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¡Larga vida a la sultana Aasiyah!

La muerte de su hijo le había hecho sentir muy mal. Ahora se encontraba en el diván como Gran visir y madre sultana debían encontrar un nuevo gobernador, sin saber que el sultán Murad había dejado una ley o más bien un decreto conforme al nuevo sultán.

"¿Que príncipe será el nuevo sultán?" decía el visir de Egipto.

"Sobre el tema, a pesar de que han pasado algunos días tras la muerte del sultán Murad" sacó un pergamino, "Su majestad dejó un decreto sobre el nuevo gobernador"

"Bueno, lee el decreto"

"No lo haré hasta que el coran esté presente" dijo.

El jefe religioso salió del diván para buscar el coran que le habían regalado a la madre sultana. El ya sabía sobre esto. Al tomarlo, lo beso y puso sobre su frente varias veces. Volvió al consejo.

"Puede leerlo" anuncio.

"En presencia del coran, daré lectura al último decreto de nuestro fallecido sultán Murad" se aclaró la garganta.

Yo el sultán Murad, ya habré muerto durante esta lectura.
Se preguntarán, ¿quién será el sultán? ¿Alguno de mis hijos o algún hermano mío? La repuesta es no.

Yo decreto que la sultana madre Aasiyah tiene todos los derecho que un hombre tiene en este gran imperio, me guió con el hecho de que Alláh creo a la mujer como su manos derecha y mejor amiga. Sin su presencia, Adán no habría engendrado hijos y nosotros no existieramos.

Debido a que los derechos de la Valide Sultan son exactamente iguales a los de cualquiera de nosotros, yo la nombró como sultán del mundo. No cuestionen mis palabras ni mis leyes.
¿No ha demostrado ser lo suficientemente capaz de gobernar sabiamente el imperio? Ya fue regente una vez, ahora es gran visir y demostró su gran habilidad en la guerra.

¿Donde encontraremos a una mujer como mi madre que gobierne el mundo como lo hace ella?
Alláh la envío al glorioso imperio para hacerlo aún más magnífico de lo que lo hizo mi padre y mi querido hermano.
Así que todos ahora deberán temer y respetar a la nueva mo arca de esta gran imperio.
Porque su nombre lo dice, ella es la emperatriz otomana del mundo.

¡Larga vida a la sultana Aasiyah!

La madre sultana se sorprendio con lo escuchado. Miró a Taslicali.

"¿Eso es cierto?"

"El sultán lo escribió mientras el efecto del veneno aún no llegaba, dijo que no había nadie mejor para gobernar el imperio"

"Pienso que el sultán tomó una gran decisión"

"Con usted a la corona, los demás reinos temerán. Seremos poderosos y grandes ante la sociedad" decía el jefe religioso.

La madre tomó el coran y lo beso.

"No voy a abandonar a mi pueblo, haré de este gran imperio en el gobernado del mundo, de esquina a esquina gobernaremos"
...

Los visires concordaron con el decreto. Pronto esa misma mañana se preparo a la Valide. No podía creerlo aún, ¿era un broma todo eso?
Si hermoso vestido azul y la preciosa corona en su cabeza. Camino con sonrisa de orgullo hacia la puerta del patio principal. Miró su anillo y antes de abrir la puerta elevó una oración a Alláh.
Las puertas se abrieron.

¡ATENCIÓN, SU MAJESTAD AASIYAH SULTAN!
PRIMERA SULTÁN MUJER DEL IMPERIO OTOMANO.

Salió a paso lento, Bülbül hiba detrás de ella. Ambos sonreían. Se sentó en el trono que tanto había deseado. Levantó su mano para que todos los presentes levantarán la cabeza.

"Su Gran Visir, Rustem paşha" gritó Bülbül.

La presentación de los visires fue lenta. Las tropas estaban contentas con el magnífico acontecimiento.
Nunca antes se había visto la Ascensión al trono de una mujer en el imperio.

"Nosotros las tropas del estado ya hemos jurado lealtad a usted en el campo de batalla. No vamos a decepcionarla ni abandonarla" gritó.

"¡Larga Vida a la sultana Aasiyah!"

¡Larga vida Aasiyah Sultán!
¡Que Alláh guíe su espada!
¡Alláh guíe su camino!
¡Larga vida poderosa sultana de mundo!

 Ottoman EmpireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora