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10 de junio, 1538.
Estambul.
Todos estaban reunidos en el patio principal, quería vestir de color rojo como los sultanes en su coronación, pero aun no era nombrada sultán así que por el momento solo debía mantenerme como la regente del imperio, de esta forma me ganaría al pueblo para que me acepten ser sultán en un futuro.

Mi hermosa corona, la primera corona que tuve en mi cabeza fue la que use este día. Mi vestido verde hermoso, el collar que mostraba a todos que yo era parte de la dinastía, yo encabezaba todo en este momento. Camine hacía la puerta que me llevaría al trono. Todos se inclinaban, Bülbül ağa me acompañaba aquí, mi mano derecha, mi más fiel súbdito.
Me pare frente a la gran puerta, tomé aire y le sonreí a Bülbül.

"¡Atención!" las puertas se abrieron, "Su majestad Valide Aasiyah Sultan" comencé a salir, el trono venía detrás de mi. No me senté.

"¿Jura usted Madre Sultana, mantener el orden, la paz, la economía, la religión, los territorios pero sobre todo la dinastía bajo su mano poderosa que le a otorgado Alláh, para llevarnos a un futuro rebozante de victorias y riquezas?" Ibrahim paşha, el gran visir se dirija a mí.

" Lo juro en nombre de Alláh" dije. El gran visir me señaló que podía sentarme en el trono, todos se mantenían con la morada baja.

"Alláh nos ha enviado a su mensajera al igual que lo hizo con el profeta Mohamed en su sagrado tiempo, ahora su mensajera tomará el trono de nuestro imperio para gobernarnos bajo la gracia y benevolencia de Alláh" grito el jefe religioso más importante del imperio. Hice que todos me miraran.

"Mi querido ejército, mi amado pueblo" comencé, "Nuestro sultán no ha muerto, a enfermado de viruela y no sabemos si sobrevivirá a esta enferdad, sin embargo me a confiado el imperio a mi, espero no decepcionarles nunca" dije con una sonrisa satisfactoria.

Todos comenzaron a besar mi dobladillo, desde el gran visir hasta el jefe comerciante del imperio.

"¡Alláh bendiga su sultanato!" oí gritar a Mustafa Ağa, el maestro de los jenizaros.

"¡Alláh guíe su espada y sultanato!" gritaban.

Al término de mi nombramiento, camine por el palacio hasta el consejo, estaba por entrar cuando Sümbul ağa llegó corriendo a mi, se veía agitado pero con una sonrisa de oreja a oreja.

"Mi sultana" hizo reverencia, "La señorita Zeynep está dando a luz en este momento" detuve mi intención de comenzar a dar órdenes.

"Bülbül, dile al consejo que hoy es un día de celebración" comence a caminar hacia el harem.

"¡Atención Naib-i Saltanat Aasiyah Sultan!" grito Sümbul, todos me tenían ahora más respeto, admiración y temor.

Camine por el pasillo hasta los aposentos de Zeynep, estuve fuera durante horas, Hürrem y Bahar estaban aquí con sus hijas, ambas querían saber el sexo del bebé, será un príncipe, lo presiento. Oí el llanto del bebé y entre, mi sorpresa fue que la mujer dio a luz a dos príncipes.

"Gracias a Alláh diste a luz a dos preciosos príncipes" tomé en brazos al mayor, "Te daré un gran nombre, nieto querido"

"Sultana, su majestad y yo pensamos en los nombre de ellos, bueno solo uno" sonrió débilmente, "El mayor llevará por nombre Süleyman, en honor a nuestro fallecido sultán, y yo le quiero poner al segundo Mehmed, en honor a nuestro inocente príncipe asesinado" unas lágrimas descendieron de mis orbes.

"Tu nombre es Süleyman, tu nombre es Süleyman, tu nombre es Süleyman" bese su frente, "Alláh mediante seras un príncipe fuerte y digno al trono" lo entregue a la criada, tome al segundo bebe, "Alláh te guíe, te guarde y proteja de todo mal querido príncipe" bese su frente, "Tu nombre es Mehmed, tu nombre es Mehmed, tu nombre es Mehmed" sonreí.

Esos pequeños ojos me habían atrapado, al ver a Zeynep con sus dos hijos me hizo volver años atrás cuando recien había dado a luz a mis gemelos, Mehmed y Ahmed, quería llorar por la muerte tan trágica de mi querido hijo mayor.

"Alláh te de fuerza Zeynep, ahora tu nombre será Kaya" la bendeci en nombre de Alláh.

"Gracias sultana, se que con usted al mando, el sultanato de su majestad será magnífico" le sonreí, era una lástima que ella no conociera mis planes.

Salí de sus aposentos, mire a Bülbül.
"Son dos príncipes, uno de los dos tiene que morir" le murmure, "Escogerás al que morirá y lo infectaras con una enfermedad para que nadie pueda culparnos" susurre mientras caminaba.

Entre a la cámara privada, verifique que Mustafa siguiera respirando. Suspiré. No quería matar a Mustafa, aunque ejecutó a mi hijo, no tenía otra razón lo suficientemente buena para ejecutarlo, aun tenía planes que ejecutar mientras el gobernará.

"Mustafa tienes que despertar y levantarte" acaricie su rostro, "Hoy nacieron tus hijos, son dos hermosos príncipes" sonreí, no había señal de que quisiera despertar.

"Mi sultana" Cihan ağa entró, "Felicidades por su nombramiento" me sonrió y beso mi mano.

"Mi Cihan, me da mucha alegría verte aquí" lo abrace.

"No podía dejar que mi mujer pasara el mejor día de su vida sola" beso mi frente.

"Tenemos de deshacernos de Bahar y sus príncipes, debemos comenzar con los planes ahora, todo debe verse como un enfrentamiento entre Hürrem y Bahar"

"La Sultana Hürrem no es tonta mi sultana, ella sospechara" se sentó en el sofá conmigo en sus piernas, "Creo que ella está enamorada de ti"

"Lo mismo e pensado, sin embargo el único que me interesa y tiene mi corazón ere tú" le bese.

"Mi vida eres tu sultana, pero con el puesto que tengo no me será fácil verle seguido, como aun soy aprendiz....

" Mañana te nombrare gran visir, no te preocupes, encontraremos la forma de vernos" me levante, "Ahora vete, iré al consejo" salí.

No me siento lista de matar a ningún personaje, pero alguien moría y eso es seguro.
Cihan ağa me vio la cara de tonta jaja.
Bye Bye florecitas.

 Ottoman EmpireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora