Ottoman Empire

53

La marcha hacia la guerra.
Enero 1545

Todos los miembros de la familia real estaban en los aposentos del sultán, algunos sonreían, otros estaban preocupados y una mujer tenía miedo.

"Me alegra que estén todos aquí, con su bendición regresaremos victoriosos" decía a sus hermanos.

"Llevas la más grande bendición" Mihrimah miró a su madre, "La Valide sultán y gran visir del imperio te colmará de grandes bendiciones"

Hürrem se acercó a Alev y le sonrió, quería ocultar su miedo de perderla. La abrazo con fuerza delante de todos.
La Sultana madre enternecio del acto de su amada, beso su frente.

"Hürrem, mi Hürrem" le sonrió, "Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor" volveré  le susurro al oído.

"Recen por nuestra victoria" fue lo último que dijo el sultán.

Todos comenzaron a salí tras el sultán, hiban al patio principal para ir directamente al primer campamento.
Duarte el camino, la madre habló con su hija.

"Iskender está a cargo del imperio en nuestra ausencia, tu te encargarás de algunos de mis deberes y sobre todo cuiden bien de Hürrem, solo puedo confiar en ti sobre su seguridad"

"¿Porque dices eso madre?" la miró confundida.

"Mientras estén las hermanas de Süleyman aquí, no puedo irme tranquila. Intentarán algo en contra de ustedes, tengo a todos mis subordinados a su seguridad, incluso en el cuidado de Dilruba" mencionó, "Volveremos pronto y victoriosos"

"Yo me encargo de la seguridad de todos" sonrió.

"Muy bien, nos veremos en un tiempo" salieron.

Desde la torre veían al sultán subir a su caballo y la madre también. El hermoso corcel blanco del monarca del imperio, el corcel negro de la madre tenía un porte muy elegante. Ambos junto a los visires avanzaron hacia la gran puerta del palacio. Hürrem dejó salir sus lágrimas cuando por fin las puertas se cerraron, ya no se veía a la mujer que más amaba.

"Todo estará bien Sultana, mi madre tiene el favor de Alláh" Mihrimah consoló.

"Alláh mediante, todos volverán a salvo" dijo pues él comandante Malkocoglü Balibey también había partido a la campaña.

....
En el calabozo, una mujer se encontraba en la celda de Firuze.

"Tenemos un trato para ti" la miró.

"¿Que trató?"

"Voy a liberarte pero a cambio quiero que te encargues de la sultana Hürrem" sonrió, "Una vez que te libres de ella, no habrá nadie que te separe de Alev"

"Sultana, me está pidiendo algo muy difícil. Mihrimah no dejará si quiera que me acerque, notará mi ausencia pronto"

"Lo haré como que escapaste, te esconderse bien y cuando todo esté completamente planeado, atacaremos" ambas rieron.

"De acuerdo, sólo si me permite volver a mi casa"

"Princesa de Persia, claramente te dejaré volver solo si no hay un ataque al imperio"

"El tratado de paz te llegará cuando maté a mi padre".

...

Lo tres primero meses pasaban lentos. El palacio no era el mismo de antes. Una carta llego al palacio, el destino era para la sultana con cabello cual fuego.

"Sultana, es para usted" Sumbül entrego el pergamino.

Mi Hürrem.

Te extraño cada día que pasa y cada minuto en que no estás aquí.
No sales de mi mente, ni de mi corazón.
Me duelen los kilómetros que no me dejan tocarte y la distancia que me impide abrazarte, aunque estás tan presente, como si estuvieras aquí.
Te pienso y te beso en mis recuerdos y por las noches te acaricio en mis sueños, porque te extraño todo el tiempo.
Te extraño tanto, que la única forma de sentirte cerca, es cerrar los ojos un instante y abrazarte con mi alma.
Eres ese silencio que llena todos mis latidos.
Ese silencio que a su vez, hace mucho ruido.
Ese silencio, que por mucho que lo calle, inunda mis sentidos.
Te extraño y aquí me tienes como cada día, pensándote...
Y aquí estoy en mis sueños, imaginándote...
Y sigo aquí como siempre, queriéndote ... cada día más.
Con mi más sincero amor; Alev.

La Sultana sonrió en grande, su corazón latía como loco. Era la primera carta que llegaba, su preocupación se había disipado un poco. Pego la carta a su corazón.
Inmediatamente escribió una carta a su amada.

Alev querida.
Anhelo cada día y cada minuto, sentir tu alma. Extraño el calor de tu sonrisa.
¿Cómo podría el mundo avanzar si no te tengo conmigo?, el palacio sin ti solo es una estructura.
Las risas en el harem no son tan resplandecientes como lo es cuando estas tú.
Vuelve pronto a mi, no me dejes caer en la soledad. Lucha con fuerza, imagina que estoy contigo en batalla para que al volver no sea solo tu cuerpo sin vida.
Rezo a Alláh por tu victoria y tu seguridad como la del sultán.
Vuelve pronto mi amor.
Hürrem.

Le sonrió a su agha de confianza, entregó la carta al mensajero. Ahora solo era esperar una respuesta. Su vida y su corazón estaban ligados a la única mujer de su vida y alma. La única dueña de su corazón.