Continuación de Viaje en el tiempo.
"Me convertí en la sultana más poderosa que haya existido jamás. "
Yo fui, soy y siempre seré Alev Aasiyah Sultan, la única mujer que gobernó el imperio otomano como el sultán del mundo.
La muerte no había abandonado el palacio, Bayezid y sus hijos partieron a su provincia justo después de la muerte del príncipe.
El harén se mantenía tranquilo aún bajo las constantes intrigas de saber quien manejaría el harén cuando la Sultana Hürrem partiese al reino de Alláh. La pelirroja se había mantenido en reposo, su enfermedad apenas y la dejaba caminar, en vez de mejorar con todo lo que le habían suministrado estaba empeorando, su piel alguna vez clara y porcelana ahora era seca y sin color alguno, sus preciosos ojos ya no tenían aquel brillo que la caracterizaba, su sonrisa había dejado su rostro. Ya no era la mujer hermosa que alguna vez fue.
El dia de hoy había hecho un esfuerzo por levantarse. La mezquita había sido terminada. Alev sultan se encontraba en sus aposentos buscando un atuendo apropiado para inaugurar la preciada mezquita que su fallecido esposo comenzó a construir en su sultanato.
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Terminaban de ponerle la corona en su cabeza cuando le avisaron que Hürrem ya estaba en su carruaje, la ceremonia de apertura ya había iniciado, solo faltaba nuestra amada sultana.
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Las sultanas ya estaban en la tienda de jardín frente a la mezquita, la Sultana hiba en su corcel con los dos príncipes herederos al trono, Selim e Iskender. Llegaron a la grandiosa construcción, se sorprendió al ver lo magnífica que era, ninguna mezquita se asemejaba a la belleza que está poseía.
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