Capítulo 34

1K 128 93
                                    

Nunca me retes amor

Dos meses han pasado desde que estuve con mi padre, hablamos por teléfono un día a la semana. Ojalá mi hermano pudiera perdonarlo, pero igual respeto su decisión.

Las clases cada vez son más pesadas, necesito conseguir hacer mis prácticas de prensa lo más pronto posible, es un requisito para graduarse el próximo año. Aún sigo solicitando plazas de interinato para lograrlo; Pero a pesar de tener varios amigos en los medios ha sido difícil, es de tener mucha paciencia, ó pasar por la panza de un viejo verde morboso y yo no me he matado estudiando para ser una zorra.

Hoy es viernes y nuestro grupo se está preparando para salir, estoy muy emocionada, porque será la primera vez que Pohl nos va acompañar, muero por bailar con él.

Estoy a punto de terminar de colocarme los zapatos cuando tocan mi puerta.

—¿Ya estas lista bebé? Me pregunta Grace —¡Ay Dios mío, estás chulisima!

—Mira quien habla, otra mamazota.

Grace camina hacia mí espejo y repara su atuendo con aprobación.

—Si, me veo linda.

—Te quedas corta mi reina, tu te miras sexy.

—¿Nos vamos?

—Solo estoy esperando a Pohl, me dijo que a las 9:00 p.m. vendría por mi, si quieren váyanse adelantando. Seguro no tardará.

—Oscar ya está esperando en la sala, así que unos minutos más no son nada.

—Ok. Salgo en un momento.

Termino de maquillarme y busco mi bolso, estoy a punto de salir del cuarto cuando mi celular suena.

—Hola.

—Hola niña.

—Hola niño, ¿Ya estas abajo?

—No, por eso te llamo.

—¿Qué pasó?

—Es que Aldo y Peter quieren que salga con ellos a tomar un par de cervezas,
hace mucho no salimos y quisiera saber si no te molesta que cancelemos.

«Si me molesta»

Pero no me molesta que salga con sus amigos, no soy de ese tipo de mujer posesiva, no me gusta andar encima de sus cosas o controlándolo todo el tiempo, tengo vida propia y también paso ocupando mi mente en mis propios intereses, siento que invado su privacidad. Lo que si me molesta, es que me haya cancelado a unos minutos de salir.

—Está bien niño, ¿Adónde van a ir?

—No lo sé en realidad, seguramente algún bar del centro. ¿Y tu?

—A bailar y tomar algo.

—Ok, que la pases bien mi niña y cuidado con los moscos, nada de andar bailando arriba de las mesas y si te pones mini ya sabes que con short abajo.

—¡Jajajaja! Pobrecito, te diste duro en la cabeza amor, con mi ropa no te metas. Un beso.

Cuelgo la llamada sintiéndome desilusionada. Quería tanto poder salir a bailar con él, nunca lo hemos hecho, su mundo y el mío son muy diferentes. A mi me aburre estar con sus amigos sentada por horas escuchándolos hablar tonterías mientras beben. Solo fuimos un par de veces y sentía que caminaba por las paredes por el aburrimiento.

Ruptura del Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora