy.

Mis dos amigas están perdidas en su nuevo vicio y le doy gracias a Dios por ello, así no me preguntarán con quien saldré esta noche.

Llevo un mes y medio de salir con tantos chicos que hasta ya me da pereza repetir la misma rutina.

"¿Cómo te llamas? ¿Qué haces? ¿Qué te gusta hacer? ¿Follamos?"

Siempre lo mismo y ya me estoy hartando de esto.

El tipo llamado Ethan me llama todos los días, es tan insistente que ya cae mal.
Aveces son tantas las llamadas y mensajes que he decidido decirles a todos: "Bebe, guapo, nene o niño."

Salgo sin despedirme de las chicas que están sumergidas en la tele y mientras bajo lentamente las gradas voy pensado en porqué salgo con tanto idiota, ninguno podrá superar al amor de mi vida.

Con Mark solo tenemos encuentros sexuales y aunque yo sé que el siente cosas por mi, simplemente me hago la suiza, porque yo no siento nada por él.

He salido de las llamas y debo cuidarme, no hay nada dentro de mi para entregarle amor a nadie.

Yo fui el universo y la razón, de alguien, cuando esa persona me amaba y me era fiel. Y ahora solo
soy un cuerpo que muchos quieren tener a placer sin importarle mis sentimientos, bueno, ni a mi me importan la verdad.

Llego al vestíbulo y ahí está ya esperando Otto. Está lindo aunque aveces su nombre me recuerde al nombre de un perro. Es muy amable y hasta tierno. Lo que más me gusto de él fueron sus ojos y su barba, su estilo es como la de un pintor desaliñado y su piel es tan blanca que parece cremosa, me gusta como se le marcan las venas azules en sus muñecas; sus manos son muy varoniles y besa delicioso.

Ayer salí con un pintor de verdad, se llama Carlos y es un latino guapísimo, su piel bronceada es un pecado y ni hablar de su cabello largo. Estuvimos tonteando en su apartamento hasta tarde y al final acepte que me retratara y pues una cosa llevó a la otra y estuve a nada de tener sexo con él.

Terminamos desnudos en su cama y todo era tan intenso que llegue a pensar: "Ahora si lo voy hacer"

Pero solo lo sentí entrar en mi y eso fue todo para que mis deseos de salir corriendo de su cuarto me invadieran.

Él fue muy compresivo y aunque obviamente se dio cuenta que no era virgen, decidió respetar mis motivos y no forzar las cosas.

La cita con Otto va fluyendo agradable y luego de cenar e ir al cine, terminamos enredados en el asiento de atrás de su auto. Y ahí va de nuevo... Besos, caricias y muchos jadeos; pero al sentir sus dedos tocando mi sexo me basta para que la sesión de besos se acabe ahí mismo.

Ruptura del Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora