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El tiempo había pasado, Firial dio a luz a una niña. Protegía a la niña, la envié al orfanato que yo mantenía, así podría vigilarla. Hatice no quiso divorciarse de Ibrahim porque sabía que lo ejecutarían en cuanto el divorcio fuera un hecho. Su decisión arruinaba por completo mis planes y los de Hürrem, debía pensar en algo. Claramente había decidido ayudar a Hatice, fingía estar de su lado, apoye su decisión aunque no me beneficiaba.

"Mi sultana" Bülbül ağa entró agitado y muy preocupado, "Mi sultana, su majestad llevó al príncipe Abdullah de cazeria, se fueron desde ayer y nadie los ha visto"

"¿Que estas diciendo?" me levante, "Mustafa llegó ayer al palacio, su guardia personal me lo dijo"

"Sultana" me miró, estaba muy pálido, "¿ Y si asesino al príncipe?" 

"Bülbül, por el momento no le dirás nada a Hürrem, si pregunta por su hijo dile que lo he hecho visitar Manisa por unos días" salí rumbo a la cámara privada.

Trate de serenarme, la preocupación corría en mis venas pero debira mantenerme tranquila para que nadie sospechase de esta nueva ejecución.
Entre a los aposentos.

"Mustafa" grite, pero vi a mi hijo y al príncipe en la cama mal heridos, "¿Que sucedió?" mire al guardia.

"Sultana, durante la cazeria fuimos atacados, su majestad salvo la vida de nuestro príncipe pero el sultán está muy grave, los médicos dicen que quizás no sobreviva una noche más" cerré los ojos.

"Déjenme sola con mis hijos" espere a que todos abandonaran los aposentos, "Alláh misericordioso, por favor no levantes tus alas protectoras de mis hijos, te ruego que salves la vida del sultán y el príncipe" me puse sobre mis rodillas.

Si era verdad que yo soy la enviada de Alláh, recibiré una señal, mis hijos se levantarán de esa cama.  Así pase los siguientes seis días, el príncipe se recuperó y volvió con su madre. Yo me quedé con mi hijo más días, meses.

Estaba rezando a Alláh por Mustafa, el había caído en un coma del cual no sabríamos cuando despertaría, ni siquiera sabíamos si despertará. Rezaba día y noche ayunaba días, había adelgazado mucho, mi piel ahora era pálida, tenía ojeras muy grandes. El pueblo entero se preguntaba donde estaba el sultán.

"Madre" Dilruba entró a verme a los aposentos, "Creo que lo mejor será nombrar a Ahmed como el nuevo sultán"

"Mustafa no ha muerto Dilruba" mi voz se oía débil.

"Madre, tu mejor que nadie sabe si Mustafa va a despertar" se acercó, "¿Que harás entonces?" se puso a mi lado, "El pueblo no va a gobernarse solo"

"Yo gobernare mientras Mustafa este en coma" fue todo lo que dije.

"Madre, las leyes marcan que un príncipe hijo de Osman debe tomar el trono"

"Yo gobernare mientras Mustafa este en coma" repetí.

"Madre....

" Yo voy a gobernar Dilruba, ningún otro príncipe tomará el trono para que así puedan ejecutar a sus hermanos" le grite, "Ahora largo de aquí" me puse frente a ella.

"Las leyes no fueron escritas ayer" oí que la puerta se abrió y cerró.

"¡Bülbül!" entró, "Reúne a todos mañana, informaré la situación del sultán y mi nueva posición"

"Sultana, usted sabe que nadie aceptará esto si no hay un escrito por parte del sultán"me levante.

" Haremos lo mismo que hicimos cuando murió el sultán Süleyman" lo mejor era que Ibrahim aún no sabía la situación del sultán, sospechaba pero no tenía nada concreto.

"Sultana, usted dicte" me miró mi ağa de confianza con un papel y un lápiz listo para escribir.

"Querido consejo, Jenizaros y Cipahis.
Mi estado de salud no es bueno, no se si quiera sobrevivir a esta enfermedad pero daré lo mejor de mi hasta el final de mis días.
Mi madre la Sultana Aasiyah ser la regente del imperio, ella gobernará en mi nombre mientras me recuperó de esta enfermedad y si llegó a morir, ella misma tomará el trono otomano, de esta forma evitaremos la muerte de más inocentes.

Está es una ley temporal, si me recuperó y no muero, yo volveré a tomar el gobierno otomano para seguir llevándolo a la grandeza máxima que nuestro imperio merece. Confío en que mi madre podrá ejecutar su tarea como regente oficial de nuestro imperio, es una mujer inteligente, se que ella hará crecer el imperio en mi ausencia, confío su vida a usted queridos Jenizaros y Cipahis." tome la cera roja y el anillo, de nuevo ese sello imperial estaba en el papel que marcaría mi destino, por fin tomaría el trono para mi.

"Esta listo sultana" enrollo la ley, "Le enviare de inmediato a él Consejo" salió.

Una vez que Mustafa muera, no habrá nada que pueda detenerme, nadie podrá interponerse a mi, porque yo seré quien gobierne este imperio, todas las vidas de todos los que pisan el imperio están en mis manos.

Por fin, ¿Creen que nuestro sultán muera? Quiero leer sus comentarios. Bye Bye florecitas.
Nos leemos en el próximo capítulo.

 Ottoman EmpireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora