Narra Bulma: Tuve todo cuanto se podía pedir del mundo, desde la mañana al atardecer, todo. Pero cuando salí en busca de más, cuando quise más del mundo nunca creí poder ver lo que el universo deparaba para mí. La negrura de esos ojos parece más oscura que el universo, puedo mirar dentro de esta sin perder la paciencia, podría mirarla todo el día y olvidar la luz del sol, podría mirarla toda la noche y descubrir que hay luz, podría seguir mirando y perderme en esa oscuridad. Pero la negrura de esos ojos parece no tener fin, podría caer en ellos y olvidar todo cuanto pasó antes de ellos, pero la caída siempre asusta al inicio, dar el salto es lo más sencillo y también lo más difícil.
La terrible atracción que sentía por la mirada de Vegeta a veces la asustaba por su intensidad, su cuerpo reaccionaba igual, su corazón latía con la misma fuerza que si estuviera al borde de un abismo y sus piernas temblaban como si temieran derrumbarse a la oscuridad que habitaba en el príncipe, su pecho subía y bajaba respirando con dificultad pero no por que el hombre encima suyo la estuviera aplastando, sino por todas las sensaciones que le provocaba esa mirada, con temblor llevo sus manos al rostro del saiyajin, le temía a esos ojos, pero al mismo tiempo no quería que la dejaran de mirar nunca. Los labios se acercaron con lentitud, los de ella se abrían como si les falta el aire, los de él se aseguraron de besarla con cada fibra, con cada centímetro que podían ofrecer, su lengua la recorrió con fuerza y ella jugó con esa lengua, en la boca de él comenzó a saborear los gemidos de ella, las manos de ella sujetaban el rostro de él acercándolo más, las manos de él comenzaron a tocarla sobre su ropa hundiendo sus dedos con calma, la recorría mientras besaba los delicados labios, los labios de él comenzaron a demandar más y más, ella no tuvo problema en dar todo lo que tenía, las manos de ella aun atraían el rostro del príncipe, lo atraían constantemente sin dar tregua hasta que aflojo su agarre, él rompió el beso para dejar que ella respire pero no dejo de besar su piel, recorría su cuello, recorría su clavícula escuchando suaves gemidos, suspiros, su nombre era dicho de una forma tan dulce mientras él escondía el rostro en su cuello y se movía como si estuviera dentro de ella, así con toda la ropa aun puesta se entregaban a un placer muy diferente, pero igual de maravilloso, se entregaron al disfrute moviéndose cada vez más, sus besos eran tan prolongados que ella había considerado morir de esa forma tan intensa con sus sentimientos floreciendo en su piel, ella soltó un gemido mientras arqueaba la espalda pegando su cuerpo al de él, el cuerpo de él la recibió con los brazos abiertos y le dejo sentir su propio clímax. Jadeando se miraron otra vez y cada uno se despojó de lo apenas necesario para unir sus cuerpos, la espera había sido demasiado larga, las dificultades los alejaron pero ahora los instaba a entregarse delirantemente, fuertemente. Vegeta se quitó la armadura y los guantes mientras ella se despojaba también de sus prendas pero les fue imposible desnudarse por completo, con ropa aun puesta iban a encontrarse otra vez. Vegeta tomo aire antes de entrar en el cuerpo de ella y se quedó quieto unos instantes para disfrutar del momento. Luego se acercó para besarla otra vez, quería estar cerca de sus labios para reclamarlos cuando lo quisiera, moverse y escuchar los gemidos de la ojiazul hasta convertirlos en gritos. Bulma se sujetaba de la espalda del saiyajin recorriéndola con entusiasmo, pero necesitaba sentir más piel, buscó el hueco del cuello del traje azul y metió la mano palpando cuanto podía, besando el cuello varonil y mordiéndolo hasta no poder contener los gemidos que le obligaron a detener el deleite de su boca, continuó gimiendo más alto y pudo jurar, por un momento, que escuchó que su príncipe se reía con alegría mientras la abrazaba, la sujetaba por la nuca mientras enredaba rítmicamente los dedos en su cabello y respiraba el perfume de su cuello. Bulma cerró los ojos y dejó que la dicha se manifestara con risas alternadas de susurros, sintiendo besos en sus hombros, sintiendo todo su cuerpo arder y retorcerse bajo el cuerpo del saiyajin, el placer era tanto que hasta parecía doloroso. Ambos lucharon por besarse mientras el oxígeno les quedaba escaso, el ritmo de sus cuerpos era cada vez más demandante, más vigoroso y no dudaron en encerrar al otro en sus brazos cuando el clímax los golpeó con sus olas de gloria.
Los amantes estaban juntos en la cama, disfrutaban de los residuos de placer que recorría sus cuerpos manteniendo el abrazo final que no habían roto aun, respiraban gozando el sentir de la respiración del otro, pronto volverían a reclamarse. Eso era lo que pensaban, lo que hubieran querido. El rastreador los molesto con su sonido, un mensaje urgente hizo que el príncipe se levantara y buscara ropa limpia junto una nueva armadura, con algo de pereza cambio sus prendas dando la espalda a la mujer, ella no le dijo nada, recostada en la cama también estaba algo frustrada por la ida del príncipe pero lo despidió con una sonrisa, provocativa, desde la cama, donde dio a entender que lo estaría esperando.
"Esto es obra de Zarbon" se dijo el príncipe cuando volvía a su habitación, la mujer lo recibió con una sonrisa enorme, debajo de la sábana seguro estaba desnuda, la mirada de él no cambio pero se tomo unos momentos para alejar ciertos pensamientos de su cabeza, miro a la mujer y con algo de pesar le dijo que salían en misión, en ese preciso instante. Bulma tardo unos segundos en levantarse, suspiraba defraudada mientras se vestía con rapidez, había limpiado su cuerpo tal y como quería en una ducha prolongada, también comió lo que considero necesario, esperaba a su amante con alegría pero ahora todo estaba arruinado. Ya en la puerta detuvo a su amante, no podía tenerlo como esperaba pero al menos podía darle un beso apropiado. El príncipe siguió el beso y lo hizo más intenso, quería ver la piel blanca a media luz, verla por completo y sin apuros, deleitar su mirada con cada regalo que la hembra le ofrecía y adueñarse de ella repetidamente, como era su costumbre. Al terminar el beso la observó y ambos sonrieron con perversión. Qué más daba retrasarse unos minutos.
Al encontrarse para despegar los cuatro estaban cansados, Napa y Raditz debían agregar malhumorados, ninguno pudo descansar y sabían la razón, era la venganza de Zarbon al verse ofendido por Vegeta y rechazado por Bulma. Se encaminaron a su nueva misión en medio de burlas dichas con cautela y risas despectivas que los otros soldados trataban de disimular. Cerca de ahí Zarbon los veía abordar sus naves, la actitud relajada de Vegeta lo hizo enfurecer, esa era su venganza y le quedaba corta, de qué valía su rango si no podía atormentar a otros a su antojo? De que valía su poder si no podía deshacerse de quienes le importunaban? El rumor no iba a acallarse con echar a los saiyajines, el rumor iba a rondar el planeta entero por días: una esclava lo rechazó públicamente. Con rabia golpeó un tablero cercano resquebrajándolo. Mientras veía los circuitos destrozados lanzando pequeñas chispas tuvo una idea: que sucedería si el gran Freezer se enterara de que el odioso príncipe tenía una esclava? Con malicia comenzó a reír solo, su venganza al fin iba a ser memorable.
Narra Bulma: hace unas horas tenía una idea fija, una certeza, ahora es por completo una interrogante: Qué son los saiyajin en el ejercito de Freezer? Cuando pude le pregunte muchas cosas a Vegeta sobre su vida antes de llegar a la tierra, él nunca fue muy hablador, solo me contó lo necesario, al menos eso creí. Creo que no me dijo nada más que lo superficial, otra vez la realidad de la situación supera y por mucho todo cuanto pensé que sabía sobre él, nunca me dijo que detrás del temor que le tenían se encontraba un fuerte desprecio, que los saiyajin tuvieron que soportar mucho bajo las ordenes de Freezer, no me lo dijo, yo apenas lo imagine, vivirlo en persona es inquietante. Ahora tengo otra afirmación, Vegeta es un hombre despreciado y temido, los saiyajin son simples soldados, a eso los han rebajado, así los miran los demás guerreros. E ignorado casi toda esta etapa en la vida de mi propio esposo, eso me desagrada, pero me desagrada más que algunos de los insultos que le dedicaron sean los mismos que yo solté en un momento de rabia, insultar su obvia similitud con los monos, eso debió doler, claro él nunca lo dijo y como una tonta jamás se me ocurrió, antes de venir aquí había ido tachando defectos de una lista imaginaria, defectos que según yo mi esposo tenía que remediar, ahora sé porque nunca logre que cambiara, porque él ya había cambiado, logró superar todo esto, esta violencia, estos intentos por humillarlo, quien sabe cuántas veces lo intentaron, superó su desconfianza a todo aquel que no sea de su raza, supero también su crueldad, su soberbia, su venganza. Yo tenía una lista en la cabeza sobre todo lo que me desagradaba de mi esposo, sin entender en verdad todo lo que él ha transformado de su propia persona, por estar conmigo, por su familia. Estoy muy orgullosa de ti, Vegeta, el hombre en que te convertirás es muy superior al que veo ahora, en cambio, si tú me conocieras de joven, dirías lo mismo de mi?
Bulma terminaba un monólogo interno, iban ascendiendo a gran velocidad y sin poder evitarlo nuevamente besó los labios Vegeta, él mantuvo el beso hasta que la hembra se quedaba dormida en su regazo, él también se dormía por la acción automática que la nave activaba para que su ocupante durmiera todo el viaje. Bulma dormía contenta, pero si alguien le hubiera dicho que ese era su último momento de felicidad junto a Vegeta, tal vez no lo hubiera podido soportar.
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LA VERDAD DE MI PASADO
Fiksi PenggemarBulma no mide el peligro cuando va detrás de los muchachos, sin pretenderlo ellos se dirigen directamente a una situación llena de problemas, esta vez un extraño artefacto envía a cada uno de los presentes a distintas líneas de tiempo, para los gu...