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Los días habían avanzado con tranquilidad, o al menos eso parecía. Hürrem aún buscaba a la mujer que estaba acupando un lugar que a ella le correspondía. Ella sabía que había tensión entre la Sultana Alev y el sultán. Todo el palacio temía de lo que sucedería en el futuro ya que la madre sultana prácticamente le había declarado la guerra al sultán cuando su majestad había decidido encerrar en sus aposentos a los príncipes de la madre sultana. Las sultanas tenían el conocimiento que el sultán había amenazado la vida de todos los príncipes.

Hürrem notó que su amada estaba triste ya que incluso se le prohibió visitar a sus hijos. Ella entendía esa sensación pues ella misma no veía a sus hijos desde que Mustafa había ascendido al trono, pero se mantenía tranquila ya que a pesar de todo, la madre sultana no había permitido la ejecución de ningún príncipe a excepción de Abdullah quien había sido encontrado en un consejo secreto.

La pelirroja decidió ir a visitar a su amada, camino por los pasillos hasta los aposentos de la madre sultana, observó que algunos criados estaban ahí, entró sin anunciarse. Vio a Firuze sentada en el sillón que usaba la madre sultana, ella mandaba y ordenaba como si fuese una sultana, eso la lleno de ira. Estaba por gritarle cuando la madre sultana apareció, el vestido que llevaba y su corona la hacían ver preciosa, su sonrisa se borró cuando Alev beso la mano de Firuze.

"Firuze, gracias por estar conmigo" la sonrisa de su majestad era para Firuze, "Contigo a cargo del harem, será mejor. Afife hatun esta un poco Enferma por lo que te encargarás del harem mientras se recupera" la chica asintió.

Pero eso no quitó la duda de la Sultana con cabellos rojizos. Se hizo presente entre los criados de altos rangos en el palacio, se acercó a la madre e hizo reverencia.

"Sultana" le sonrió, "Salgan todos" ordenó.

Los criados salieron pero Firuze se negaba a dejar a su amada con su rival número uno. La pelirroja la miró intimidante.

"Dije que salieran todos, eso te incluye a ti Firuze" le hablo tranquila.

"Firuze, vete" la chica pudo sentir la tensión entre Hürrem y Alev.

Estando solas, no podían dejar de mirarse. Sus corazones latian al par, Alev se acercó hasta su amada, tomó su rostro. Hiba a besarla, sin embargo se alejo. Hizo a un lado sus sentimientos y miró con frialdad a la mujer que amaba.

"¿Que haces aquí, Hürrem?" tomó asiento en el sillón.

"Sultana, no podemos seguir de esta manera" la pelirroja acercó su mano a la azabache, pero esta quito su mano.

"¿De qué manera?" la miró con enojo, "Al fin de cuentas, tu y yo jamás tuvimos nada, ni tendremos nada entre nosotras" dejó de mirarla.

"Se que dije cosas doloras, pero el dolor y la furia inundaban mi corazón, no pensé en lo que dije hasta que perdí tu atención"

"Sea lo que sea que busques ahora, desiste" se levantó y le dio la espalda, "Ahora hay otra mujer en mi corazón"

"Puede que exista alguien más" giro con fuerza a la Sultana, y se aferro a su cuerpo. La abrazo fuerte. "Pero tu corazón tiene dueña, y esa soy yo. Hürrem"

"No te creas tus propias mentiras"

"Si fuese así, ¿porque aun no me aleja?"

La Sultana no podía seguir ignorando a la mujer que amaba. No dijo nada y abrazo a su amor. Se aferró a ella. Estuvieron un buen rato abrazadas.

"Lo siento mucho Alev, fui muy desconsiderada de mi parte"

"Yo lo siento aún más. No me di cuenta de mis sentimientos antes" beso la cabeza de su amada.

Ambas tomaron asiento, una frente a otra. Se miraron con tanto amor y cariño. Alev se atrevió a acariciar el rostro de la rusa. Bülbül decía que incluso se podía percibir el aroma del amor que había entre ellas.

"Alev, por favor acepta mis sentimientos"

"Hace tanto tiempo que los acepte" hiba a besar la mano de Hürrem, se dio cuenta que ella ya portaba el anillo que le regalo.

"Es mi tesoro más preciado, no me lo quito" sonrió, sintió los labios de su amada en su anillo.

"El anillo es una promesa" acarició el propio, "Süleyman me dio este anillo como símbolo de su amor por mi, su promesa fue amarme siempre" una punzada tocó su corazón al recordar al único hombre que amó.

Hürrem se sintió culpable, ella había sido responsable de la infelicidad que Alev comenzó a vivir tras obligar al fallecido sultán Süleyman a casarse con ella. Debía confesarle todo a su amada, si quería todo estuviese bien entre ellas, pero no podía crear otra brecha para que la mujer que visitaba a su amada siguiese entrando al corazón de la Sultana. Así que decidió callar hasta que se deshiciera de esa mujer.

"¿Este anillo conlleva la misma promesa?" tembló, si era así. Su destino era mirar nuevamente a su ser amado ser feliz con otra persona.

"No" se negó, "Mi promesa es que yo de verdad voy a marte hasta el final de los tiempos" volvió a besar el anillo, "Yo soy tu fiel criada, tu efendi.
Los más hermosos lagos cristalinos no se comparan con el profundo azul de tus ojos" beso sus párpados, "Ningún arco tiene tan hermosa figuna como tus cejas" beso sus cejas, "Y ningún dulce se asemeja a lo deliciosos que son tu labios" y por fin los beso.

Ambas mujeres habían esperado el momento de volver a sentir los labios de la otra. Los besos se intensifica an, el criado de más confianza de la madre sultana entró pero vio la escena y abandono los aposentos. Todos esperaban esa reconciliación por parte de esas sultanas. Nadie imaginaba el inicio de una vida peligrosa, ya que era pecado. Su amor es prohibido.

...

Raziye se encontraba con el sultán, estaban cenando junto a Zeynep.

"Piensen lo que quieran, yo estoy segura que la madre sultana es la responsable de la muerte del príncipe Süleyman"

"Ya te dije que mi madre no lo haría, si fuese como dices. Ella se habría encargado de desaoarecernos cuando éramos niños" Mustafa aún defendía a la mujer que lo crió.

"Su majestad tiene razón" Zeynep habló, "Pienso que está exagerando demasiado. La madre sultana no sería capaz de dañar a un bebé"

"Ese es el problema" ambos la miraron, "No sabemos de lo que es capaz esa mujer, ya no somos niños Mustafa. Tu madre te declaró la guerra en cuanto confiaste a sus príncipes en los aposentos que les corresponde. Le dolió aún más que no le permitieses visitarlos" los tres coincidieron en ello.

"Bueno supongo que tiene razón, ella declaró la guerra a su majestad" miró al sultán, "Si no se deshace de ella, ella lo hará con usted"

"¿A que te refieres?"

"La Sultana puede estar tratando de mantener el estado que creo. No olvide que tiene a todos comiendo de sus manos, si demuestra que usted es un sultán fuerte y que nadie más tiene poder en esta tierra, nadie se atreverá a traicionarlo. De esta manera imoediremos su destitución"

"No puedo creer lo que dicen"

"Ella pensara que esta en su derecho. No olvides que nunca se encontró pruebas de la traición de Mehmed. Puede utilizarlo en tu contra y firmar tu sentencia de muerte. Esta en su derecho ya que tu le quitaste a su hijo. Una vez que estés muerto, por fin tendrá el poder ya que es muy probable que entrone a Ahmed"

"La Sultana entronara al príncipe Murad" la miraron, "Ella aún piensa que le soy leal"

"Zeynep, tu aún seguirás infiltrada hasta que tengamos algo en concreto para firmar la sentencia de muerte de la gran madre sultana. Y así el sultán Mustafa podrá sentarse en su trono cómodamente sin riesgo alguno"

"Lo eh decidido" ambas miraron al sultán, creían que no lo harían cambiar de parecer. "Exiliare a Alev Sultan del palacio imperial"

Raziye al fin había logrado manipular a su hermano, y ahora haría lo que ella dijiese. Por fin podrá atacar a la enemiga más poder a que su hermano y ella, incluyendo a la descendencia de Mustafa. La Gran Madre Sultana Alev por primera vez corría peligro.

 Ottoman EmpireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora