Ottoman Empire

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¡El primer ataque de Firuze!
¡Adiós a Dilruba Sultan!

Una sultana corría entre el bosque, bandidos iban tras ella. Su respiración era irrugular y nadie sabía el motivo del ataque, se aseguró de no cargar nada de valor ni portar nada que la distinguirse como sultana. Todos eran conocedores de los peligrosos caminos hacia Üskudar, lamentablemente ella terminó en un ataque.

"Deténgase sultana" grito un hombre.

¿Cómo sabía que ella era sultana? Nadie sabía, ni el hombre del carruaje. Llegó a un acantilado, busco forma alguna de escapar pero fue tomada por los hombres que sonreían a lo que fuera que estuviese ahí.

"Sultana Dilruba" sonrió la mujer con capucha.

"¿Quién eres?" dijo, "Si algo me sucede estarás en problemas"

"Oh tranquila, sólo te requiero como regalo para la sultana" dijo.

"¿Regalo?"

"Solo duerme, duerme y nunca despiertes" la obligaron a beber un veneno que tenía efectos tardíos.

"¿Que hacemos con ella?" cuestionaron a la mujer.

"Llevenla de vuelta a su carruaje y asegúrense de que llegue a Üskudar, no quiero errores"

"Claro" e hicieron lo ordenado.

...

Mihrimah estaba intranquila desde que su hermana había partido después de visitarla. Tenía un muy mal presentimiento y no era la única, todos los hermanos tenían el mismo mal presentimiento.

"Nürgul quiero que averigües si Dilruba ya llegó a Üskudar, me preocupa que algo le suceda"

"Si sultana, enviaré a alguien de inmediato" salió de la habitación.

Aún así no podía estar tranquila pues sentía que algo muy malo estaba sucediendo, se preparó para ir al palacio imperial, su madre había estado tan ocupada que no tuvo ni una oportunidad de ver a Dilruba. Entrar por el harem ya era costumbre, vio a la sultana Hürrem al fondo del mismo, parecía que elegía nuevas mujeres para el príncipe Osman, pronto comenzarían a planear las provincias de Aslan, Iskender y Ayhan. Después de saber que alguien había sacado al príncipe Alaadin de su jaula habían decidido tener al príncipe menor en el palacio bajo la vigilancia de Aslan.

"Mihrimah, hace tanto que no nos visitas"

"Eh estado ocupada con mis deberes, pero me tome un tiempo para visitar a mi madre"

"Ah, salió desde la mañana al cuartel de los Jenizáros creo que por algo sobre los nuevos reclutas" la miró, "Regresará en la tarde"

"Entonces visitaré a mis hermanos" sonrió, "Aslan está en sus aposentos ¿cierto?"

"Claro, está con Ayhan" siguió con sus tareas.

La sultana camino entre los pasillos. Al acercarse al pasillo de los aposentos del príncipe Aslan se preocupo pues se oían ruidos bastantes extraños, temió que su hermano estuviera con una concubina, aceleró el paso para llegar a la habitación la cual abrió inmediatamente, quedo en blanco y plasmada al ver al príncipe Ayhan bajo el cuerpo desnudo de su pequeño hermano, ambos desnudo y en pleno acto sexual no se dieron cuenta de la presencia de Mihrimah hasta que Ayhan la miró de reojo.

"Alto" separó al otro príncipe de golpe y se cubrió con las mantas.

"Mihrimah" murmuró su hermano al verla parada ahí sin color.

"Perdón por interrumpir" se giró, "Hablaré contigo más tarde" fue lo último que dijo antes de irse.

Los chicos se miraron entre ellos.

"Dijiste que nadie se enteraría" dijo el chico castaño.

"Mihrimah nunca viene a visitarme, de echo nadie viene" lo miró todo sonrojado y apenado, "Pero tranquilo, hablaré con nuestra hermana para que no diga nada a nadie"

"Ella dirá que es prohibido, somos hermanos" lo miro con tristeza, "Tu madre jamás va a aceptarlo y más ahora que ella gobierna el mundo"

"Mi madre no debe entererase nunca, de hacerlo ella podría matarte o matar a tu madre" bajo la mirada.

"Aslan yo te amo pero creo que esto ya debe parar, no voy a arriesgar a Alaadin ni a mi madre por esto"

"¿Estas rindiendote?" lo miro vestirse, "¿Que sucedió con el para siempre?"

"No somos Hürrem y Alev, jamás seremos libres de amarnos como debemos"

"Podríamos hacer los mismo que....

"La sultana Aasiyah se dará cuenta pronto de que Nurbanu es Shirly, habrá problemas"

"Entonces vámonos huya os lejos de aquí" extendió su mano.

El chico castaño lo miró con ternura, pero no aceptaría, no hiba a arriesgar mucho. Suspiro y se alejo poco a poco. Lágrimas descendían de sus orbes castaños. El chico azabache miró marchar al hombre que amaba, nuevamente y al parecer su madre era el único problema para amarse.

...

Por la tarde una mujer volvía al palacio, en el patio principal se encontraban algunos aghas y criadas. Había algo en el piso que no divisaba a lo lejos pero cuando miró a Mihrimah y Hürrem en el lugar se preocupo, aceleró el paso hasta enfocar la caja en el piso. Se detuvo un momento.

Mihrimah observó a su madre, las lágrimas bajaban sin cuidado alguno. La mujer terminó de acercarse

"¿Que significa esto?" miró a todos.

"Sultana" Hürrem tomó la mano de su amada, "Dilruba se encontró con la verdad de Alláh" dijo.

"¿Qué?" se soltó y abrió la caja con apuro, debía ser una broma.

Al descubrir su rostro noto una marca safavida en su cuello. Las aguas inundaron sus orbes de inmediato, la furia surgía de apoco, Firuzr sin duda había dado un golpe muy fuerte a la sultana gobernante.

"Entierrenla en la mezquita que está en construcción" se encaminó hacia la sala de consejo.

"Mi sultana" Bülbül entró a verla.

"Firuze la mató" le dijo, "Ella acaba de declararme la guerra pero no se porque"

"Quizás sea por la carta y el trato de Hürrem" mencionó, "Debe encontrar a esa mujer en vez de venir aquí a llorar como si fuera la primera vez que pierde a un hijo"

"He perdido cinco hijos y cada muerte parte mi corazón" lo miro, "Perder a un hijo no es fácil, pierdes alegría y amor"

"Usted es ahora el sultán del mundo, no puede demostrar a sus enemigo que cualquier cosa la derrumba" hizo que lo mirará a los ojos, "Tendrá que enterrar su amor y piedad hacia sus hijo y seres queridos si de verdad quiere poner su nombre en el mundo"

"¿Que?"

"Jamás debe mostrar debilidad ni siquiera por un hijo, eso sólo ocasionaría problemas"

"Pero son mis hijos"

"Y la mayoría la traicionó, ¿Pará qué les llora a unos traidores?" Alev levantó la mirada.

"¡Guardias!" los hombres entraron de inmediato, "Quiero que encuentren a Firuze y no vuelvan sin ella. Traigan la viva o muerta" les gritó a todos.