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Pabellón de cristal
9 de marzo, 1538
Príncipes; Abdullah, Selim, Beyazid, Alaadin y Ayhan.
(El príncipe Cihanger no está en este Pabellón ya que el está "enfermo" y es tratado por los médicos en el palacio, hasta el momento el único príncipe de Hürrem con libertad)

Guardias entraron por los príncipes, entre dos guardias tomaron al príncipe Abdullah y al príncipe Alaadin.

"¡No! ¡Déjenme, sueltenme!" gritaba el primogénito de Hürrem.

"¡Se los ordenó! ¡Soy un príncipe! ¡Obedezcan!" Alaadin gritaba mientras se resistía.

"No podemos hacer eso príncipes, su majestad el sultán quiere verlos" el miedo se apoderó de cada príncipe.

"¿Pará qué quiere vernos?" cuestionó Abdullah, dándose cuenta que serían ejecutados.

"No tenemos información sobre ello príncipe, solo cumplimos la voluntad del Sultán" dijo el guardia.

"Ağas por favor, déjenos ir" rogó Alaadin, "Les daremos oro pero déjenos huir"

"Ya le dije que no podemos hacer eso príncipe, lamento no poder hacer nada por ustedes" los jalaron a la fuerza.

Más guardias retenían a los otros tres príncipes, sabían que lo que fuesen a hacerles a sus hermanos sería el mismo destino para ellos, el miedo los hacía llorar de impotencia, perderían a sus hermanos pronto. Sus madres no podrían salvarlo y por ahora su esperanza era la sultana Aasiyah sin saber que ella era la causante de esta ejecución.

Mihrimah Sultan

Me encontraba en mis aposentos, cuando entró mi criada Raşha para informarme que la vida de los príncipes corrían peligro, me levante muy rápido para buscar a mis hermanos.

"¿Donde están Mehmed y Ahmed?" le grite a Firial kalfa.

"Sultana, su majestad pidió ver a los primogénitos de las Sultanas" me informó, "Todos sus hermanos fueron llamados para ir donde el sultán pero nadie sabe para que fueron llamados"

"Mis hermanos serán ejecutados, tienes que ir donde los jenizaros a pedir ayuda, mi madre ya debe saber para este momento" Firial me miró confundida.

"Sultana no creo que sea así, solo llamo a los mayores de cada madre" la kalfa era bastante estupida, vire los ojos.

"Quiero que investigues de inmediato lo que sucede con los príncipes, es muy sospechoso que los primogénitos sean los únicos con el sultán" dije para después ir en busca de el sultán.

Corrí hasta la sala de consejo, supuse que ahí se encontraba mi hermano el sultán con mis otros hermanos, era muy raro que el sultán quisiera ver a los príncipes después de exiliar a la madre sultana de palacio. Algo andaba mal, muy mal, lo olia bastante bien, en el camino choque con Ayşe, como quisiera matarla con mis propias manos, igual a Raziye, ella fue la culpable del exilio de mi madre de este palacio.

"¿Donde va con tanta prisa, Sultana?" detuve mi andar, "No podrá salvar la vida de los príncipes, su destino ya está sellado"

"¿No tienes otras cosas por hacer? Por ejemplo, gastar el dinero del harem que no te pertenece" dije.

"Yo soy la encargada del harem, si quiero puedo expulsarla de este" se acerco a mi, ella suponía un obstáculo en mi camino.

"Si bueno, inténtalo" rete.

"Verá que lo conseguiré, Zeynep no dará a luz a ningún bebé y de eso me encargaré yo" escupió.

"Sería un precio justo el que Esmehan muriese también, ¿cierto?" ella cambió su mirada, "Me preguntó, ¿Que sentirías si vieses a tu hija morir de una forma terrible? Quizás le cortaría la garganta haciendote verla como se desangra, quizás dejaría que un hombre la tomase" entrecerré los ojos, "No me provoques, no sabes si quiera como soy, si algo le sucede a Zeynep y a su hijo, ten por seguro que haré justicia con tu hija" la deje con la palabra en la boca.

Volví a mi camino, un sentimiento extraño nacía en mi pequeño ser, el miedo rodaba en mi cabeza, el tan solo pensar que mis hermanos mueran me hacía sentir extraña, un dolor se instaló en mi. Corrí y corrí, el palacio parecía enorme por cada pasillo que recorría, estos parecían alargarse con cada pisada que daba. Gire hacia el pasillo que llevaba a las puertas del patio principal y donde se encontraba esa sala. En ese lugar es donde podría estar el sultán con los príncipes, me escondí al ver que adentrarón a Mehmed ahí, mi hermano Ahmed no estaba, pero pude ver como llegaban con Abdullah y Alaadin.

"Por Alláh, no puedo creer que haga eso" exclame al ver a los verdugos.

Hiba a correr de no ser por Balibey, se paro frente a mi.

"Sultana, debe volver a sus aposentos ahora" me ordenó, frunci el ceño.

"No puedes darme órdenes, no soy tu criada" le dije.

"Por favor sultana, debe volver a sus aposentos" insistió.

"No hace falta querer ocultarlo Balibey, se que van a ejecutar a mis hermanos" lo mire con dureza.

"Lo siento sultana, intente hacer algo pero Ibrahim paşha me ordenó dejar de entrometerme en esto, incluso mi esposa me dijo que eesa decisión la tenía solo el sultán y yo debía acatarla" me dijo.

"¿Ibrahim paşha?" cuestione.

"Si, el fue quien le aconsejo a su majestad ejecutar al príncipe Mehmed argumentando que el era un príncipe rebelde y por el bien de la dinastía lo mejor era ejecutarlo" me contó, "Pero también ejecutaría a los demás primogénitos como una advertencia a las Sultanas de lo que sucedería si se atreven a querer robarle el trono" era mentira, incluso Balibey duda de la veracidad de eso.

"Si el príncipe es acusado de traición, la madre no podrá salvarlo ¿cierto?" asintió, "Pero podemos....

" Maldito seas Mustafa, mi madre no hizo nada de lo que dices"

Oímos el grito, trate de ir hacia ese lugar pero Balibey me lo impidió, tuve que golpearlo en sus partes cuando vi a los verdugos entrar, aun así Balibey me abrazo deteniendo en mi lugar.

"No, Mehmed" grite con dolor, podía oír a mi hermano pelear con fuerza contra los verdugos, "¡Mehmed!" grite.

Parecía que mis gritos y llantos no se oían, cuando pude soltarme, corrí, corrí todo lo que pude pero cuando llegué ahí, vi el cuerpo de mi hermano caer al piso sin vida, aquella soga en su cuello daba a entender su muerte. Me deje caer en mis rodillas, el sonido no lo percibía solo veía a mi hermano muerto frente a mi, acaricie su cabello y sus ojos, aquellos que ahora estaban cerrados, las lágrimas no tardaron en salir.

"Mehmed, mi hermano de espíritu valiente, ¿que te hicieron?" el llanto impidio que emitiera algún otro sonido.

Estaba ahogandome en mi dolor, ignorando el hecho de que Abdullah y Alaadin también estaban parados fuera de esta sala esperando su muerte. No soportaba el dolor en mi pecho, el aire comenzaba a faltar en mis pulmones, creía que mi madre llegaría a salvar la vida de mi hermano, ¿Ahmed había muerto en otra habitación del palacio? No sabía nada de mi otro hermano, mi corazón se hacía pequeño, llenandose de dolor. No podía reaccionar.

"Sultana debe salir" Rustem Paşha me habló, entonces vi que adentrarón a los otros dos príncipes, haciéndoles ponerse en sus rodillas, "Tiene que ir a sus aposentos" me solté de su agarre.

Los verdugos se pararon frente a los príncipes, fue entonces que me levante y me puse frente a los verdugos. Los mire con enojo, no sabía que estaba transmitiendo en mi mirada pero incluso Mustafa se veía sorprendido.

"Vamos Mihrimah, muévete, sabes que no puedes salvarlos" no me moví, "Todos los primogénitos deben morir"

"Si es así, tu también debes morir, eres un primogénito" dije sin ninguna emoción en mi voz.

"Yo soy el sultán, ¿cómo te atreves?" vi que llevaban a Mehmed fuera de la habitación.

"Basta Mustafa, no puedes matarlos" el rio cosa que me hizo enfurece, "Si tocas a uno más de mis hermanos yo misma voy a matarte" amenace.

"Tu madre es la culpable de todo esto" grito.

"No me importa quien es el culpable, es tu orden la que le quito la vida a Mehmed, tu hermano al que mas amabas" extendí mis brazos cuando vi que los verdugos intentaban acercarse.

Rogaba a Alláh que los jenizaros o mi madre llegarán pronto, no sabía cuánto más podría atrasar la muerte de mis hermanos. Le jure a Alláh en ese momento que si algún otro hermano moría, yo misma mataría a Mustafa.

 Ottoman EmpireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora