Ruptura del Corazón

Capítulo 33

Capacidad de amor infinito

—¡Buenos días chicas!

—¡Vaya, apareció mil años después la niña! ¿Ya terminó la conejo luna de miel? —comenta Vero.

—¡Ja, ja!, sinceramente amiga estoy tan feliz que me valen tus comentarios  obscenos.

—¡Dios mujer, si destilas miel, traes cara de recién follada — Grace suspira luego del comentario—. Como extraño los primeros encuentros, son tan... fogosos y pasionales.

—Niña, hablas como si fueras una pobre ama de casa con 15 tristes años de matrimonio. No pensé que Oscar te tuviera tan descuidada amiga.

—¡Ja! Para nada, yo me saque la lotería, pero extraño esas primeras veces, cuando todo es nuevo.

—Ok. Me doy una ducha y luego hablamos.

Ni he llegado a dar dos pasos y mis amigas me hacen regresar a la sala junto con ellas. Estoy tan cansada por no dormir tres noches seguidas que siento que me tiemblan las manos por el desvelo. Mientras Aiden duerme, yo aprovecho para estudiar, pero ahora necesito dormir, no platicar sobre mi vida íntima. El hombre es insaciable y él cuerpo me está pasando factura.

—¡Tu te sientas mujer! Queremos saber porque ya no vienes a dormir, parece que te vas a mudar.

—Niñas, tengo mucho sueño, les prometo que luego les cuento todo, pero ahora veo doble. Si no duermo me va a dar un derrame.

—¿Qué te pasa? Aún no es época de exámenes.

—Es Aiden, no se... Su forma de amar...Ya saben. Hacerlo, dos veces en una noche, todos los días...

Mis amigas se miran entre ellas con la boca abierta.

—Vania Levi, por tu bien, espero que seas tan fértil como una abuelita, a ese paso en serio estaremos cambiando los pañales de mis sobrinos.

—Tomo la píldora y usamos otras precauciones.

—Bien, tienes tantas metas por cumplir y apenas vas comenzando a vivir, no se si él sea la persona indicada para ti. Su historia no es precisamente la más sana.

—Por ahora soy feliz, lo amo desde siempre y ambos merecemos una oportunidad.

—Yo se que les ha costado llegar hasta acá, solo cuida de que tus alas no se rompan esta vez —Dice Grace mirándome preocupada.

—¡No va a pasar! —Le digo molesta.

—Tranquila Vania, no lo digo para hacerte sentir mal.

—Es que me enoja que nadie nos apoye. Sé que en el pasado él me lastimó y yo a él, fue horrible, casi un castigo, pero ya estoy cansada de que ambos caminemos en circulos. Yo sé que hoy será diferente.

—Esta bien y en serio quiero creer que ahora él hará bien las cosas. Solo...guarda bien tu corazón.

—Te prometo Grace que ahora yo me pondré primero. Lo amo, pero antes de que él intente lastimarme yo ya habré levantado todas mis armas para defenderme.