capítulo 64

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De improvisto llegó Goku a la corporación Cápsula, acompañándolo venían Milk y Goten, traían el vehículo averiado que el saiyajin había intentado componer por su cuenta. Al explicarlo de ese modo Bulma temió que un desastre le esperara al revisar el motor. Sonriendo Goku le pidió ese favor y la científica llamó a su padre para enfrentar un desperfecto de proporciones catastróficas. Tanto Goten como Trunks disfrutaban ante la posibilidad de pasar todo el día en juegos y diversión. Entonces apareció Vegeta, venía cargando a la pequeña Bra, observó seriamente al otro saiyajin y puso a la bebé bajo el cuidado de su hermano mayor.

–Kakaroto – dijo el príncipe llamando la atención de su rival, el ingenuo Goku se volteó con gesto alegre a donde le llamaban – dime Kakaroto, creíste que nunca averiguaría que tú fuiste el responsable de llevar a Bulma a un nuevo viaje en el tiempo?

El rostro de Goku mostró alarma de inmediato, sabía bien que Vegeta no toleraba que él se tomara libertades con Bulma, como se lo había advertido a la ojiazul el peliflama era capaz de matarlo si se enteraba. Y la mirada asesina que le dedicaba el príncipe le auguraba una batalla por su vida.

–espera Vegeta! Fue ella quien insistió, yo le advertí sobre los riesgos!

Lo que Goku no esperaba era la reacción de su esposa – GOKU! Te atreviste a exponer a Bulma a otro peligroso viaje?!No tienes ni un poco de consideración por tu amiga?! En qué estabas pensando!!

El aprendiz del maestro Roshi supo que estaba perdido, Vegeta y Milk no iban a dejarlo en paz, quiso huir pero fue inmediatamente perseguido.

–Regresa aquí Kakaroto! Tienes mucho que explicar!! – decía el príncipe con una vena marcada en su frente, trataba de atraparlo en pleno vuelo y lo obligaba a bajar a tierra.

–Goku!! No huyas! –Milk echaba fuego por los ojos, vociferaba mostrando filosos colmillos mientras perseguía a su atolondrado esposo.

Bajo sombra y muy bien sentados los niños reían, la comedia representada por los adultos era hilarante, Bulma tenía una expresión entre culpa y vergüenza por tanto alboroto mostrado en su nombre. Con una cara de horror Goku corría por su vida, trataba de justificarse o decir cualquier cosa pero sus perseguidores no iban a mostrar piedad por unas sinceras disculpas, solo le quedaba ser más veloz que esos dos. Así los tres avanzaron por el amplio jardín hasta perderse de vista. Entonces Bulma y su papá se dieron a la tarea de reparar el vehículo relativamente nuevo que en mala hora cayó en manos de un sujeto híper distraído. Los niños fueron atendidos por Panchy que les ofreció unas bebidas frutadas mientras los dos pequeños saiyajin se divertían haciéndole caras al bebé. Un grito desesperado se escuchó alarmando a todos en la corporación, Bulma sobresaltada abandonó la reparación, los niños dejaron los pastelillos que Panchy acababa de servirles, todos salieron en busca del pobre saiyajin que gritaba. Encontraron a Goku siendo inmovilizado por Vegeta en un fuerte agarre, Milk se acercaba con una sonrisa malvada, mostraba amenazadora una inyección.

–mira Goku, no vuelvas a cometer otra imprudencia que exponga a otros a un peligro, ni con Bulma ni con cualquier otra persona, lo entiendes? – decía mientras jugaba con la jeringa en sus dedos.

– ahhh! No por favor! Una inyección no! – gritaba el saiyajin aterrado negando con la cabeza, intentando sin éxito liberarse del agarre de Vegeta que se mostraba muy conforme con el sufrimiento de su eterno adversario.

– lo entiendes Goku? Lo prometes?

– ahhhhh!!! No por favor! Aprendí mi lección Milk!! Te lo prometo!! Pero una inyección no!!Una inyección no!!!Ahhhhhhhh!!!

El asombro en el rostro era la muestra única entre todos los testigos de la ridícula escena. Al fin Vegeta lo liberó y Goku le mostró su enfado.

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