Alice caminó hasta la parte trasera de la mansión y se derrumbó de rodillas sobre el césped, dejándose consumir por la tristeza, hasta que de repente comenzó a llorar.
Aquel parecía un chiste de muy mal gusto.
—Alice... —la voz temblorosa de Lukyan se pronunció tras ella, cosa que la sorprendió. De todas las personas que esperaba que la siguieran, nunca pensó en él.
—Oh, Lukyan —se limpió el rostro antes de voltearse y le miró con una sonrisa —¿por qué me seguiste?
—Yo... Estaba preocupado por ti —se arrodilló frente a ella y comenzó a arrancar el césped por los nervios.
—Muchas gracias. Eres muy amable —pese a la noticia impactante, Alice no pudo evitar sonreír por la ternura de Lukyan. Pese a que eran de la misma edad, el chico tenía la esencia inocente de un niño.
—¿Por qué estás triste? —se atrevió a preguntarle.
—Porque la persona que quiero, quiere a otra mujer —admitió con tristeza, sonriendo al final —Pero, no te preocupes, esto le sucede a muchas personas. Estaré bien, porque el tiempo lo cura todo.
—¿De verdad el tiempo lo cura todo?
—Así es.
—Entonces, ¿por qué yo no me curo? —arrugó el labio inferior, evitando llorar.
Alice permaneció en silencio, conciente del dolor pronunciado en las arrugas de su rostro.
—¿Por qué no puedo ser feliz entonces? Ya ha pasado mucho desde que salí de aquella casa, pero no hay un solo día que haya dejado de sentirme triste —había batallado por no llorar, pero al final no pudo soportarlo más —Y siempre tengo miedo. Siento que ese hombre volverá encerrarme.
Alice tomó su rostro entre las manos y negó con la cabeza, mirándolo con seriedad.
—Lukyan, ese hombre murió, así que nunca más volverá a lastimarte. Ni él ni nadie más lo hará, porque León, Melanie, yo y los demás, vamos a estar contigo para protegerte.
—Lo sé —asintió —sé que me cuidarán, pero, de todos modos, tengo miedo. Tengo mucho miedo —admitió entre sollozos y Alice lo arropó entre sus brazos.
—Todo estará bien, Lukyan. Tranquilo —Alice no pudo evitar llorar por él. No le gustaba nada verle de aquel modo.
Estuvo un largo rato llorando, aferrado a ella, hasta que logró detenerse, sintiendo que se había sacado un gran peso de encima.
—Lo siento, Alice, yo te molesté...
Quiso alejarse, pero Alice le retuvo en el abrazo.
—No me has molestado, Lukyan. Puedes llorar en mis brazos siempre que lo necesites. ¿Vale? —le dio un beso en la coronilla.
—Tú también puedes llorar en mis brazos, Alice.
—Muchas gracias, Lukyan. Eres un buen chico.
Esas palabras hicieron que se apenara un poco, por lo que cuando se separó evitó mirarla a la cara, gesto que la hizo sonreír.
—No tienes porque avergonzarte —le agarró la mejilla derecha y se la apretó suavemente.
—Alice...
Como no se atrevía de alejarle la mano, le pidió de ese modo que lo hiciera, cosa que la hizo reír.
—Puedes alejarme la mano si quieres, e incluso puedes apretarme las mejillas.
Se inclinó un poco para adelante, para que lo hiciera, pero Lukyan apenas negó y se alzó, con las mejillas sonrosadas.

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Coleccionista de desastres [Completa]
Roman d'amourLéon Boulogne es un joven que desciende de una familia noble y que se mantiene en la actualidad. Su familia goza de respeto y de riqueza, pero una noche se entera, de la peor manera, que lo han perdido todo, por lo que se ven obligados a abandonar l...