XXXV • El chico en pelotas

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Los estudiantes deambulaban distribuidos por el bosque, en busca del personaje que según Camila andaba por ahí mostrando su desnudez a todo el que se pasara por allá. 

Léon, entre ellos, vigilaba a los estudiantes, procurando estar atento a cada uno, teniendo como prioridad el protegerlos. Tenía que haber alguien cuerdo en el grupo, y como supuso ese alguien tenía que ser él. 

-¡Léon!

El joven clavó sus afiladas pupilas en Ariel, la que se había arrimado a él, fingiendo que la situación le provocaba pánico.

-Si ese tipo quiere ultrapasarse conmigo, confío en que me protegerás.

Ariel estaba temblando.  Su interpretación se merecía un goya. Claro que Léon no se tragó su cuento. Estaba seguro que antes debía preocuparse por el desconocido.

-No creo que sea necesario -Se separó de ella y siguió con la pesquisa, a la par que la vigilancia -Tú eres bastante fuerte, Ariel.

-¡No te creas! -Se abrazó y miró de un lado a otro, temerosa. Su rostro detonaba inocencia.  Parecía una niña en medio del asustador bosque -¡Yo puedo ser una chica muy débil!

-¿Débil? - Matías asomó su careto justo en el momento exacto -Pero si me has dado cada putazo que, he recorrido la galaxia entera miles de veces -Se carcajeó.

-¡No te metas!

Matías salió propulsado contra un árbol.  Ariel se merecía su apodo: Bestia. Ella no tenía nada de "princesa" a la espera de su príncipe azul.

Léon ignoró el espectáculo y continuó moviéndose, iluminando el suelo por donde andaba con el flash de su celular.

-Cielos...

Ariel comprendió que lo del numerito de niña débil no iba a funcionar con él.  León ya la conocía demasiado bien... Es como si se conocieran de toda la vida.

-¡Busquen a ese tío en pelotas y pónganlo frente a mí! -Demandó a todo alumno, creyéndose la jefa de un ejército.

El bosque era asechado por cientos de luces producto de los flash, pareciendo una escena policiaca. Reían, charlaban con naturalidad, como si la situación no fuera nada por lo que alarmarse. Hablarles era como si le hablara a una pared.

-¡Chico en pelotas! -Gritaba Ariel, metiéndose en los matorrales, viendo detrás de cada árbol. 

-¡¿Pero qué estáis haciendo?!

Los profesores intervinieron en la escena y demandaron a los estudiantes que regresaran al hostal.

-¡No jodas! ¡Yo no me largo hasta que vea al tipo en pelotas! -Exclamó Ariel, ignorando a los mayores.

-Ariel, venga aquí de inmediato, ¡es peligroso! -Gritó el profesor de educación física, inútilmente.

Ninguno de los de la banda de Ariel acató sus órdenes, siguieron la búsqueda tras las demandas de su jefa.

-¡Qué me de...! ¡Hostia put*!

Una sombra se escurrió por la oscuridad. Salió disparado de detrás de un árbol al que Ariel se había acercado.

-¡No te me escapas!

-¡Ariel! -Gritó Léon.

Mas fue tarde. Ariel se lanzó sobre el desconocido como depredadora a su presa. Ambos rodaron unos dos metros antes de chocar contra un árbol montaña abajo.

-¡Jefa!

La escena se hallaba en un siniestro silencio, hasta que un quejido femenino se escuchó.  Desde la cima, Léon, profesores y algunos estudiantes vieron a una figura sentándose.

Coleccionista de desastres [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora